Demetri cubrió bien a Hawk con la sábana de Batman al verlo abrazarse a sí mismo por el frío.
El peliteñido había estado llorando mucho por lo preocupado que estaba por Miguel, y por eso el castaño decidió que lo mejor era invitarlo a quedarse en su casa, sus madres no se opusieron, pero de todas formas Hawk no iba a obedecer si su mamá se oponía.Hawk despertó y vió a Demetri a su lado, mirándolo con esos hermosos ojos verdes. Le regaló una sonrisa y después hizo un puchero.
—Te ves tan lindo cuando estás triste, bebé.— Dijo Demetri y se acercó a darle un beso en la nariz.
Hawk sonrió sonrojado y se cubrió la cara con la sábana.
Demetri rió enternecido y le quitó la sábana, tomó su barbilla, y entonces lo besó con suavidad.—¿Tienes que hacer algo o vas a quedarte conmigo?— Cuestionó el castaño mientras acariciaba un mechón de la cabellera roja del ojiazúl.
—Iré a ver como están las cosas en el dojo, ya sabes... Y si puedo averiguar algo sobre como está Miguel.— Hawk suspiró con frustración y después se subió arriba de Demetri, dándole besitos en todo el rostro. —Dile a tu madre que gracias por la cena.— Bajó los besos al cuello ajeno y lo mordió. —Y que también su hijo le quedó muy bien hecho.— Bromeó y besó al castaño en los labios por última vez.
—S-Sí, le diré...— Demetri apenas pudo responder, odiaba que Hawk lo pusiera nervioso y caliente en un segundo, pero es que no podía con ese hombre.
Observó al peliteñido vestirse y después salir por la puerta.
El castaño suspiró y abrazó una almohada con felicidad como una adolescente enamorada.🐍
Hawk entró al dojo y pudo percibir la tristeza en el aire, se sentó en el piso al lado de Mitch y dejó que pasaran unos segundos para después romper el silencio. —¿Qué estamos esperando exactamente?
—El Sensei Kreese va a hablarnos sobre algo.— Respondió Mitch.
Hawk guardó silencio y en pocos minutos el sensei Kreese salió de su oficina.
—Buenas tardes, niños.— Dijo el hombre acercándose y de inmediato todos se pusieron de pie, por respeto a él. —Como ya saben, nuestro querido campeón sufrió un terrible accidente y no sabemos si volverá a caminar... El Sensei Johnny le enseñó piedad a Miguel, y Miguel tuvo piedad de Robby, y es por eso que terminó en el hospital.— Miró a cada uno de los presentes. —Y Robby es hijo de Johnny... Nuestro querido Sensei Lawrence tiene la culpa de ésto.
Todos comenzaron a murmurar sobre lo que había dicho el sensei Kreese.
—Miyagi-Do se hacen los buenos, pero la verdad es que no lo son, son unas bestias, y la prueba está en lo que sucedió con Miguel. ¿Entonces que haremos con esas bestias? Vamos a enseñarles a no meterse con Cobra Kai.— Agregó el mayor.
—Ahora vayan a cambiarse porque no vamos a parar de entrenar.—¿Qué está pasando aquí?— Preguntó el sensei Johnny desde la puerta, estaba verdaderamente confundido de que sus estudiantes estuvieran ahí luego de todo lo que había sucedido, ya que él pasó las últimas horas bebiendo y llorando por la salud de Miguel y porque no sabía donde estaba su hijo.
—Justo hablábamos de ti, Johnny.— Dijo el sensei Kreese con burla.
—Decidimos que lo mejor será que estés fuera de Cobra kai para siempre, les enseñaste piedad y Miguel pagó el precio.— Se cruzó de brazos. —No eres una Cobra.Johnny sonrió sin mostrar sus dientes, era una sonrisa amarga, cargada de decepción. —Estabas contando los días para que algo sucediera y pudieras volver a ser el dueño de Cobra kai ¿Verdad?— Negó con su cabeza unas cuantas veces. —No debí creer en que habías cambiado, fui un idiota. Lo que le pasó a Miguel no fue por tener piedad, Robby y él no debieron enamorarse de la hija de LaRusso, son niños, cometieron errores...— Caminó hacia Kreese de manera intimidante, tenía ganas de golpearlo, pero en ese momento todos los estudiantes se pusieron al lado del mayor, lo estaban protegiendo.
Johnny miró sorprendido a la chicos, no podían creer que le daban la espalda por Kreese. —Está bien, quédate con Cobra Kai.— Le echó una última mirada de odio y resentimiento a Kreese antes de retirarse.🐍
—Tu queridísimo Robby es una maldita mierda y espero que se muera pronto.— Dijo Hawk a Demetri, mientras el castaño solo lo miraba confuso.
—Eli, fue un accidente...— Demetri desvió su mirada y la dejó en la ventana de aquel autobús en el que iban, llevaba muy pocos pasajeros y no quería ver la cara de los que estaban en el interior, probablemente escuchando su conversación con claridad.
—Claro, defiende al rubio idiota que accidentalmente empujó a Miguel al vacío.— Hawk miró hacia al frente.
—Levántate, llegamos.— Se levantó y bajó del autobús luego de pagar.—Lo siento... Tienes razón, fue tonto lo que dije.— Demetri imitó las acciones de Hawk y luego ambos estaban frente al hospital donde tenían a Miguel. —No creo que nos dejen entrar.— Dijo tomando la mano de Hawk para cruzar la calle.
—¿Quién dijo que íbamos a pedir permiso?— Hawk rió y entraron a aquel hospital.
El peliteñido se acercó a una de las mujeres que atendía. —Hola, dulzura ¿Puedes decirme en qué habitación está Miguel Díaz?— Guiñó un ojo.—Nombre.— Dijo la mujer seriamente.
—E-Eli...— Respondió Hawk con inseguridad.
Demetri sonrió para sí mismo, hace mucho que no oía a Hawk reconocer su nombre real.
—Está delicado, su madre y su abuela son las únicas que pueden verlo.— Dijo la mujer.
—Pero yo soy su mejor amigo.—Hawk insistió.
—Lo siento, niño.— La mujer se encogió de hombros.
Hawk miró mal a la mujer y le hizo una seña a Demetri para alejarse de ahí. —Necesito el número de la habitación...— En ese momento escuchó una voz en español, la reconoció, era la abuela de Miguel.
—Sigueme.— Le dijo al castaño y éste obedeció.Siguieron a la abuela de Miguel y se dieron cuenta a que habitación había entrado, entonces ambos discretamente se acercaron a mirar por el cuadro transparente que tenía la puerta.
—Pobre...— Dijo Hawk viendo a su amigo en aquel estado, el moreno estaba inconsciente y con un extraño aparato en su cabeza. —Debí haberle traído flores.— Se le salió una lágrima.
—Él va a estar bien, Eli. Es fuerte, muy fuerte.— Demetri le susurró a Hawk en el oído y lo abrazó por la cintura.
—Vamos a mi casa, mi mamá hará las pastas que tanto te gustan.— Se agachó un poco y apretó a Hawk entre sus brazos para poderlo cargar, entonces dió unos cuantos pasos hacia atrás. —Que pequeño eres. ¿O yo soy muy alto?—¡Dem!— Hawk rió cuando sintió que sus pies ya no tocaban el piso, con esos pequeños detalles Demetri lograba hacerle olvidar la tristeza un rato.
Aunque las personas en el hospital los miraban raro, Demetri cargó a Hawk hasta la salida.
🐍
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ʙʟɪɴᴅɪɴɢ ʟɪɢʜᴛꜱ; ʜᴀᴡᴋ & ᴅᴇᴍᴇᴛʀɪ
Fiksi Penggemar❝ Tus puños dicen que me odias, pero tu sudor en mis sábanas dice que me amas. ❞ (No copias ni adaptaciones.)