Capítulo 21: Abrumada

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El rumor se esparció rápidamente, después de todo así ocurría siempre en un instituto. Mi mente había aprendido a bloquear todas las voces alrededor mío mientras caminaba por los pasillos de la escuela para llegar a mi clase. Era lunes, dos días después del baile.

Nunca había recibido tanta atención en mi vida. Bueno, solo había una excepción: el día que Lucas dijo que era mi novio en esos mismos pasillos.

Todo mundo me felicitaba por mi triunfo, pero las preguntas incomodas también venían con esas felicitaciones. ¿Qué pasó con Lucas? ¿Dónde está Lucas? ¿Lo dejaste por Chris? ¿Tú y Chris están saliendo?

Fanny me atajó a medio camino y me tomó del brazo. La siguiente clase la compartíamos y siempre nos sentábamos juntas. Ella había sido un gran apoyo durante todo este tiempo, sobre todo ahora que todos hablaban de mí como si me conocieran de toda la vida. Toda esta situación me estaba colapsando.

–Oye, ¿sabes cuál es el último chisme? Este te va a gustar, hasta podríamos incluirlo en una de nuestras historias.

–Bueno, de todos modos me lo dirás –sonreí–. ¿Cuál es?

–Dicen que tu y Chris mataron a Lucas para que no se interpusiera en su relación secreta, lo hicieron desaparecer del mapa y es por eso que no ha aparecido en la última semana.

–Que gente más estúpida, lo peor es que de seguro algunos ya lo andan creyendo.

–Fuerza, amiga.

Me dio un suave apretón en el hombro y entró al aula antes que yo. Nos sentamos en nuestros puestos y esperamos al profesor mientras intercambiábamos ideas para un nuevo proyecto: una genial historia sobre un amor tormentoso en la época medieval.

Cuando la profesora llegó muy poco logré concentrarme en clases puesto que mi cabeza divagaba en el rumor del asesinato pasional de Lucas. ¿Qué rayos desayunaba la gente que tenia estas ideas tan macabras? Todo lo contrario, él estaba en casa sano y salvo justamente para no ser asesinado, claro que no por mi ni por Chris.

–¿Qué es eso que dibujas? –Me preguntó Fanny señalando mi cuaderno. Sin darme cuenta había estado garabateando sobre la hoja de papel en blanco. Miré hacia abajo y sentí un vacío en mi estomago.

Sin proponérmelo, como si mi mano se manejara sola, había garabateado algunas líneas en varias direcciones. Parecía un paisaje, algo así como una isla con agua alrededor. No había más detalles que eso. Fanny y yo miramos el singular dibujo, la miré y encogí los hombros.

–Simplemente… lo dibujé.

–¿Será un mensaje subliminal? ¿El cosmos quiere decirte algo? ¡Ya sé! Que Atlantis si existió –Fanny sonrió burlándose de mí.

–¿Está practicando para alguna obra teatral? –La profesora estaba parada frente a la mesa de Fanny y apuntaba su cuaderno de notas con un dedo.

–N-no… –Se encogió en su silla–. Lo siento.

Cuando la profesora se alejó ambas nos miramos y reímos en silencio, tapando nuestras bocas. Sin embargo, para nuestra mala suerte, la profesora volvió a pillarnos y esta vez nos envió a dirección. Entre nuestra sorpresa agarramos cuadernos y lápices y nos fuimos calladitas de la sala.

–¿Pero qué rayos le pasa? Cuando llega fin de año ya nadie tiene paciencia. Vieja amargada.

–¿De qué vale ir a la dirección ahora? –Pregunté –. A mí, la verdad, es que me da lo mismo escuchar un sermón. De todos modos la profesora nunca se enterará si fuimos o no.

–Me gusta tu onda, chica –Chocó su cadera con la mía como si estuviese bailando y luego me tomó del brazo.

Caminamos así por los pasillos vacios hasta que al doblar una esquina nos topamos con Eric que caminaba con las manos en los bolsillos. Fanny emitió una exclamación de asombro y alegría.

Un novio de otro mundo #1: DestinadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora