Esto no podía estar pasando.
No a ella.
- ¡Sunny! - la voz de Tate la trajo de vuelta a la realidad. El muchacho se deshizo del casco, y apagó la moto en la que había venido a buscarla. - ¿Alguien va a decirme qué cojones está ocurriendo?
- Jojo. ¿Cómo está? - le preguntó. Sunshine recibió el casco que Tate le estaba ofreciendo, y se montó en la parte de atrás de la moto. - Voy a patearle el culo a ese pelirrojo. - gruñó con rabia. - ¡Estoy harta de que haga llorar a mi mejor amiga! Y tú. - enfrentó a Tate. - ¿No vas a hacer nada?
- Desaparecerlo. - le oyó responder con voz grave. - Eso es lo que quiero hacer. Aplastarlo entre mis manos. - Sunshine deseó verlo a los ojos para comprobar ese mismo fuego que parecían expulsar sus palabras. - Pero Jojo me hizo prometerle que no me entrometería en su relación, y eso estoy haciendo. Controlarme.
- A la mierda el control. - bramó ella.
Media hora atrás, unos cuántos minutos después de que Hunter se marchara en su camioneta, Sunshine había recibido una llamada de su mejor amiga, que, entre lágrimas, le había comunicado que un hombre procedente de Vancouver estaba preguntando por ella. Eso, además, de los extraños mensajes que su padre había dejado en el buzón de voz de su teléfono la habían llevado a la conclusión de que Tobías Stadler se encontraba en Jackson Creek. Pero Tobías, no era un simple amigo, era su novio. Un novio al que ella había faltado el respeto al haberse entregado de la manera más íntima al sheriff de este pueblo. A su verdadero amor. Anoche mismo, Sunshine había comprobado cuánto seguía amando a este hombre, y que sus esfuerzos por olvidarlo habían resultado en vano. Nada pudo romper el hechizo. Y, a estas alturas, ella tampoco deseaba ser liberada de él. No después de la felicidad que sintió al estar entre sus brazos, cubierta por su calor, y adorada por los besos que no dejó de obsequiar a todo su cuerpo durante horas enteras. Que lo amaba, era un hecho que no podía negar. Tampoco que él la amaba más que a nada en este mundo. Pero, al mismo tiempo, ella seguía teniendo ese miedo encajado en el pecho que le impedía entregarle su corazón sin condiciones, y ya no sabía qué hacer para deshacerse de él.
Hunter Brooks era el hombre de su vida.
Y que la partiera un rayo si eso no era verdad.
- Me gustaría poder alejarla de él. - añadió. Ella, al igual que Tate, se encontraban con las manos atadas ante esta situación. - Sé que Patrick fue su primer hombre, y que mi hermana lo ama demasiado, pero he llegado a la conclusión de que no es la persona indicada. No mientras siga anteponiendo el mundo entero por delante de ella.
- ¿Y si Jojo decide marcharse con él?
Tate se giró hacia ella buscando una mejor explicación a sus palabras.
- Tú mismo lo has dicho. Lo ama demasiado. - Sunshine, a veces, deseaba hablarle con la verdad a su amiga, pero temía ser ella quien la hiriera. - ¿Crees que si lo arreglan no se marchará con él?
- Tú y mi hermana van a volverme loco. - se quejó Tate antes de arrancar la moto, y alejarla de aquella quimera en forma de castillo que el sheriff Brooks había construido para ella.
Maldita sea.
Cuánto lo amaba.
- ¿Tobías os ha dicho algo?
El gesto de negación que Tate hizo con la cabeza la tranquilizó por el momento, y, por eso, tras cerrar los ojos se recostó contra su espalda preparándose mentalmente para la batalla que la aguardaba.
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#1 Hacerte mía, otra vez. (Trilogía Jackson Creek)✔️
RomanceElla tiene su orgullo. Él tiene su corazón. Sunshine Moore se enamoró de aquel demonio de ojos azules a primera vista. Sin importar que fuera diez años mayor que ella, y que todo Jackson Creek renegara de su amor a las espaldas. Sin embargo, las hab...