14. Todo tiene su final🌞

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No.


Otra vez.

No.

Esta angustia en su pecho que le cortaba la respiración como un cuchillo filoso, y el hormigueo en las yemas de sus dedos que presagiaba el entumecimiento de sus extremidades, la llevaron de vuelta al tiempo en que eran sus emociones las que controlaban al resto de su cuerpo. Y no al revés. Ella acababa de llamar a la puerta a una de las peores épocas de su vida, y temía que los demonios ocultos en su interior también hubiesen despertado de su gran letargo para terminar con el trabajo de devorarla. De ahogarla en su pena. Todo por culpa de un amor con el que los dioses, ni ellos mismos, parecían tener piedad. Cada palabra, cada reproche y cada mirada volvía a doler más o igual que la primera vez. Por eso, Sunshine Moore no podía dejar de preguntarse si esta vez sobreviviría, o si la idea de volver a quedar varada en el abismo estaba a punto de hacerse realidad.

Ahora mismo, no era capaz de ver la luz al final del túnel, ni tampoco gota de esperanza que le devolviera la fe.

- ¿Se encuentra bien, señorita?

Esta persona intentando ofrecerle su ayuda, el mundo entero dando vueltas en el interior de su cabeza, y este patético esfuerzo suyo por recuperar el equilibrio y mantenerse en pie. Una parte de la mujer, en lo más hondo de su ser, quería echar a correr de vuelta al hombre que había dejado ir con el orgullo herido, imaginando lo peor de su persona, porque ella misma se lo había puesto en bandeja. Había cedido a sus acusaciones sin fundamento, ofendida por creerla capaz de fingir un amor, que, innegablemente, seguía adherido a sus entrañas al igual que una maldición.

- Jo-Jo. - consiguió decir.

- ¡Señorita Jones! - exclamó el hombre sosteniéndola de la cintura. Había estado a punto de desvanecerse. - ¡Alguien la necesita ahora mismo!

- ¡Sunshine! - la voz de Joanne llegó junto a un coro celestial. - ¿Qué te ocurre? - le preguntó, pero ella fue incapaz de articular una sola palabra. - Está bien, cariño. Yo estoy contigo. Respira despacio.

- Sunshine.

Un par de voces más llegaron a ella.

La de Tobías.

Y la de Tate que la miraba con cierto terror inyectado en los ojos, como si el ataque de pánico que estaba sufriendo le supusiera una auténtica odisea con la que lidiar.

- Vamos, nena, respira. - Tobías y Joanne la sujetaron de ambos brazos, y la llevaron pasillo adentro, alejándola del público que se había congregado a su alrededor. - ¿Qué cojones ha pasado?

- Un ataque de pánico. - respondió Jojo en su lugar, y los dirigió hacia el sofá de su despacho dónde la obligó a tumbarse. - ¿Te duele el pecho?

Ese dolor era el que no la dejaba ni respirar.

- Sí.

- Entonces, hay que llevarla al hospital. - propuso Tate. No dejaba de andar de un lado a otro manifestando su propia ansiedad. - ¿Es que no la estás viendo, Jojo? Ha perdido hasta el maldito color. - los ojos piadosos del muchacho se posaron sobre ella. - ¿Qué es lo que te ha dicho esta vez? Da igual. Voy a matar a ese hijo de puta entre terribles sufrimientos. - bramó. - Y luego a ese pelirrojo engreído por volver a romperle el corazón a mi hermana.

#1 Hacerte mía, otra vez. (Trilogía Jackson Creek)✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora