Capítulo 19

471 79 9
                                    

Emma finalmente se quedó dormida después de acabar todo el papeleo faltante de su padre, se veía cansada y eso era comprensible, se había hecho cargo de las tareas que un adulto de 32 años hace comúnmente, pero en su caso era todo lo de una vida (la de ella desde luego), la culmino tan pronto que ni Ray y Gilda podía creer que no se había estresado de forma alarmante.
Aún que el cansancio la domino haciendo que se quedará dormida profundamente en el escritorio, por lo que Ray se encargo de llevarla a su habitación.

La acomodó con sumo cuidado—Descanse... —Después de arroparla y acomodarla bien, Ray caminó en dirección a su habitación, desabotono aquella camisa con sumo cuidado mirando a la joven de cabellos verdes en el ventanal—. ¿Ocurre algo Gilda?

La mencionada giró manteniendo una sonrisa amable, sus ojos grises como la luna brillan por culpa de sus lágrimas, él al notarlas no dudo en caminar a ella. Ambos se unieron en un cálido abrazo mientras él intentaba pensar en que era lo que la afligia.

—Ray... ¿Porque te rendiste?

Sus palabras lo dejaron confundido, la miró notando la seriedad y desesperación en sus ojos —¿Porqué dices que me rendí?

Ella lo empujó —¡Ray!... —Empuño sus manos—. Dejaste que mamá te enviara junto con Norman dejándonos solos, incluso en la hoja del plan escribiste "perdón por esto" ¡y ahora me entero que estás cuidando a la chica encargada de enviar a cientos de niños al matadero!

Ray la sujetó del hombro colocando su mano en sus labios —Baja la voz por favor...

Ella apartó la mano del chico de su hombro y le dio la espalda —¿Porqué Ray?

Él camino a la orilla de la cama sentándose y cubriendo su rostro con su mano —Lo hice porqué tenía miedo de morir... —Un silencio se generó en ese instante—. Tuve miedo de que colocarán en mi pecho una flor... Tuve miedo, porque Norman eligió vivir dejandome atrás... Tuve miedo que ustedes no pudieran continuar el plan...

El sonido del viento entrando a la habitación hizo que el silencio no fuera tanto, pero en segundos este solo desapareció. Los ojos sin brillo del chico se posicionaron en los de la joven.

—¿Entonces por eso estás aquí?

—Lo hice para reencontrarme con Norman en un futuro y poder destruir toda esta basura... Pero el eligió otro camino así que... —Extendió su mano con una sonrisa—. ¿Porqué no seguir ayudando a destruir este estúpido mundo?

Gilda camino al frente de él —¿Hablas de...

Se levantó sujetando las manos de la joven —Si me he ganado la confianza de Emma, es porque la apuñalaré por la espalda como los antiguos lo hicieron condenandonos a nosotros, cuando piense que ambos somos fuertes unidos, la traicionaré para liberarnos a todos...

—Es mentira... —Él la miró sorprendido, miró las manos de ambos notando como sus manos temblaban, ella lo conocía bien a pesar de que en los últimos años estuvieron separados—. ¿En verdad te dejaste dominar por el mal?

Ray sonrió y asentó —Lo hago porque la vida es cruel y simple en este lado del mundo... Lo único que he podido descubrir, es que no hay zona en donde puedas escapar —La mirada fría y vacía del joven se posicionó en la ventana—. El único método de escape...

—Es la muerte... —Respondió Gilda.

Ray asentó y suspiró comenzando a retirar su camisa caminando en dirección a su armario y buscar las prendas necesarias.
Gilda miraba con cuidado cada una de las marcas que se encontraban en el joven, para ser un chico de aún 14 años, tenía suficientes cicatrices como si hubiera vivido años en el exterior.

—Gilda, ¿a ti te colocaron el rastreador?

La joven colocó su mano en su pecho —Si, pero... Emma e Isabella ordenaron que se desactivara.

—¿Eres consiente que en un movimiento en falso podrían matarte? —Asentó—. Siendo así... Rindete al hecho de volver a ver a los chicos... Si ellos logran sobrevivir bien por ellos y que lo disfruten, porque nosotros ya estamos condenados.

—Ray las cosas no son así, debe de haber un modo en el que podamos seguir adelante y...

Las manos de Ray se posicionaron en el cuello de la joven haciendo que ella se quedara en profundo silencio, la había asustado lo suficiente para dejarla atónita.

—Solo olvídalo Gilda, en este mundo ya no hay salida —Él la soltó lentamente sujetando sus hombros y colocando su frente en el pecho de la joven—. Recuerda que es de sabios cambiar de opinión... No quiero verte morir... Eres la única hermana que tengo conmigo... No quiero perderte.

Gilda lo empujó mirandolo con enojo —¡¿Ray que mierda es lo que piensas?!, primero me dices que no me rinda, luego que siga adelante, que me olvide de ellos... ¡¿Tu lo hiciste?!

Ray sujetó su cabello dejando ver las marcas que quedan de lo que alguna vez su fue marca de ganado, sus ojos vacíos regresaron mirándola atentamente.

—Lo hice... Aquel niño sufría todas las noches mirando como uno por uno de sus hermanos mayores y menores se iban frente a él quedó en el pasado... Al Ray que miras ahora, es Ray Ratri, el siguiente al cargo de la guardia y protección de la familia de la promesa.
Comienza a aceptar que ahora eres una Ratri más, —la miró de pies a cabeza— descansa.

Ray le dió la espalda caminando en dirección al baño de la habitación, tomó unas cosas y salió de ahí sin mencionar más.
Gilda miraba sus manos algo temblorosas, estaba asustada y sorprendida por todo lo que había ocurrido en el día, por fin comenzaba a comprender todo lo que ocurría pero, ¿cómo lo haría una chica de 12 años?, era obvio que para ella era más que difícil.

La puerta sonó levemente, ella caminó en dirección a esta encontrándose con Emma frente a ella.

—Emma...

—¿Puedo pasar? —Gilda asentó y caminó a su cama que estaba al frente de la de Ray, Emma la siguió—. Escuché todo...

—Lo suponía... Ray no habla muy bajo.

Ambas sonrieron y se sentaron a la orilla de la cama.

—Mañana les explicaré todo el plan...

—Está bien... No le veo problema a que lo haga.

Emma sujetó sus manos —Gilda... Te daré otra oportunidad.

—¿Eh?

Emma la miró a los ojos mostrando una expresión de amabilidad —Te dejaré verlos por última vez antes que vuelvan a las manos de los Ratri.

Los labios de Gilda temblaban, quería hablar pero las palabras no salían, sólo suspiro y asentó. Después de un rato Emma se puso de pie caminando a su habitación, una vez la puerta se cerró la menor sujeto su almohada rompiendo en llanto.

—«Por fin podré decir adiós... Te prometo que estaré lista para comenzar una nueva vida...»

ʟᴏs ᴏᴊᴏs ᴅᴇ ʟᴀ ᴏᴛʀᴀ ᴍᴏɴᴇᴅᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora