Capitulum V

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No sabía el por qué, pero llegué a cuestionarme quién de los dos era el enfermo en la habitación. Si el rubio por su descabellada idea sobre una amistad, o yo con un calor corporal de 40ºC. Porque sí, mientras yo dormía, el rubio había tomado mi temperatura con un termómetros de mercurio y esta no había disminuido en todo este tiempo a pesar de los paños húmedos.

Mi cabeza dolía a mares y los escalofríos seguían recorriéndome como si ellos fuesen los dueños de mi cuerpo. Temblaba bajo las mantas calientes, con la sensación de frío instalada en mi piel y, el sudor helado, se deslizaba por mi frente en señal de malestar.

Pero todo eso pareció esfumarse de sopetón cuándo, las palabras "Seamos amigos" habían salido de la boca del de cabellos claros como si aquello fuese la cosa mas sencilla del universo. Como si aquel hecho fuese igual de relevante que sujetar un objeto de apenas 100g con una mano o siquiera compararse con la acción de respirar.

Porque sí, el rubio y yo no éramos en lo absoluto compatibles y eso podía percibirse a kilómetros.

—Está demente.—fue lo que contesté ante su propuesta.

Aquel frunció su ceño e hizo un puchero indicando que no se rendiría tan fácil.

—¿Por qué no?—reclamó— Creo que es la mejor opción para curarte, Jungkook.

—¿Me está tuteando, Dr. Park?— pregunté al ver la forma informal en la que me hablaba.

—Los amigos no se tratan de usted.

—¡Pero le digo que no somos amigos! Ni siquiera lo quiero aquí, lárguese.—indignado por su falta de respeto, respondí cortante. No tenía el estado adecuado para echarlo a patadas o siquiera tener una discusión con alguien. Menos con él.

—No. Me quedaré aquí hasta que Kim venga y cuidaré de ti.

—No quiero—respondí ante su negado.

El rubio se levantó, volviendo a humedecer el paño en el barreño con agua fría, para acercarse mí y tendérmelo.

—Póntelo, supongo que no quieres que te toque—en una sonrisa amable dijo, ignorando mi pedido y haciendo oídos sordos de mis palabras—. Oh, y dime Jimin.

Su cambio de accionar repentino, me descolocó, preguntándome nuevamente con quién estaba hablando.

Jimin- Quiero decir... El Dr.Park; era una persona profunda y algo seria que parecía analizarlo todo, sin perder ningún detalle por mínimo e insignificante que fuese. Sin embargo, —la persona actualmente frente a mí y con la que estaba cada vez más confuso—, mostraba completamente ser lo opuesto a lo que solía ser. Este hablaba confiado, demostrando ser energético y desprendiendo un aura irradiante de felicidad a su alrededor, como si estuviese corriendo en una pradera llena de amapolas, con el sol resplandeciente azotando en sus rubias hebras, haciéndolas brillar como el oro.

Estiré el brazo para sujetar el fino trapo húmedo que aquel me tendría y nuestras manos rozaron una vez más. Pero la diferencia era que, cuando yo me enfermaba —cosa que sucedía con mayor frecuencia de la que me gustaría— mi fobia se extinguía, volviéndome inmune a ella, pudiendo tocar a las personas, en este caso, a Taehyung quien había cuidado de mí en los últimos resfriados.
Sentir los virus en mi organismo, hacían que mi mente tuviese el pensamiento de que no podría contraer otro tipo de enfermedad al ver que, todas las acciones diarias de limpieza y esfuerzos que realizaba, eran en vano por mi débil sistema inmunitario. Por ello, podía dejar de preocuparme por tener una reacción negativa ante mi misofobia aunque eso tuviese que ser cuando apenas podía mantener en pie y mi cuerpo ardía en fiebre.

Misophobie • JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora