Capítulo 10

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En un abrir y cerrar de ojos los meses comenzaban a avanzar, para aquellos chicos que habitaban en esa enorme mansión. Aún que ya habían pasó aproximadamente medio año, su cuerpo no se acostumbraba en totalidad al arduo entrenamiento que experimentaba gracias al hombre que era como "su padre adoptivo".

—¿Puedes pasarme el número 237?, por favor.

—Permitame señorita —Respondió el chico caminando en dirección a la biblioteca—. Es este ¿cierto?

Ella extendió la mano recibiendo el libro, sonrió amablemente —Al fin los memorizaste, Ray.

Tomó uno de los libros para luego sentarse al frente de la chica —Tenía que hacerlo por completo, además no es difícil memorizar los 60319 títulos que hay en este lugar, en casa habían menos.

La chicas retiró su mirada del joven para continuar escribiendo, actualmente tenían 12 años ya cumplidos, aún que estuvieran cerca de la plantación a Ray le seguía siendo complicado dejar su pasado de lado.

—Emma...

—Dime —Respondió de forma inmediata.

Cerró levemente el libro sin dejar de ver como en estos también habían algunas pegatinas con el código morse, justamente idéntico al de su antiguo hogar —De casualidad tú...

Hubo un extenso silencio entre los dos, la chica finalmente levantó la mirada y lo miró con seriedad y confusión.

—¿Yo...? ¿Qué?

—¿Tu sabes algo de William Minerva?

La tinta de la pluma que usaba la joven había manchado la hoja tras escuchar las palabras del joven, hizo una expresión de enojo y comenzó a limpiar de forma rápida la tinta derramada.

No hubo necesidad de palabras, el chico comprendió a la perfección la reacción de la joven.

—¿A qué viene esa pregunta?...

Sonrió levemente —Es simple curiosidad, dudas literarias.

Ella se puso de pie de forma inmediata golpeando el escritorio con su palma, se acercó al chico y arrebato el libro de sus manos revisando a qué se refería, su sorpresa fue inmediata al notar como en los libros de fantasía se encontraban esos logos con un búho y código morse.

—¡Oye las cosas se piden! —Él intento tomar el libro pero solo consiguió ser derribado por la chica que era más baja que él—. ¿Qué mierda?

Ella colocó su pie sobre su pecho dejándolo sorprendido —¿Desde cuando sabes esto?

Ray la miró en silencio y giró la mirada en dirección a la puerta —No hablaré...

Ella hizo una expresión de enojo y lo miró apretando sus dientes —Ray, dímelo ahora...

—¡Ya te dije que no... Agh!

La chica colocó fuerza en su pierna para comenzar a pisarlo —¡Habla de una maldita vez!

Ahora se encontraba entre la espada y la pared, si hablaba habrían consecuencias en los demás pero sí no lo hacía podría morir ahora mismo.

—Hace meses —Murmuró.

—¿Quién les enseñó a leer código morse? —Se quedó callado de nueva cuenta y ella aplicó fuerza de nuevo—. ¡Habla!

El sujeto el pie de la chica tratando de quitarlo —E-En el hogar... H-Hay libros sobre... S-sobre el morse...

Emma arrojó el libro en dirección al librero aún costado de ella, se retiró de encima del chico y camino en dirección a la puerta pero miró al chico notando como este estaba algo nervioso y preocupado. Ray aún seguía en el suelo por lo que ella se colocó sobre el sentándose en el regazo del chico sujetandolo del cuello.

—¿Qué carajo planeaste antes de irte de la granja?

La expresión de sorpresa del joven y su latido rápido por la falta de aire y nerviosismo lo acaban de delatar —Yo... No...

Ella lo sujetó con más fuerza haciendo que el aire comenzará a faltarle más y más —¡Se que algo tramas!, ¡ningún estúpido comestible insistiría en volver al lugar donde la muerte lo esperaba!

Él comenzó a jadear por la desesperación —E-Emma...

Finalmente lo soltó y comenzó a toser, ella lo sujetó de las mejillas mirándolo con enojo —Habla Ray de una buena vez.

Las lágrimas por el nerviosismo brotaban de sus ojos, él no entendía el porqué de esos sentimientos, después de todo estaba listo para morir en cualquier momento.

—Un escape...

Emma miró la puerta de reojo y sonrió —Así que por eso te han enviado a mi antes de tiempo... Perfecto, Ray.

Ella se levantó y salió de la habitación dejándolo en aquella habitación con libros en el suelo, jadeaba por el cansancio de aquel momento y sabía perfectamente que esa chica podría tramar algo peor que un asesinato.

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Durante la cena familiar, Peter y Emma estaban en silencio total, Andrew revisaba algunas hojas a su costado y él solo miraba la comida al frente suyo.
Era sopa pero, sabía diferente a la que ellos hacían en Grace Field.

—Padre, ¿que ocurriría si se llega a dar una fuga de ganado?

Las palabras le cuadraron muy rápido a Ray por lo que miró de reojo al instante a Emma notando la sonrisa de victoria en su rostro.

Andrew extendió uno de los documentos al mencionado, él sin voltear a verlo procedió a responder —Posiblemente la reina y los duques nos tendrían cierto rencor, podrían planear una rebelión en contra del clan e incluso podría generar una nueva guerra.

Emma suspiro —Entiendo... —Continuó disfrutando de su cena.

Las manos de Ray sudaban de forma desesperada, se sentía muy nervioso y no entendía el porqué si sólo había sido una simple pregunta generada por una chiquilla.
Emma se puso de pie pues al parecer había terminado de comer, gracias a la mala experiencia que había obtenido en aquel momento el apetito se le había quitado y como tenía que seguirla a donde sea que fuera no le quedaba de otra más que levantarse.

—No comiste nada Ray, no tienes porque seguirme...

—Tranquila no tengo hambre, además es mi deber protegerte.

Tras esas palabras Andrew sonrió y miró a ambos chicos —Mejor vayan a descansar.

Peter levantó la mirada mirándolos con calma —Andrew tiene razón, vayan a descansar ya que mañana tienen que madrugar, tienen deberes.

La joven se sorprendió por las palabras del mayor, por una extraña razón a Ray le causaba una satisfacción ver a la chica sorprendida de esa forma.

—Padre, ¿a que te refieres?

Peter extendió una hoja a la chica —Mañana me ayudaras a supervisar ^7214, necesito que tu misma lo hagas.

Emma hizo una expresión de asco —¡¿Es en serio?! —Asentó el hombre y ella volteo los ojos como desagrado—. Como sea...

Camino en dirección a la puerta saliendo de ahí mismo y el chico solo la siguió viendo como ella hacía un pequeño berrinche, jamás entenderá el porque de su reacción.

ʟᴏs ᴏᴊᴏs ᴅᴇ ʟᴀ ᴏᴛʀᴀ ᴍᴏɴᴇᴅᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora