ʙʟɪɴᴅɪɴɢ ʟɪɢʜᴛꜱ; ʜᴀᴡᴋ & ᴅᴇᴍᴇᴛʀɪ

30; No llores, bebé.

Meses después.

La rivalidad entre Daniel y Johnny terminó por separar a los dojos, además con Robby fuera de la cárcel pero siendo parte de Cobra Kai, tenía al par de adultos algo desconcentrados, haciendo que Eli y Demetri no volvieran a entrenar juntos, ya que estaban ocupados por cada lado.

A Eli la terapia le había servido mucho, ahora era más calmado y podía pensar antes de golpear, específicamente le ayudó a asimilar completamente sus sentimientos hacia Demetri, y a Demetri le ayudó para comprender mejor a su novio.

Como Eli tenía el cabello teñido de morado, la cresta del halcón en su espalda también debía cambiar de color, por ello fue con su tatuador, aunque luego éste tuvo que salir y lo dejó solo un momento.
El joven estaba recostado en la camilla boca abajo mientras veía fotos de su novio en su teléfono, pero de repente sintió el ambiente pesado, poniéndose alerta, aunque fue demasiado tarde, Cobra kai lo tenía rodeado y no había nadie para ayudarlo.

—¿Qué quieren?— Preguntó Eli levantándose rápido y pateando la camilla hacia Cobra Kai, en un intento de defenderse.

—Te dije que te cuidaras la espalda.— Le recordó Tory mientras ayudaba a sostenerlo con violencia, acostandolo nuevamente en aquella camilla.

Robby miró la máquina tatuadora y el de cabello morado pensó que le harían un tatuaje ridículo o humillante, pero lo que recibió fue que el rubio acabara con su amada cresta al cortar ésta con una navaja, las cobras se rieron y dejaron a un indefenso Eli llorando en posición fetal.

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—¿Dónde está Eli?— Preguntó Miguel al ver a Demetri saliendo solo del colegio.

—No lo sé... Me avisó que se saltaría la primera clase para ir a teñir la cresta de su halcón, pero no vino a las demás.— Respondió Demetri rascándose el brazo, comenzaba a preocuparse.

—Ve a su casa y avísame si no está, entonces iré contigo a buscarlo.— Pidió el moreno.

—Sí, hijo.— Demetri se acercó a dejar un beso en la cabeza de Miguel, aprovechando que el moreno era más bajo, y después rió cuando Miguel hizo una expresión de trauma y se alejó.

El castaño tomó rumbo a casa de su chico y en cuanto llegó lo primero que hizo fue preguntarle a su mamá si estaba, pero al recibir una respuesta negativa se le ocurrió un lugar en el que posiblemente estaba Eli, era su lugar seguro, aunque siendo Hawk dejó de ir a éste, pero sabía que su Eli estaba devuelta.

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Demetri iba con su vista abajo, jugando con las piedras del piso del parque, pero en cuanto siguió caminando y fue subiendo la mirada, vió unos jeans oscuros y una sudadera gris, era Eli, estaba sentado en un columpio y tenía la capucha de su prenda cubriéndole la cabeza y al parecer estaba llorando, por lo que el castaño no dudó en ir corriendo a él.

—Mi amor...— Habló calmadamente para no alterar a Eli, pero al no obtener respuesta se arrodilló sin importarle que las piedras lastimaran un poco sus rodillas descubiertas, ya que traía un pantalón corto.
—Amor, dime qué pasa.— Agarró las piernas de su novio, tratando de llamar su atención.

Eli miró a Demetri, dejándole ver su rostro rojo y su nariz llena de mocos, gracias a que había llorado tanto, acto seguido echó la capucha de su sudadera hacia atrás, mostrandole su cabello hecho un desastre, estaba arruinado, ya no había cresta, se encontraba mal cortado.

Los ojos de Demetri se llenaron un poco de lágrimas al ver aquello, su corazón se achicó imaginando la enorme inseguridad que sentía su novio sin su cabello. —¿Quién hizo ésto?

—Robby y Cobra kai.— Respondió Eli mirando a la nada, aún no podía aceptar que no tenía su amada cresta.

—Los haremos pagar, mi amor.— Dijo Demetri y agarró el rostro de su novio, sin importarle que estaba hecho un desastre de lágrimas y mocos, entonces besó sus labios tiernamente. —No llores, bebé.

Eli siguió en silencio y Demetri se levantó para tomarlo de la mano y hacerlo caminar, quería llevarlo a casa, no podía dejarlo ahí tirado en un parque solo.

—Yo te amo con o sin cresta, siempre ha sido así.— Mencionó Demetri y le dió la espalda a Eli, agachándose, indicándole luego que se subiera en él para llevarlo cargado, y en cuanto sintió el peso de Eli sobre su espalda, lo sostuvo de las piernas.

—Eres un ángel, Demetri.— Dijo Eli abrazando el cuello de su novio y recostando su rostro en la espalda de éste mismo.

Demetri sonrió mientras caminaba.
—Tu también eres un ángel para mi, simplemente cometiste errores, eras, eres y siempre serás el niño de mis ojos.— Afirmó y después sintió cosquillas, ya que Eli le había dejado unos cuantos besitos en el cuello.

—Te amo.— Susurró Eli en el oído de Demetri.

—Yo te amo más, mi amor.— Respondió Demetri con una enorme sonrisa que el contrario no podría ver.

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—¿Ahora te sientes mejor?— Cuestionó Demetri luego de haber arreglado el cabello de Eli, le había quedado muy corto pero al menos ya no estaba mal cortado.

Eli se levantó de la silla del computador y fue a verse en el espejo que colgaba en una pared de la habitación de su novio, ya no estaba mal cortado pero aún le entristecía no tener su llamativa cresta.
—Ya no me veo ridículo, pero aún no me siento bien.— Suspiró y acostó en la cama del castaño.

Demetri dejó las tijeras en la bolsa donde las guardaba y después fue a subirse encima de su novio.
—Te daré una buena sesión de besos hasta que te sientas mejor.— Atrapó los labios de Eli y comenzó con un beso lento.

Eli no dudó ni un segundo en corresponder a su novio, bajó las manos y le agarró el trasero.

Demetri mordió los labios de Eli y también los succionó, sabía que iban a quedar hinchados, pero a la mierda, esos labios le pertenecían a él nada más.

Eli tomó el cuello de Demetri y lo alejó un poco para poder hablar. —Amor, sí me siento mejor y gracias a ti, pero creo que no volveré a hacer karate.— Dijo triste.

—¿Qué? Tu fuiste quien me metió en ésto, no puedes dejarlo, a pesar de que pasábamos peleando, hacer karate me hacía sentir cerca de ti, ¿Puedes pensarlo bien, bebé?— Cuestionó Demetri conectando sus ojos verdes con los azules de su novio.

Eli suspiró y asintió, no queriendo hablar mucho del tema en ese momento, después solo abrazó a Demetri con fuerza, él era su lugar seguro, siempre lo había sido, pero estaba tan ciego que no podía verlo.

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