Los días en Cartagena pasaron muy rápido.
Cuando la alarma sonó a las 7:30 no quería despertar. Pasaron veinte minutos hasta que mi cuerpo decidió reaccionar, sin tener mucha escapatoria. Deslicé la sábanas y dejé la cama perfectamente tendida antes de abrir la puerta.
Bajé a la cocina y encendí la estufa para hervir agua. Un buen café a esta hora es el único aliado que podría arrancarme la somnolencia. Puse en la tostadora un par de panes y esperé, fijando mi vista en algún punto afuera de la ventana. Alargo el plato en la mesa y empiezo a desayunar algo aturdida aún por el sueño.
La noche anterior a esta logré terminar el cuadro arruinado por mi para-nada problemática prima. Hoy lo enviaría por encomienda de vuelta a Bogotá unas horas antes de mi regreso. No podría llevarlo conmigo en el autobús, sería desterrada de la terminal si me veían llegar con eso.
El dinero que ahorré en hospedaje alcanzó para conseguir los colores de las pinturas que necesitaba y el resto de materiales.
De verdad necesito recompensar el sueño perdido.
Había escuchado en la madrugada a Ben alistándose para ir a trabajar, aunque hizo todo lo posible por ser discreto y no hacer ruido, al final me dejó mirando al techo por un buen rato. El pobre parecía haber envejecido un par de años desde su llegada. Tanto trabajo y estudio acumulado le pasaba factura, incluso mientras hacía lo que amaba, en cierto punto me preocupaba. Aunque todo ese sacrificio valía la pena, eso lograba reconfortarme un poco.
Tomo una corta ducha, trazando mapas mentales del orden en el que debía hacer las cosas para que todo saliera perfectamente. No tenía derecho a perder minutos de esta mañana. Dentro de dos horas salía mi autobús de vuelta y si llegaba tarde, me castigaría a mi misma por dejar todo para última hora.
Alisté todo y dejé el departamento atrás.
De camino a la oficina de correos, me repetía sin parar que la dirección que Ben me dio era lo suficientemente fácil para llegar hasta allá sin perderme. Llevaba entre mis manos una hoja de papel con un croquis diseñado por él especialmente para que no tuviera oportunidad de tomar alguna otra vía.
La estación se encontraba bastante iluminada, con personas que iban de un lado a otro caminando rápido y sin preocuparse demasiado por el entorno que existía alrededor de ellos. Me emocionaba pensar que esta vez sí podría dormir como un oso perezoso. Había logrado conseguir una pastilla para poder descansar durante cada minuto del viaje.
Al contrario de lo que mi mente imaginó que podía pasar durante mi instancia aquí, todo fue diferente. Incluso cuando suena extraño decirlo, puedo asegurar que Benjamin Laurentis sería algo así como mi mejor amigo de por vida ahora en adelante. Ambos sanamos, reímos y lloramos. Podría contar con él, y yo también estaría ahí cuando lo necesitara. Olvidando cualquier historia romántica, sólo quedaba eso. Amistad sincera.
Cerré los ojos, sintiéndome en calma.
(...)
Camino despreocupada pasando frente a algunos bares bogotanos que empezaban ya a llenarse. No faltaba la persona ebria que caminaba con un cigarrillo en mano. No terminaba de entender la necesidad de quedar casi inconsciente en público, sin poder caminar. Quizá mi falta de empatía se debe a que jamás me he pasado de tragos. Ni de lejos.
Si tanto quieres olvidar algún problema existen otras formas.
Deja de creer que tú jamás tomaste malas decisiones.
Toco el timbre de la imponente casa donde Andrés vive, esperando por una respuesta.
Arrugo los ojos bajo el sol, captando la figura de un señora de pequeña estatura que llevaba en su cabello un trozo de tela que lo sostenía. Sonreí internamente, porque sin siquiera conocerla, puedo asegurar que es alguien demasiado amable.

ESTÁS LEYENDO
Último Verano En Estocolmo (Juan Pablo Villamil)
FanfictionTodos tenemos un "ojalá" en nuestras vidas. Alguien que pudo ser, y se quedó en la puerta sin entrar. Una chispa que no encontró dónde hacerse llama, y se apagó. Alguien que cuelga de tus recuerdos. Pero sobre todo, alguien que no fue, ni será. (Bor...