ʙʟɪɴᴅɪɴɢ ʟɪɢʜᴛꜱ; ʜᴀᴡᴋ & ᴅᴇᴍᴇᴛʀɪ

22; Nudillos hinchados.

—Se sienten muy buenas personas esos idiotas.— Dijo Hawk estacionando su moto en frente de donde había un lavado de autos, eran los de Miyagi-Do.

—Serán los héroes para Miguel.— Dijo Mitch.

—No por mucho.— Dijo Hawk y sonrió maliciosamente, se quitó su casco y lo dejó en su moto, traía el cabello lacio en público por primera vez desde hace un tiempo.

Cobra Kai se dieron cuenta de que el dinero lo tenía Nathaniel y lo siguieron cuando se alejó de todos hasta que lograron arrinconarlo.

—Chicos, todos queremos que Miguel se recupere, todo ésto es para su cirugía.— Dijo el niño más bajo y trató de huir pero Hawk le rodeó el cuello con su brazo.

—Oh si que se va a recuperar, pero le diremos que fue con dinero de cobra kai.— Dijo Mitch riendo.

—¡Oigan!— Gritó Moon al percatarse de la situación. —¡Dejen a Nathaniel!

—¡Hey!— Gritó Demetri y corrió con un balde de agua para luego mojar a Cobra kai, pero no sin antes notar el cabello lacio de Hawk, cosa que le sorprendió mucho.

—Estás muerto.— Dijo Hawk al sentir el agua helada en su cuerpo y de inmediato comenzó a corretear a Demetri.
Corrieron y corrieron hasta pasar unas cinco calles, entonces el castaño se cansó y se dió cuenta de que terminó en el jardín de alguien, lo había arruinado con sus zapatos.

—Ya no tienes salida.— Hawk sonrió poniéndose frente al castaño.

Demetri miró a Hawk con miedo y sacó fuerzas para volver a correr, entonces tropezó y se cayó en un corredor, el pavimento no tardó en devolverle la fuerza con la que había caído y sintió su piel arder.
—¡Ah!— Lloriqueó por sus rodillas sangrantes.

Hawk se dió cuenta de lo que le pasó a Demetri, pero en el mismo momento sus amigos de Cobra kai llegaron.

—Oh no, se cayó la muñequita.— Dijo Mitch con burla.

—Eli, ayúdame...— Pidió Demetri en voz baja, a él le daba miedo la sangre.

—Perdedor.— Dijo Hawk y pateó un poco de tierra para tirarsela a Demetri.

Los demás de Cobra kai rieron y finalmente se fueron todos, y con el dinero.

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—Me alegra que hayas vuelto.— Le dijo Hawk a Tory.

—El sensei me permitió volver sin pagar por ser de sus mejores estudiantes.— Dijo Tory orgullosa de sí misma.

—Y sí que lo eres, apuesto a que la estúpida de Sam tiene pesadillas contigo.— Hawk rió y la rubia lo acompañó en su risa.

—Quiero presentarles a unos nuevos amigos.— Dijo el sensei Kreese y en ese momento entraron varias personas que se veían bastante violentas, entre esas estaban Kyler y Brucks.

Hawk sintió su estómago revolverse al ver a sus antigüos bully en el lugar donde él se sentía genial y seguro, por instinto llevó su mano a su boca y se cubrió la cicatriz en su labio, ya hasta se había olvidado de ella, pero con la presencia de quienes más se burlaba de eso, la recordó.

—Sensei... Ellos son...— Le dijo Hawk al sensei Kreese de forma discreta.
—Más bien, no son... No son lo que necesita Cobra kai.

—Tu mismo dijiste que necesitábamos nuevos alumnos, pues ellos tienen lo que se necesita para estar aquí, son perfectos para ésto.— Respondió Kreese y le palmeó el hombro, restándole importancia a la opinión del menor.

Hawk asintió y agachó su cabeza, miró a Kyler, pero notó que por alguna razón éste no lo reconocía.

—Tu, al centro.— Le dijo Kreese a Kyler. —Y tu.— Señaló a Mitch.

Mitch obedeció y comenzó a luchar con Kyler, pero el chico de apariencia asiática tenía mucha agresividad que le brotaba naturalmente, tal como Kreese había notado, entonces Mitch terminó perdiendo e iba a regresar a su lugar pero Kreese lo interrumpió.

—¿A dónde vas?— Preguntó Kreese.

—A mi lugar.— Respondió Mitch obvio.

—Perdiste contra un chico que nunca ha hecho karate, fuera de aquí.— Kreese señaló la puerta.

Mitch miró a Hawk por última vez y bajó su mirada momentos después, saliendo derrotado por la puerta del lugar al que no podría regresar nunca más.

Hawk se sintió mal por su amigo, pero no podía hacer nada.

—No puede ser.— Dijo Kyler al haber reconocido a Eli. —Es el chico del labio.— Le dijo a Brucks.

—Con ese cabello no pude reconocerlo, lo disimula mucho.— Dijo Brucks entre risas con su amigo.

Hawk se cubrió su labio nuevamente, mirando a Kyler y Brucks como Eli los miraba, de manera triste.

—Tu.— Kreese señaló a Brucks. —Al centro.

—Oh sí.— Brucks se puso en el centro, totalmente emocionado. —¿Quién será el próximo en irse?

—Él es mío.— Dijo Hawk con seguridad y fue a ponerse frente a Brucks.

—Muy bien, muy bien.— Dijo Brucks.
—Veamos si puedo arreglarte ese labio, amigo.

Hawk se quitó la parte de arriba del Karategi, dejando a la vista su adorado tatuaje de halcón y se volteó después para ver a Brucks de frente, se puso en posición y miró al Sensei Kreese esperando la señal.

Kreese solo bajó su cabeza y Hawk entendió, así que dió un salto y le pateó la cara a Brucks, el chico rellenito quería escapar pero Hawk lo tomó de la ropa, le golpeó las costillas, el estómago y la espalda, todo con sus rodillas. En la mente del peliteñido estaba Eli, recordaba claramente como destruyeron a Eli, además que no pensaba perder su puesto en Cobra kai.

—Por favor...— Suplicó Brucks con la boca llena de sangre y su respiración agitada. —Detente...

—Acabalo.— Dijo Kreese.

Hawk obedeció y tiró a Brucks al piso, se colocó arriba de él y le golpeó el rostro con ambos puños sin importarle lo muy hinchados que ya estaban sus nudillos.
Se levantó y observó a Brucks, tenía la cara toda llena de sangre, la misma sangre que se encontraba en sus nudillos.
El peliteñido veía al otro chico con desprecio, por último decidió escupirlo y regresó a su lugar, pero no sin antes echarle una miradita amenazante a Kyler, si él lo volvía a molestar terminaría como Brucks.

Hawk sintió la mirada de Tory, ella lo observaba sorprendida, él le guiñó un ojo y ella sonrió.

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Demetri caminó por la calle que lo llevaba directamente a casa de Hawk, su madre le había pedido que le llevara unas cosas a la mamá del otro chico, se negó al principio pero tuvo que aceptar.
Deseó con todas sus fuerzas que Hawk no fuera quien abriera la puerta.

—¡Hola, Dem!— Dijo la madre de Eli abriendo la puerta, afortunadamente.

—Hola, señora. Mi mamá le mandó ésto.— Le entregó una canasta.

—Oh dile que muchas gracias, cariño. Por cierto ¿Quieres quedarte a comer algo?— Preguntó la mujer.

Hawk pasó detrás de su madre mientras se comía un chocolate y se dió cuenta de quien se encontraba en la puerta, miró las rodillas de Demetri y notó las heridas en éstas, pero se mantuvo en silencio, aunque su mirada era más intimidante.

Demetri notó la presencia de Hawk y le vió los nudillos hinchados, supuso que había peleado otra vez, entonces negó con su cabeza varias veces.
—No, no, muchas gracias, señora, pero no, debo regresar ya con mi madre.— Demetri se dió la vuelta y sin esperar más respuesta se fue.
El castaño quería explicarle a la mujer que no podía quedarse en su casa porque tenía problemas con su hijo, pero obviamente no podía decirlo.

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