Capitulum XIII

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¿Alguna vez les habían dicho "te quiero"? ¿Si? ¿No? Bueno, si es así, concordaran conmigo de que es el sentimiento más bonito escuchar un "te quiero" y más si es de la persona que amas. Con dos simples palabras, tu día puede pasar de ser el peor a convertirse en uno que recordar. Solo dos palabras, ocho letras y un espacio son necesarias para hacer latir el corazón de las personas y llenarlas de felicidad y alegría.

Saber que alguien en el mundo te aprecia y se preocupa por ti es algo que todos querían tener, más, no todos logran adquirir con el paso de los años. Resulta deprimente saber que nadie te quiere y vela por ti, por que estés bien o que simplemente compartáis momentos divertidos entre risas. Saber que alguien te recordará.

Pero si vuestra respuesta a si alguna vez alguien os lo ha dicho fue negativa, entonces déjame adelantarte que escucharlo de una persona que te importa puede llegar a hacerte cambiar la forma de ver las cosas. De una pintura sin color, en blanco y negro, a un cuadro floral lleno de vida y emoción. Así me había sentido al oír la confesión del mayor minutos antes, emocionado y desbordante de vida.

Desde ese momento, ambos nos recostamos nuevamente en el sofá beige de la sala, compartiendo caricias dulces y disfrutando de la cercanía ajena con una sonrisa en nuestros rostros. Yo mantenía apoyada la cabeza sobre el pecho del castaño mientras este proporcionaba una especie de jugueteo con los mechones de mi pelo negro. Nos mantuvimos en esa posición por varios minutos, pero juraría que nunca podría cansarme de escuchar los risueños latidos del más bajo por lo armonioso que sonaban. Estos eran como la melodía perfecta a mi ver, tan perfectos y sincronizados con los míos. ¿Será qué nuestros corazones llevan una misma sintonía por el destino? Estaba comenzando a pensar que así era y, aquello, me hacía sonreír aún más ampliamente.

—Jungkook— levanté la cabeza para mirar al chico quien me reclamaba, asintiendo para que viese que poseía de toda mi atención—¿Yo te gusto?— preguntó. Mi respuesta fueron varios movimientos de cabeza afirmando, tan contento por mi respuesta como si la pregunta del mayor hubiese sido sobre la nota de un examen y mi resultado en la prueba fuese excelente— Entonces...¿Qué somos?

—¿Quieres ser algo?— me reincorporé para mirarlo, quedando cara a cara.

Como había dicho antes, no quería apresurarme. Si bien ya ambos sabíamos de los sentimientos amorosos del otro aún las inseguridades se encontraban presentes y no deseaba que, mi primera relación oficial, terminase de una mala forma, menos si era Jimin de quien se trataba.

El chico se encogió de hombros para responder.

—No es necesario de momento. Podemos seguir siendo amigos con algún tipo de derecho, ¿Te parece?— cuestionó. Negué con la cabeza varias veces, yo no quería ser su amigo, aquella palabra dicha por el castaño me dañaba en lo más profundo.

—Yo no quiero ser tu amigo, Jimin— el mayor hizo un puchero ante mis palabras.

—¿Volveremos a empezar con qué no quieres ser mi amigo como cuando estabas enfermo? Ya pasamos por eso, me costó mucho convencerte, ¿Otra vez tengo qué rogarte par-

Reí por lo tierno e infantil que estaba actuando. Se le veía realmente cohibido por mis palabras aunque todo fuese un malentendido por su parte. Yo no quería que se fuera de mi lado como en aquella ocasión, lo que no quería era que nuestra etiqueta de relación fuese "amigos". Yo no quería ser su amigo, yo anhelaba por ser algo más importante para el mayor. Lo interrumpí con mi risa mientras hablaba.

—No es que no quiera que no seas mi amigo y desaparezcas, lo que no quiero es ser solo eso, amigos... — mis últimas palabras salieron algo bajas por lo nervioso que estaba comenzando a ponerme de repente. ¿No hacía mucho calor? ¿El aire acondicionado se habría roto? El chico bajo sonrió, entendiendo lo que quería y asintió con la cabeza energético.

Misophobie • JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora