¡Disfruten!
- Los declaro marido y mujer. - anunció el pastor dándoles la bendición. - Puede besar a la novia.
Hunter Brooks se había preparado para este momento un millón de veces en su cabeza, y por más esfuerzo que estaba poniendo en mantener la vista fija en su mujer, no conseguía guardar la compostura. Sunshine estaba tan hermosa en ese vestido de novia de satén, y con ese largo velo que había elegido para la ocasión, que incluso creyó estar sufriendo una alucinación al verla caminar hacia el altar junto a su padre. Al fin, dispuesta a unirse a él para toda la eternidad. Después de tanta distancia en vano, y de tantos secretos de por medio que no sirvieron más que para confirmar cuán profundamente se amaban el uno al otro. Por eso, hizo falta el impacto de ese par de labios contra los suyos para que él pudiera regresar a aquella realidad en la que acababa de convertir a Sunshine Moore en su esposa, y en la que todo el mundo ansiaba verlo dándole un beso de película. Así que, como el sheriff de Jackson Creek no quería decepcionar a nadie, mucho menos, a su esposa en un día tan especial para ambos, le rodeó la cintura e inclinándola 180 grados le devolvió el beso con todo el amor de su corazón.
- Te han dicho que la beses, no que te la comas. - soltó TJ en burla.
Sólo entonces, el sheriff fue capaz de soltar los labios de su mujer, y volver a dejarse hipnotizar por esa mirada de chocolate.
- Denle la bienvenida al señor y la señora Brooks. - anunció el pastor por todo lo alto.
- ¿Qué le pasó, señor Brooks? - le preguntó Sunshine entre dientes a la vez que saludaban a sus invitados. - Durante un momento, parecía haber desconectado de la realidad. ¿Hay algún problema?
- Sólo estaba asimilando la noticia.
- ¿Cuál? - le preguntó ella mirando al frente mientras Joanne se ocupaba de fotografiar cada ángulo suyo. - Me gustaría saberlo.
- Que, al fin, eres mía.
Sunshine lo miró de vuelta formando ese puchero con los labios que le hizo confirmar lo sensible estaba su mujer desde hacía un par de semanas. Es más, a su ardillita no le importó arruinar su maquillaje ni la sesión fotográfica a la que su amiga la estaba sometiendo por saltar a sus brazos de forma precipitada, y provocar los aplausos y vitores de todos sus invitados.
- Nada volverá a alejarme de ti, ardillita.
- Lo sé, cariño.
- Felicidades, mi niña. - el señor Moore los interrumpió para saludar a su hija. - No llores. - él le secó las lágrimas a una angustiada Sunshine con el dorso de su mano. - Es uno de los momentos más felices de tu vida.
- Por eso, estoy llorando, papá. - se quejó ella.
El sheriff tuvo que llenarla de besos un poco más hasta conseguir que se calmara del todo.
- Felicidades a ti también, hijo. - lo saludó el señor Moore con un abrazo.
- Gracias, suegro.
Como su boda contaba con un número reducido de invitados, ambos habían decidido celebrarlo en el jardín de su casa, y para mayor comodidad de todos. Su mujer se había ocupado de organizarlo todo junto a Joanne Jones, que se había tomado unos días para regresar a Jackson Creek, sin importar que estuviera planeando asentarse un par de meses en Vancouver. A pesar de todo lo que había ocurrido con Patrick, ella le había concedido su apoyo para que lo invitase a la boda a sabiendas de que ambos eran amigos desde hacía muchos años, pero había sido el mismo abogado quien rechazó su invitación al no sentirse capaz de asistir. A diferencia de él, Joanne contaba con el apoyo de TJ, de Sunshine, y cómo no, de Maddox. Y cómo hubiera sido una situación bastante incómoda para todos, el sheriff no había querido insistir más, y no le había quedado más remedio que resignarse a la ausencia de uno de sus mejores amigos.
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#1 Hacerte mía, otra vez. (Trilogía Jackson Creek)✔️
RomanceElla tiene su orgullo. Él tiene su corazón. Sunshine Moore se enamoró de aquel demonio de ojos azules a primera vista. Sin importar que fuera diez años mayor que ella, y que todo Jackson Creek renegara de su amor a las espaldas. Sin embargo, las hab...