08; No quiero que me cambies.

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El celular de Eli sonó, cosa que lo despertó y rápidamente silenció el sonido, eran mensajes de su madre preguntando donde estaba.
Miró a su lado y vió a Demetri dormido, después levantó la sábana para ver debajo, el castaño seguía desnudo, sonrió admirando su desnudez, y con cuidado abandonó la cama, luego se colocó su ropa, y entonces se fue antes de que Demetri despertara.

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Eli se dió un largo baño para quitarse todo el olor de la noche anterior, aunque Demetri le dejó unos rasguños que tendría que ocultar.
Le explicó a su madre que olvidó avisarle que estaba en casa de Demetri y aparentemente le creyó. Más tarde salió para ir al dojo.

—El serpiente.— Dijo al ver a Miguel estirándose en una colchoneta.

—¿Qué onda?— El moreno sonrió y siguió con los estiramientos.

—¿Han venido más chicos?— Preguntó quitándose la ropa para ponerse el karategi blanco.

—Unos cuantos... Wow.— Dijo Miguel al ver los rasguños en el cuerpo de Eli.
—¿Perdiste la virginidad anoche?— Preguntó burlón.

Eli se sonrojó al recordar lo que había pasado, quería mentir pero iba a ser peor si decía que estuvo con Moon.
—Me caí.

—Ajam, te caíste sobre unas uñas que te decían Oh papi, sigue.— Miguel rió a carcajadas.

Eli se tensó al recordar la voz de Demetri. —Mejor vamos a entrenar.— Evadió el tema y se sentó al lado del moreno.

—¿Qué hacen, par de nenitas? Ya fue suficiente estiramiento, comiencen a pelear.—Dijo Johnny al ver que sus estudiantes no estaban entrenando.

Eli y Miguel obedecieron y se pusieron de pie frente al otro para empezar a luchar.

Después de un rato Johnny los hizo formarse. —Van a aprender a recibir golpes en el rostro.— Dijo el rubio.
—Aisha.— Miró a la morena.
—Enséñales.

Aisha sonrió y se tronó los dedos antes de ponerse frente a uno de los niños más temerosos y le dió un golpe que lo dejó en el piso. Caminó después hacia Eli y lo golpeó tan fuerte que le sangró la nariz y todos la miraron aterrados. —Él está bien.

—Estoy bien.— Dijo Eli riendo en el piso y se levantó para él también golpear a otros, el entrenamiento le resultaba divertido.

—Si que estás loco, Hawk.— Dijo Miguel negando con su cabeza.

Aisha aprovechó que Miguel estaba distraído y se le tiró encima con todo el peso.

—E-Estoy bien.— Avisó el moreno con voz débil.

—Me encanta ser Sensei.— Dijo Johnny con su clásica media sonrisa burlona.

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Demetri perdió la primera hora de clases, así que entró para la segunda, estaba realmente agotado.
Quería encontrar a Eli y darle un beso, pero al pasar por un pasillo lo encontró besandose con Moon, y aquella escena le molestó y solo fue a su salón.
Estaba de mal humor, se sentía usado otra vez.

Cuando fue la hora de salir a comer, vió a Eli sentado en una mesa solo, pensó que era el momento indicado para hablar con él pero al ver que Moon se acercó y se le sentó en las piernas, cambió de dirección.

—Hola, amigo.— Dijo Miguel con la carita de felicidad que lo caracterizaba y abrazó a Demetri por los hombros, lo llevó a la mesa en la que él no quería estar.

El castaño notó el cambio en los gestos de Eli ante su presencia. —¿Qué tal les terminó de ir en la fiesta? Yo tuve que irme.— Dijo mirando al peliteñido.

—Todo estuvo bien.— Respondió Moon sonriendo y agarró la cara de Eli para darle un beso.
Demetri tomó asiento y apartó la vista.

—Yo me peleé con Sam.— Dijo Miguel sentándose junto a Aisha.

—Así no iba lo de golpear primero, amigo.— Eli soltó una carcajada y Moon le dió un golpecito. —Lo siento, es que realmente estuvo gracioso.

Miguel miró a Eli con fastidio.
—No quería golpearla, el golpe era para el idiota que vino con ella.— Agarró una manzana de su plato y la mordió.

—Si como sea, le mejor parte fue cuando Aisha le hizo calzón chino a Jasmine.— Dijo Eli.

Demetri puso atención al oír el nombre de la rubia, se sintió mal al saber lo que le había pasado además de que le arruinaron el cumpleaños.

—Hermano binario.— Dijo Demetri a Eli. —¿Puedo hablar contigo un momento?

—¿Hermanos binarios?— Preguntó Miguel.

—Oh sí. Demetri y Eli, hermanos binarios.— Dijo el castaño haciendo figuras raras con sus brazos y todos rieron a excepción de Eli.

—¿Puedes cerrar la boca?— Le preguntó Eli apretando sus puños. Demetri solo lo miró extrañado de que se molestara por aquello.

El castaño era quien debía estar molesto, le dolía todo el cuerpo. Aunque claro que había disfrutado la noche con Eli, pero Demetri no entendía la actitud de su amigo, se besaban, habían tenido sexo, y él actuaba como si solo le gustara Moon.
Bajó la mirada como si aquel color plateado de la bandeja donde estaba su comida fuese más interesante que todo lo demás a su alrededor, aunque se reflejaba ahí y notaba la tristeza en su propio rostro.

Moon no tenía la culpa de nada.

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—Demetri.— Dijo Eli mientras trataba de alcanzar a su amigo. —¿Puedes parar de caminar?

—¿No te enseñan a ser rápido?— Preguntó el castaño con fastidio y apretó las tiras de su mochila.

—Sí, pero tus piernas son más largas que las mías.— Eli caminó más rápido hasta que alcanzó a Demetri. —¿Por qué me evades?

Demetri se volteó y lo miró ofendido. No quería pelear en medio de la calle, por lo que tiró del brazo de Eli y lo llevó a un callejón. —Nos damos besos, nos acariciamos, ¡Tuvimos sexo ayer!— Le gritó lo último. —¿A qué estás jugando, Eli?

Eli bajó la vista un momento, pensando. —Escucha.— Miró al castaño. —Me gustas, pero ésta nueva vida me está haciendo bien, las personas me respetan, les gusto... Y me da miedo perder eso.

—¿No te da miedo perderme a mi?— Demetri lo miró con tristeza.

—A ti nunca te voy a perder.— Eli se acercó y tomó la cara del castaño.
—Tu eres parte de mi y yo soy parte de ti.— Besó sus labios y fue correspondido.

Demetri abrazó el cuello de Eli e inclinó su cabeza hacia un lado para poder besarlo mejor.

—¿Vendrás mañana a verme entrenar?— Eli agarró la cintura de Demetri y lo apegó a su cuerpo.

—Sí, claro que sí.— Demetri recostó su cabeza en el hombro de Eli y lo olfateó. —No quiero que me cambies por tus nuevos amigos.

—Nunca.— Eli bajó sus manos y agarró el trasero de Demetri. —Ésto es mío.

—Sí, papi.— Demetri se sonrojó y volvió a besar a Eli.

—Vale, no deberías decirme así si no estamos en tu casa o en la mía.— Dijo el teñido separándose y se mordió el labio porque ya había sentido su miembro endurecerse.

Demetri bajó la vista porque sintió algo presionarlo y al ver lo que era sonrió. —Que sensible eres.— Besó las mejillas de Eli. —Y sé que te gusto mucho.— Besó sus labios. —¿Pero acaso te gusta más Moon?

Eli le agarró la cintura y negó.
—Me gustas más tu.

Demetri observó aquellos ojos azules durante unos segundos en silencio y después lo abrazó con fuerza, como si el mundo dependiera de Eli, no lo quería soltar nunca.
Cuando tenía a su amigo entre sus brazos, olvidaba que el chico vivía una doble vida.

—¿Y te duele el cuerpo?— Eli cerró sus ojos mientras acariciaba la espalda de Demetri.

—Sí, pero no te preocupes... Tomé algunas pastillas para el dolor.— Respondió el castaño aferrado al cuello de su amigo.

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ʙʟɪɴᴅɪɴɢ ʟɪɢʜᴛꜱ; ʜᴀᴡᴋ & ᴅᴇᴍᴇᴛʀɪDonde viven las historias. Descúbrelo ahora