| Capítulo 25 |

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Narra Mia

Desperté ya que habían varios gruñidos viniendo de la puerta de abajo, cuando quise pararme estaba completamente desnuda. Ay dios, ¡Ayer fue mi primera vez con Carl!

Estoy impresionada, fue mi primera vez y se sintió tan bien, al sentarme en la cama ví como toda nuestra ropa estaba esparcida alrededor del cuarto.

La camisa que estaba cerca mío era la de Carl así que no dude ningún momento y me la puse, sin sostén ya que estaba muy lejos y aún tenía demasiada flojera para levantarme. Me puse mi ropa interior ya que esa estaba a un lado de la camisa de Carl.

No dude ningún momento y comencé a darle pequeños besos a Carl por toda la cara para levantarlo.

— Buenos días, bello durmiente..— dije entre los besos que le iba dando en la cara.

— Cinco minutos más, por favor..— respondió mientras se ponía ambos brazos en la cara para que no le diera más besos para levantarlo.

Lo intente por las buenas, así que no me queda otra opción que hacerlo por las malas.

Tome la almohada con la que yo había dormido y comencé a golpearlo.

—¡Es hora de levantarse!— le di un golpe debajo de donde es su panza, y di en un lugar donde no debía. Sin querer le había golpeado sus partes íntimas y es que olvide completamente que estaba desnudo.

—¡Auch!—respondió mientras se tapaba sus partes íntimas con sus manos.— ¡Eso dolió!

— Lo siento, lo intente por las buenas. Además, había olvidado por completo que estabas desnudo.— dije algo incómoda la última palabra.

—¿Te incómoda que esté desnudo?—pregunto mientras se sentaba a un lado de mi, con la cobija en su cintura. —¿Oye esa es mi camisa?

—No, no me incómoda que estés desnudo, ¿Cómo podría estar incómoda después de que ayer fuera nuestra primera vez? No es incómodo, es solo lo había olvidado..— respondí entre risas, creo que fui muy directa ya que el abrió los ojos demasiado.— oh, y si es tu camisa, la mía está muy lejos con mi sostén y tengo algo de flojera.

—¿Estás diciéndome que no traes nada de bajo de mi camisa?—pregunto acercándose a mi, este chico tiene las hormonas más alteradas que nadie.

—Exactamente, fue lo que dije...—puse mi mano en su pecho evitando que se acercará más a mi.— Ayer fue mi primera vez, Carl. No creo que la segunda vez sea al día siguiente. Además ¡Me duelen las piernas!—respondí tirándome de espaldas a la cama.

— Lo siento, creo que fui muy brusco contigo, ¿No es así?—comento con la mirada algo triste.

— No, no es asi. Para nada..— respondí apoyándome en mis codos para poderme parar y ver mejor su bello rostro.

— Si te lastime puedes decírmelo, no me sentiré mal..— hablo intentando darme una sonrisa.

—Carl...—comencé a hablar mientras me sentaba.— No me lastimaste para nada, ayer fue una de las mejores noches de mi vida, creo que es normal que me duelan si fue mi primera vez ¿No?

— Tienes razón, también fue mi primera vez así que estaba demasiado nervioso, no quería lastimarte..— respondió mientras miraba al suelo.

— Todo está bien. Solo que mi padre no se entere nunca por qué te asesina..—dije dándole una sonrisa.

Era el momento de finalmente pararnos, yo me pare primero y por parte fue una mala idea ya que apenas podía mantenerme de pie, mis piernas no me aguantaban.

La Pequeña Dixon. [Carl Grimes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora