ʙʟɪɴᴅɪɴɢ ʟɪɢʜᴛꜱ; ʜᴀᴡᴋ & ᴅᴇᴍᴇᴛʀɪ

03; ¿Están peleados?

—¿Están peleados?— Preguntó Miguel mirando a Demetri y a Eli, ninguno de esos dos habían cruzado palabra desde que se sentaron en la mesa.

—Yo...— Eli bajó la vista hacia sus propias manos, jugando con sus dedos.

—No, es solo que estamos estresados por un examen.— Mintió Demetri.

—Bien. Oigan, escuché que ésta noche habrá una fiesta de disfraces ¿Irán?— Preguntó el moreno.

—No creo que sea la mejor idea, probablemente seremos la piñata.—Dijo Demetri.

—Solo lo eres por juntarte conmigo.— Eli se dirigió al castaño luego de tantas horas.

—También tengo mis propios matones, amigo.— El castaño rodó sus ojos.

—Tranquilos, mi sensei me ha estado entrenando, creo que ya podré defendernos.— Dijo el moreno.

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—¿No piensas hablar del beso?— Susurró Demetri a Eli, quien estaba leyendo un libro. La biblioteca era casi el único lugar donde no los molestaban.

—No quiero hablar de eso.— Respondió el rubio cerrando aquel libro con fuerza. —Somos amigos, somos hombres, eso está muy mal.

—No está mal si ambos quere...— Demetri fue interrumpido al sentir un liquido cayendole en el cabello. Se levantó y notó que era una malteada de fresa que le derramó Brucks.

Eli al notar aquello se levantó rápidamente e iba a huir pero Kyler lo tomó de la cara con rudeza y lo miró con asco.

—¿Qué clase de chica besaría ésta porquería?— Cuestionó Kyler, a lo que Brucks rió.
La respiración de Eli se aceleró de una manera horrible y apretó su mochila entre sus manos.

Demetri quería gritar que él lo besaría, que él lo había besado, que Eli fue su primer beso. Pero era muy cobarde para eso, y tampoco quería que su madre se enterara.

Se escuchó algo que se cayó detrás de ellos, era Samantha LaRusso quien había dejado caer un libro para después salir corriendo. Aquello hizo que Kyler y Brucks corrieran, pues Kyler tenía que excusarse ante su novia.

—Quería decirle que yo sí te besé...— Susurró Demetri acercándose a Eli y lo abrazó con fuerza.

—Eso aumentaría el bullying que nos hacen...— Dijo el rubio acomodando su cara en el cuello de su amigo y dejándose llevar por su perfume.

—Acompáñame a sacarme ésto del cabello ¿Si?— Demetri se separó y Eli asintió.

Al llegar al baño Demetri puso la cabeza en uno de los lavabos mientras Eli le agarraba el cabello y se lo mojaba para sacarle la malteada.
Siempre se ayudaban cuando uno sufría una agresión por parte de esos idiotas.

Eli cerró el agua y apretó la cabellera de su amigo para escurrirla.
Demetri se enderezó y sacudió su cabello como un perro, mojando a Eli.

—¡Basta!— El rubio rió alejándose.

—Hubiera preferido que me regalara la malteada en lugar de ponermela de shampoo. Seguro estaba rica.— Demetri hizo un pequeño puchero con sus labios y notó como Eli se había quedado mirando éstos.
El castaño se inclinó para estar a la altura del rubio, comenzaron a acercar sus rostros lentamente y sus respiraciones se agitaron. Estaban a punto de besarse cuando la campana de la escuela sonó, asustando a ambos.
Y solo salieron del baño.

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—¿Dónde estará Miguel?— Eli preguntó a Demetri al darse cuenta que la fiesta de disfraces había empezado hace media hora. No quería que su nuevo amigo lo abandonara, Miguel era agradable.

—Justamente está llegando.— Demetri señaló al moreno, quien venía entrando con un disfraz de esqueleto, muy genial a decir verdad.

Miguel tenía la atención de todos, incluso la de Eli, el rubio se había quedado mirandolo, cosa que le dieron ciertos celos a Demetri.

—¡Vinieron!— El moreno saludó alegremente a sus amigos, acercándose a donde estaban, apenas de pie mirando a los demás.
—Díganme que son.

—Soy cirujano plástico. Arreglo labios.— Respondió Eli tocando su cara por encima del cubrebocas que traía. Por primera vez se sentía un poco tranquilo, con medio rostro cubierto.

—Esqueleto, clásico.— Le dijo Demetri al moreno.

—Tu eres un hechicero, genial. Me gustan sus disfraces.— Halagó Miguel.

—¿Hechicero? No, soy...— Demetri iba a explicar sobre su disfraz pero Miguel ya tenía su atención en Samantha LaRusso. —A veces te entiendo, yo los mataría a ambos porque Jasmine me escupiera.— Agregó el castaño haciendo reir al moreno.

Eli se sintió incómodo por aquel comentario y se apartó para ir por ponche, pero sus amigos lo siguieron.

—Creo que me dieron ganas de ir al baño, ésto me bajó rápido.— Dijo Demetri dejando medio vaso de ponche sobre la mesa.

—¿La menstruación?— Preguntó Miguel entre risas.

—Muy gracioso, señor Díaz.— El castaño rodó los ojos y se alejó, Eli lo siguió y Miguel no tuvo otra opción más que ir con ellos al baño.

—Juro que Sam va a ser mía, la traigo loca por mi.— Se escuchó la voz de Kyler al lado, en los vestidores.

Miguel se asomó por una esquina del baño para escuchar mejor y Eli y Demetri se pusieron detrás de él.

Eli tropezó con unos palos de lacrosse que estaban muy cerca y eso ocasionó un ruido, lo que hizo que los descubrieran.
Kyler volteó y los vió, al igual que Brucks.

—Oh mierda...— Susurró Demetri y huyó al igual que Eli, dejando a Miguel solo.

El rubio y el castaño corrieron por los pasillos de la escuela. Demetri tropezó con un hombre rubio que estaba pegando unos papeles en las paredes, pero siguió corriendo hasta que llegaron al estacionamiento.

—Le llamaré a mi madre para que venga por nosotros.— Dijo Eli tratando de calmar su respiración mientras le marcaba a su madre.

Demetri miró a Eli mientras éste hablaba por teléfono, pero luego volteó y vió a Kyler y a Brucks riendo y dirigiéndose hacia un auto.
—¡Mierda!— El castaño se lanzó sobre el rubio y ambos cayeron al piso, pero ahí ya no podían verlos porque estaban detrás del autobús escolar.

—¡¿Por qué hiciste eso?!— Preguntó Eli alterado y quitándose el tapabocas.

—¡Shhh! Vi que los idiotas esos venían hacia acá.— Respondió Demetri y observó por debajo del autobús, por ahí pudo ver los pies de Kyler y Brucks hasta que se fueron.
Regresó entonces su vista a Eli y notó que éste lo estaba mirando en silencio.
Demetri se sonrojó y se quitó de encima de su amigo para después darle la mano y ayudarlo a levantarse.

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