Capitulo 33

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Audifaz estaba en casa de doña Imelda como todos los días, en ese momento Polita había llegado y estaba realmente enojada.

-Hola mi Polita, ¿y el Aris?- preguntó Audifaz.

Polita no respondió a eso porque la palma de su mano impactó contra el cachete de Audifaz, algo que dejó confuso a los demás.

-¿Qué pasa Polita?- preguntó doña Imelda confusa-. ¿Por qué le pegas a Audifaz?
-Dile Audifaz, dile a tu mamá qué fue lo que hiciste- dijo Polita enojada.

Audifaz realmente sabía lo que había hecho ya que él estuvo en el hospital cuando fue a acompañar a Ari y a Polita. Blanca, Eugenio, Daniela y Linda entraron a la habitación al escuchar los gritos.

-¿Qué pasó Audifaz?- preguntó doña Imelda una vez más-. ¿Qué hiciste como para hacer enojar a Polita?
-Audifaz le metió quien sabe cuantas ideas a unas compañeras de Ari para que molestaran a Temo y todo eso lo llevó al hospital- dijo Polita sin dejar de ver a su esposo-. ¿Cómo se te pudo haber ocurrido eso, Audifaz? Son solo unas niñas de cinco años.
-Yo solo quería que mi hijo no fuera por el mal camino cuando creciera y la mejor opción era que el Aris se juntara con una niña- dijo Audifaz.

Otra cachetada por parte de Polita volvió a hacerse presente, los demás lo miraban con decepción.

-Nada de eso iba a funcionar, Audifaz, Ari se va a enamorar de quien quiera- dijo Polita aun más enojada-. ¿No te pusiste a pensar lo que hubiera pasado si el accidente fuera mucho más grave? Solo pensaste en ti y no en nuestro hijo.

Polita salió del departamento enojada, después de la plática Audifaz comenzaba a sentir un cambio dentro de él. Doña Imelda le hizo una seña a su hijo y ambos se fueron al cuarto.

-No puedo creer lo que hiciste- dijo enojada-. Tú puedes meterte con alguien de tu tamaño, pero con un niño ¿es enserio, Audifaz?
-Yo no quería que pasara esto, madre- dijo Audifaz con culpa-. Yo solo quería que mi hijo no fuera por el mal camino.
-Hijo, aunque Aristoteles aun es pequeño ya está seguro de lo que quiere, yo lo apoyo. Solo pensaste en ti y no en la felicidad de mi nieto.

Imelda salió del cuarto dejando a Audifaz en el profundo silencio para hacerlo reflexionar.

Te amo desde siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora