ʟᴏs ᴏᴊᴏs ᴅᴇ ʟᴀ ᴏᴛʀᴀ ᴍᴏɴᴇᴅᴀ

Capítulo 44

Los papeles cayendo al suelo hicieron que todos los presentes en aquella habitación se exaltaran por la repentina reacción del superior al frente de ellos, un pequeño quejido salió de sus labios haciendo que la tensión aumentará en aquella habitación.

—¡Por una mierda, lo que ahora faltaba!

Un quejido sordo salió de los jóvenes de cabellos oscuros —Lo dijo... —Murmuraron.

Un leve golpe en la espalda provino de la mano del moreno quien se acercaba con cuidado al chico —Señor Minerva, ¿ocurre algo malo?...

Los ojos celestes del chico se posicionaron en él —No encuentro por ningún lado el maldito contrato con lord Geelan, necesitaba rellenar algunos detalles más a fondo, pero ahora no podré hacerlo a mi favor... Mierda...

—Debería de calmarse, no es nada bueno que se altere en estos instantes, en especial tomando en cuenta que nuestro plan comenzará a ejecutarse dentro de poco.

La mirada fría y dominante del chico se posicionó en ellos —Vincent, debemos de tener ese contrato a la mano ya que él puede sabotear nuestros planes...

La chica que sujetaba bate se acercó a ellos para romper un poco la tensión —Señor, ¿le ha preguntado a los más grandes?

El ceño del joven se relajó un poco pero elevó su ceja levemente —¿Porque supones que ellos sabrían?

Sus hombros se elevaron —No creo que los más pequeños entren a su oficina para poder revisar con cautela cada detalle de lo que tiene o no en su oficina.

Finalmente se relajó y colocó su mano en su frente liberando un suspiro muy profundo y agotado —Más tarde volveré a verificar todo, por el momento —Los jóvenes se pusieron de pie y al frente del chico —Quiero que supervisen el área... Tengo el presentimiento que hay algo cerca de nosotros.

—Como ordene, señor —La respuesta enforica hacía que él sonreirá levemente.

Ellos salieron sin preguntar más, la mesa de centro de su gran habitación tenía algunas hojas que él había arrojado, no quería pedirle ayuda a Vincent porque sería un abuso de su parte después de haberle gritado, así que procedió a levantar cada hoja que había tirado y también se encargó de acomodarla.

Estaba ya tranquilo ante la situación, miró atentamente todo notando que una ventana de aquel lugar estaba rota, una sonrisa apareció en su rostro recordando como regresaba de un viaje de expedición y Bárbara en compañía de Don rompieron la ventana por accidente rió levemente pero cayó de golpe al sillón mirando todo a su alrededor estando mareado.

—De nuevo excediendote con el trabajo, deberías descansar, Norman...

Él miró al frente suyo sonriendo débilmente —No puedo rendirme ahora...

Los labios de esa persona bajaron lentamente mostrando preocupación —Eres consciente que si lo haces acabarás contigo mismo y tu promesa de no perder otra vida será en vano...

—Dije que "no permitiré que alguien más muera", más nunca dije que yo estaba incluido —Miró las hojas que caían de sus temblorosas manos— Prefiero mil y un veces morir a que alguien que no ha cometido maldad en este mundo lo haga.

—¿Entonces, Zazie, Vincent, Bárbara y Cislo pueden morir junto contigo?

Los labios de Norman se abrieron por la sorpresa, miró a esa persona con los ojos muy abiertos —No...

—¿Entonces?, ¿no te parece injunta tu decisión?

Norman miró sus manos llevando una a su frente cubriendo la mitad de su cara —Solo no quiero perder a alguien más...