|Capitulo 22|

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Narra Mía*

Desperté por los delicados rayos del sol que entraban por la ventana, han pasado algunos días desde la escena que arme con Enid, obviamente gane un regaño por parte de Deana aunque para ser sincera me valió, no es que no la respetará, si no que habla de respeto y soy la única que esta siendo regañanda mientras que Enid disfruta de cómo me regañan.

Deana, Maggie y Michonne me han dicho que Enid está arrepentida y que quiere hablar conmigo, pero si soy sincera no creo nada de lo que dicen, ellas harían lo que fuera con tal de no darle problemas a Alexandria.

Las cosas entre Rick, Deana y Jessie no están muy bien, digamos que mi suegro le dijo a Deana lo que sospechaba, ella se limito a decir que hasta que ella dijera algo iban a actuar, eso es algo que me molestó de Deana, no iba a hacer nada hasta que algo pasara, ¿esperaría a que Jessie sea asecinada por su esposo?.

Después de pensar en todo lo que ha estado pensando en las últimas semanas finalmente me metí a dar una ducha demasiado corta ya que aún estábamos escasos de provisiones al salir de mi ducha ví que Carl no estaba en la cama, pero no me preocupe, quiza su papá le ha hablado para algo.

Al bajar, ahí estaban todos, incluida la pequeña Judith.

- Mía, que bien que bajas..— hablo Rick mirándome.

- ¿Pasa algo?— pregunté mientas me acercaba a la sala, dónde Carl me recibió con una hermosa sonrisa de esas que me fascinan.

- Haremos algo para detener al esposo de Jessie, no podemos dejar que esto llegue a mayores.— respondió Rick mirándome serio.

- Bien, cuenta conmigo Rick..— dije con una sonrisa, no me parecía que Jessie fuera golpeada por su esposo, en especial sabiendo que ella es una persona demasiado agradable.

- Bien, hoy armaremos el plan y el día de mañana lo detendremos.— comenzó a explicar Glenn. Creo que nunca le había puesto tanta atención a algo como ahora, me sentía preocupada ya que una vida estaba en riesgo.

El plan parecía ser demasiado sencillo, Carol nos dejaría abierta la ventana que está en la armería para pasar durante la noche sin que nadie nos vea. Yo por ser delgada y pequeña, entraré por la ventana donde tomaré cuchillos y armas pequeñas.

Finalmente les entregaría a los "mayores" las armas y ellos se encargarían del resto, esperaba no meternos en problemas con esto, estábamos teniendo una gran vida en Alexandria y todo podría verse afectado gracias a nuestro acto de "heroísmo".

- ¿Piensas en tu bello novio?— interrumpió Carl mis pensamientos.

- Jajaja, nop— dije sonriendo al ver que estaba hablando de él mismo.

- ¿Entonces en qué piensas?— pregunto mientras se sentaba aun lado de mi.

- En qué espero que no nos metamos en grandes problemas por nuestro acto de "heroísmo" sabiendo que Jessie no quiere que la salven. Estamos teniendo una muy buena vida aquí en Alexandria, además de que aquí, Judith está teniendo una infancia normal como la de cualquier otro niño.— respondí con algo de miedo.

- Todo estará bien, verad que no nos meteremos en problemas..— intento convencerme, digo intento, por qué definitivamente no logro convencerme.

Pase un rato jugando con Carl y Judith, hasta que la persona que menos quería ver apareció; Enid. Después de todos los problemas que me había causado, ni loca le hablaba o algo por el estilo.

- ¿Que tal Mía?— hablo llamando nuestra atención, así mismo siendo recibida por una mala mirada de ambos.

- ¿Acaso vienes a seguir intentando quitarme el novio?— respondí sarcástica. Pero al parecer, nadie en Alexandria conocía el sarcasmo.

- No, solo quiero hablar contigo, con ambos..— respondió algo temerosa, oh Deana, por qué se que estás detrás de todo esto.

- Deana te mando, ¿no es así?— pregunté lo último con algo de molestia.

- No Mía, vine por mi cuenta..— volvió a responder, está vez con seguridad de lo que decía.

- Bien, adelante.— hablé mientras que Carl me veía como sabiendo que muy en el fondo aún quería golpearla.

- Se que lo que hice estuvo mal y realmente lo siento mucho. También siento que Deana que haya regañado únicamente a ti y no a mí por qué se que la que provocó esto fui yo.— en el fondo de mi, había algo que un le guardaba rencor, pero se que sus palabras son sinceras.

- Por mi parte estás perdonada, solo, no lo vuelvas a hacer. Porque únicamente tendrás una amistad de mi parte.— hablo Carl diciendo lo último con un tono serio.

- Si, lo siento mucho, Carl..— volvió a disculparse, siendo sincera lo dudaba mucho.

- Está bien, no te diré "no lo vuelvas a hacer" por qué estoy segura que sabes lo que te conviene.— hablé amenazante, tuve una experiencia muy mala para aprender que no hay que confiar en nadie.

- Si, ¿Podríamos intentar ser amigas?, Siendo sincera, no me gusta que estemos como enemigas..— dijo con una sonrisa.

- Bien, intentemoslo.— respondí sería.

- Gracias por la oportunidad, Mía.— dijo finalmente para después irse.

¿Que acabo de hacer?, No lo sé, pero si es que Deana la mando, consiguió lo que quería.

- ¿De verdad piensas ser su amiga?— pregunto mi lindo novio sacándome de mis pensamientos.

- Dije que lo intentaría, no que lo sería.– respondí a lo que el me dió una sonrisa.

Luego de olvidarme por completo de lo que recién paso con Enid, me fui a buscar a Michonne y Maggie, hablaba con ellas, pero no tan seguido como solíamos hacerlo, creo que hemos estado enfocados en ayudar a Jessie.

Pase un tiempo con las chicas, aunque era la misma plática de siempre; chicos, antes del apocalipsis, que sería de nosotras si no hubiera existido esto, que pasaría si alguna vez atacarán Alexandria, y que pasaría si no pudiéramos salvar a Jessie. Lo que más me preocupaba de lo último, es que arriesgaramos la vida que tenemos en Alexandria, dónde Judith puede tener una infancia "normal", sin tener peligro.

El tiempo que pase con las chicas se fue demasiado rápido para mi gusto, al anochecer cenamos algo ligero osea un sándwich y finalmente nos fuimos a dormir.

Mañana sería el día en que llevemos a cabo nuestro plan.

La Pequeña Dixon. [Carl Grimes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora