12; ¿Y esa camisa?

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—¿Podrías quedarte quieto? Es la primera vez que le tiño el cabello a alguien y me da miedo hacerlo mal.— Dijo Demetri con estrés, llevaba una hora tratando de terminar el trabajo en el cabello de Eli, pero éste no dejaba de manosearlo en el proceso.

—Ya me quedaré quieto, bebé.— Dijo Eli antes de volver a apretar el trasero de Demetri por última vez. Rió al ver que el castaño se había alejado un poco, ya que le logró provocar una erección.

Cuando por fin Demetri terminó, recogió todo el papel aluminio que estaba lleno de tinte y lo tiró a la basura, igualmente se quitó los guantes desechables que parecían que había asesinado a alguien usandolos para no dejar huellas en su baño, pero eso era gracias al color que Eli escogió para su cabello. 

Después de enjuagar la cabellera ajena, con el secador de su madre terminó de secarla, entonces Demetri le indicó a Eli que se viera en el espejo y esperó a que le gustara como había quedado, por su parte el castaño se sentía orgulloso de su trabajo.

—Está genial.— Dijo Eli viéndose satisfecho. —Ya solo falta que lo levante.

—¿Para qué? Tu cabello se ve lindo lacio.— Opinó el castaño acomodando el secador donde lo dejaba su mamá.

—Pero la cresta me da seguridad.— Eli tomó a Demetri para sentarlo en sus piernas. —¿Irás conmigo a cambiarle el color a mi halcón?

—¿Es en serio, Eli?— El castaño rió abrazando el cuello del ojiazúl.
—¿Cada vez que te cambies el color del cabello también lo cambiarás en tu tatuaje?

—Tal vez.— Respondió Eli y dejó un beso en el brazo de Demetri.

Demetri agarró el rostro de Eli y besó sus labios suavemente.
—Me encantaría quedarme el resto del día sentado en tus piernas y besándote...— Dijo el castaño levantándose. —Pero sin estudio no te podré mantener después.— Rió al ver como Eli había rodado sus hermosos ojos azules. —Así que es mejor que te vayas a tu casa y luego al colegio.

Eli gruñó. —Bien.

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—¿Esa camisa es de Hawk?— Preguntó Aisha al ver a Demetri llegar al instituto.

—Sí.— Respondió el castaño con temor y vergüenza, había desarrollado un gusto por ponerse la ropa de Eli, no es que no lo hubiera hecho antes, pero ahora lo hacía sin lavarla, le gustaba que tuviera su perfume y su olor varonil, además que era muy diferente, ya no se trataba de un préstamo común entre amigos, sino de una fascinación por usarla.

—¿Por qué...?— La morena iba a seguir preguntando pero Miguel apareció y los abrazó por los hombros.

—¿Y esa camisa?— Cuestionó Miguel a Demetri.

—Eso le dije yo.— Aisha rió.

—¡Ya! Por Dios. Somos hermanos binarios.— Se defendió el castaño.

—Me da miedo preguntar que es eso.— Dijo Miguel riendo y llegaron hasta sus casilleros, quedaban muy cerca los tres.
—¿Que le hace Halcón a ese chico?— Preguntó el moreno al ver como el ahora pelirrojo teñido estaba molestando a un chico que parecía de un grado menor.

—Eli.— Demetri se acercó y miró sorprendido a su amigo, y a la vez decepcionado.

—Hawk.— Lo corrigió en cuanto dejó libre a aquel chico y se acercó al castaño.

—Sí, pero solo te llamo así ya sabes cuando.— Demetri habló muy bajo para que solo Eli lo escuchara.

—Sí, deberías hacerlo siempre.— Dijo Eli y saludó a Miguel y Aisha apenas levantando su mano, los antes nombrados estaban atrás, a una distancia prudente. —¿Nos saltamos la siguiente clase?

—No puedo, ya perdí las dos primeras por estar haciendo eso.— Dijo el castaño tocando el cabello ajeno, que ya estaba en una cresta.

—Pero es que necesito atención, tu atención...— Eli se mordió el labio y Demetri lo miró con su boca abierta, sabía a que se refería.

—Si fuera chica me tendrías panzona hace tiempo.— Dijo el castaño con una sonrisa.

Eli rió y abrazó a Demetri por sus hombros.
Se dirigieron al baño y antes de que otros chicos entraran, se metieron al cubículo para discapacitados, entonces Eli empujó a Demetri contra la pared para comenzar a besarlo desesperado.

—Eli...— Demetri colocó las manos en el pecho ajeno para tratar de detenerlo.
—Dios, que hormonas...— Rió y subió una pierna a la cintura de su amigo.
—Te ves muy lindo así...— Comentó al notar el rostro rojo de Eli, además de que estaba agitado.

—¡No quiero verme lindo!— Dijo Eli irritado y trató de bajarle los jeans a Demetri, pero éste no se dejó.

—No tengo ganas de hacerlo ahora, pero te puedo ayudar con eso, bebé hermoso.— Dijo Demetri y se arrodilló, agarró el miembro de Eli sobre la ropa y lo apretó. Le iba a comenzar a bajar el pantalón cuando unos golpes en la puerta los asustaron.

—Abran la maldita puerta, Ethan necesita entrar.— Gritó alguien.

Mala idea usar el baño de discapacitados.

—Mierda. ¿Qué haremos?— Demetri se levantó y miró a Eli con angustia porque los descubrieran.

Eli del susto sintió como se le había bajado su dureza y miró a Demetri con seriedad. —Nadie puede saber ésto, tendremos que mentir.— Lo siguiente que hizo fue tomar al castaño del cabello y abrir la puerta con brusquedad, fingió que lo había agredido allí dentro, y como siempre, Demetri aceptó.

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Una hora antes de finalizar las clases Eli había decidido regalarle dulces a Demetri por lo sucedido en el baño, pero no pudo dárselos personalmente, tenía cosas pendientes con el Sensei Johnny, así que se decidió por dejar el regalito directamente en el casillero del castaño, sabía su clave.

Cuando Demetri salió de la clase de química, descubrió los dulces en su casillero, entonces su corazón se aceleró mucho, pero él también iba a darle una sorpresa a Eli; Entraría en Cobra kai.

El castaño se fue del instituto y se dirigió al dojo, entró a éste temeroso por encontrarse a Johnny, pero había otro hombre.
—Oh gracias a Dios, el otro tipo era muy grosero y desagradable.— Comentó quitándose los zapatos antes de pisar las colchonetas.

Los ojos verdes de Demetri pararon en el brazo de aquel hombre, tenía un tatuaje que ante alguien perfeccionista como él, era un asco.
—Ese tatuaje debió ser el peor que le han hecho, es horrendo.— Caminó hacia el sujeto y le agarró el brazo, estirando y apretando su piel con toda confianza mientras le daba una explicación de porque su tatuaje estaba desproporcionado y era horroroso.
—Ehh yo...— Deseó no haber ido a ese lugar ni abierto su bocota en el momento que aquel hombre soltó un suspiro molesto.

El castaño sintió miedo del sujeto cuyo nombre no sabía, y recibió un repentino puñetazo en la cara por parte de éste, después salió corriendo de aquel dojo, con la nariz sangrando y sus zapatos en la mano.

Estaba aterrado y ofendido, por supuesto que iba a reportar lo sucedido para que todos se enteraran de que en ese lugar eran unos salvajes.

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ʙʟɪɴᴅɪɴɢ ʟɪɢʜᴛꜱ; ʜᴀᴡᴋ & ᴅᴇᴍᴇᴛʀɪDonde viven las historias. Descúbrelo ahora