ʟᴏs ᴏᴊᴏs ᴅᴇ ʟᴀ ᴏᴛʀᴀ ᴍᴏɴᴇᴅᴀ

Capítulo 38

Desde la partida de Emma, han transcurrido solamente 3 días, a esta altura ella debería de encontrarse camino de regreso ya que según los guardaespaldas generales ella dio la orden de no ser escoltada de regreso a casa ya que tenía sus propios planes con respecto a esto. Para Peter esta fue una señal de alarma con respecto a la actitud de Emma ya que ella jamás desaprovecharía la oferta de regreso.
Las puertas se abrieron lentamente, dejando ver al albino mayor de la casa, su mirada analizaba todo el entorno privado de la joven, se veía igual que siempre.

La habitación que estaba asignada para sus guardianes estaba igual, no había absolutamente nada fuera de lugar por lo que comenzó a buscar dentro de los cajones para verificar que todo "estaba bien" como se veía. Caminó rápidamente al armario para intentar revisar entre las cajas que ella tenía escondidas.

—¿Señor Peter?

El hombre cerró inmediatamente la puerta de este mirando a la joven de lentes que lo miraba sorprendida —¿Si?

La expresión seria de Gilda apareció —¿Buscaba algo?

—Si —respondió de forma inmediata— buscaba unos brazaletes que le regalé a Emma.

Ella asentó —Debería de preguntarme primero, ¿desde cuando le obsequia joyas a la señorita Emma?

El mantuvo sus labios juntos por unos cuantos segundos mirando a la joven, sonrió —Cuando era más joven le obsequie algunas de ella, pero la necesito para mandar a renovarla, después de todo, el próximo año ella asume el cargo a la promesa.

Gilda levantó la ceja —Si, yo me encargaré de buscarlo, le informaré apenas la tenga —Sonrió dirigiendo su mano a la puerta para indicarle a Peter que abandonara los aposentos de su ama.

Él sin decir más salió agradeciendo con la cabeza a la joven, la miró atentamente y sólo negó, mientras avanzaba esperó a estar solo, observó de nuevo y miró con odio su camino —Malditas ratas astutas...

Gilda se aseguró de esperar que él se fuera, cerró la puerta con seguro y revisó todos los lugares donde Emma tuviera guardada la información, para su suerte en el momento todo estaba en su lugar —Gracias, por suerte... —Caminó a la ventana tomando uno de los intercomunicador que llevaba con ella, la señal rápidamente se conectó recibiendo respuesta de Ray.

—¿Qué ocurre?

—Nido invadido...

—¿Tomó algo de él?

Ella suspiró mirando la puerta principal —No, pero está pidiendo una joyas, preguntale a Emma en donde están.

Ray revolvió su cabello suspirando —Gilda, estamos en un momento crítico, ya entramos con el pez gordo, así que, trata de solucionarlo tu misma.

La línea se cortó antes de que ella hablara de nueva cuenta. Miró a su alrededor y comenzó a buscar por su propia cuenta lo que él mayor le había solicitado pero también tomando sus medidas en esconder de nueva cuenta todo lo que tenía de información y avances.

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El sendero rocoso cada vez era más molesto, no importaba como o cuando todo era muy resbaladizo, Yuugo iba delante, mientras Lucas aún lado de Emma para auxiliarla, mientras Ray iba vigilando detrás de ellos.
Estaban apuntó de llegar a la entrada principal cuando Yuugo se detuvo abruptamente para indicarles que se escondieran, sin dudarlo lo hicieron inmediatamente.

Emma se asomó levemente para identificar el motivo de la señal tan repentina, para su suerte, el joven Minerva estaba saliendo de aquel lugar e iba en compañía de su asistente más fuerte del grupo, "Genial, el chantaje será más fuerte" pensó para sí misma esperando el momento exacto en que se alejara lo suficiente.

Ray se acercó a ella colocando su mano en su hombro —¿Y bien?

Con los binoculares que llevaba con ella se encargaba de observar que tan alejado iba su rival —Minerva.

—¿De verdad es él?

Ella extendió los binoculares al chico —Tu mejor que nadie puede identificarlo, después de todo sabes quién es.

Ray los bajo levemente por sus palabras, miró de nueva cuenta y asentó —Ya se han alejado más, ¿que piensas hacer?

—Repasemos el plan —Colocó un silbato en sus labios mirando al mayor de cabellos oscuros, quien al escuchar el fino sonido se acercó a ellos —Espero que les quede claro, yo entraré sola para hablar con él.

Sus frías palabras los sorprendieron pero en especial a Yuugo —Emma, hablamos de un ex lord, un pagano, ¿estás segura?

—Claro que lo estoy, después de todo si tiene un trato con Minerva sera difícil convencerlo del todo, pero creo que puedo hacerlo —Mostró el silbato sonriendo— de cualquier forma los llamaré con esto o les gritaré para que vengan en mi auxilio.

Ray la miró con mucha seriedad y ella solo sonrió, Yuugo y Lucas no sabían que responder después de todo aún dudaban de su nueva posición "social" en ese mundo tan podrido.

—Ray, dame la navaja que te dí hace un rato —Emma extendió su mano a él.

A él le sorprendió mucho eso pero sólo asentó extendiendo el arma y recibiendo el arco junto con las demás armas que ella llevaba —¿Porqué no las llevas?

—No quiero parecer un enemigo, con esto —Refiriéndose a la navaja —bastará para defenderme si algo más pasa, además he podido con el duque Lewis quien era el más fuerte de todos en su especie.

Ray frunció el ceño pero asentó dándose por vencido —Siendo ese el caso, confío en ti...

La mirada de Yuugo estaba posicionada en totalidad en la joven, por algún motivo tenía un mal presentimiento de todo lo que estaba ocurriendo, los demás a su alrededor no lo entenderían pero esta vez, él tampoco lo hacía.
Emma bajó un poco más rápido dejándolos atrás, cuando llegó al suelo, ella elevó la mano indicándoles que todo estaba libre para que ellos pudieran estar un poco más cerca por si algo malo ocurría, obviamente ninguno deseaba eso porque si no les costaría la vida en totalidad, después de todo habían sobrevivido tantos años fuera de peligro para morir por un capricho de una chiquilla que se creía superior a esos seres.

—Ve con cuidado...