ʙʟɪɴᴅɪɴɢ ʟɪɢʜᴛꜱ; ʜᴀᴡᴋ & ᴅᴇᴍᴇᴛʀɪ

16; La verdadera razón.

—Amigo, perdóname, no era contigo mi enojo...— Le dijo Hawk a Miguel.

El moreno cerró su casillero y suspiró para después voltear a ver a su amigo.
—¿Entonces con quien? ¿Con Demetri?

Hawk bajó su mirada, no quería pelear con Miguel y tampoco hablar de Demetri.

—Vamos a clase, tenemos deporte.— Dijo Miguel y comenzó a caminar junto a Hawk.

Cuando llegaron al gimnasio, vieron a Sam y a Demetri jugando baloncesto.

Hawk miró al castaño y éste correspondió su mirada unos cuantos segundos antes de seguir jugando, así que él también siguió su camino y se dirigió a la enorme canasta que estaba en medio del gimnasio.
Iba a sacar el balón de futbol para jugar con Miguel, pero de repente se escucharon voces alteradas y todos los que estaban en el gimnasio se amontonaron alrededor de alguien, a quien apenas podía verle los zapatos, quería saber lo que estaba pasando, así que se acercó y vió a Demetri en el piso con su nariz sangrando, se encontraba desmayado por haber recibido un golpe en la cara segundos atrás.

—¡Lo siento! ¡Fue un accidente!— Se excusó el chico que había golpeado al castaño con el balón.

Hawk se abrió paso entre la gente bruscamente. —¿Qué están esperando para llamar a la enfermera, manada de idiotas?— Dijo para después mirar como alma que lleva el diablo al muchacho que lastimó a Demetri, pero el chico al notar aquella mirada huyó de ahí.

—¡Alejense! ¡Denle aire!— Pidió Miguel y se arrodilló en el piso junto a Demetri, le levantó la cabeza para ponerla sobre sus piernas y sin pensarlo dos veces unió sus labios a los del castaño.

Hawk quedó impactado por lo que sus ojos veían.

Demetri reaccionó segundos después, Miguel le había dado respiración boca a boca y eso lo hizo despertar.

—Permiso, permiso.— Dijo la enfermera entrando al gimnasio y se acercó a Demetri. —Me dijeron que estaba desmayado.— Tomó las manos del castaño para ayudarlo a levantarse. —Vamos a la enfermería, cielo.

—Lo estaba, pero yo le di respiración boca a boca.— Dijo Miguel.

—Muy bien hecho, señor Díaz.— Le dijo la enfermera al moreno.

Miguel sonrió y después miró a Hawk.
—¿Qué pasa?— Preguntó al ver la expresión de enojo de su amigo, podía jurar que sus ojos estaban rojos. Lo siguiente fue que el teñido lo tomó de la camiseta y le dió un golpe en la cara utilizando su cabeza.
Miguel quedó desorientado unos segundos y después vió todo borroso hasta que se volvió oscuridad completa.

Hawk acababa de golpear a su amigo, y ni siquiera había pensado antes de hacerlo.
Sam le gritó un par de cosas que no alcanzó a procesar, se encontraba ido, frustrado, confundido, algo arrepentido.

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—¿Por qué mierda hiciste eso? ¿Qué te ha hecho Miguel?— Preguntó Tory luego de haberle partido el labio a Hawk de una sola cachetada.

—No te importa, metida.— Hawk escupió la sangre en el piso.

—¿Qué está pasando, señoritas?— Cuestionó Johnny al ver a sus estudiantes peleando. —Vas a tener que limpiar eso.— Señaló la saliva con sangre que Hawk había tirado.

—¿Sabe porque no vino Miguel a entrenar? Porque éste idiota lo golpeó.— Dijo Tory cruzándose de brazos.

—¿Por qué hiciste eso?— Johnny cerró sus puños, su instinto paternal estaba activado.