I Am God.

Grabación.

Narra _____.

Me coloque unas bragas y una polera. Estaba lista para dormir cuando la puerta sonó.
Quizás se le quedó algo al súper intendente.

Abrí y me encontré con Gustabo y Horacio quienes me miraron de pies a cabeza por como andaba vestida. Horacio hizo una cara de horror al igual que Gustabo.

-¿Que pasa?.- pregunté mirandome. Ellos entraron. Le hice un gesto de silencio por viktor.

-¿Te lo follaste?...- pregunto Horacio.

-¿Como si me lo folle?... ¡Es mi hermano!, Ostia.- susurré cabreada.

-a volkov no. Gilipollas. Al viejo.- soltó Gustabo.

-¿C-como que al viejo?.- pregunté.

-acabamos de ver cómo el abuelo salía de tu piso muy feliz.- explico horacio.

-¿Que coño hablais?... Vino a dejar a viktor.- expliqué con toda seriedad. No pueden saber que me folle al súper verga ardiente.

-¿Y te vio asi?.- pregunto gustabo mirando mis bragas.

-s-si... ¿Pasa algo?.- pregunte.

-Quizas por eso se fue tan contento Gustabo... Hace mucho no veía unas bragas...- soltó Horacio burlándose. Joder si supieran... Ese hombre sabía lo que hacía.
Me preocupaba la idea de que tuviera esposa... Hasta ahora ninguno de los dos me lo ah dicho si la tiene y no pareciera que fuera problema alguno.

-Bueno solo veníamos de decirte que estamos intentando entrar en una mafia. ¿Te nos unes?.- pregunto Gustabo cruzado de brazos.

-¿Una mafia?... ¿Y vosotros que pintais ahí?.- pregunté.

-pues... Necesitamos dinero... Y el viejo nos encargó esta misión hace unos dias...- explico Horacio. Bueno tienen razón.

-no me van las mafias. Son un problema.- respondi. -pero si queréis que os ayude en algo aquí estaré.- comente.

-¿Y que harás?.- pregunto Horacio.

-no lo sé... Seguiré trabajando... Algo se me ocurrirá.- expliqué.

-vale...- solto Gustabo con un tonito de desaprobación.

-¿Que?.- pregunte.

-¿Que de que?.- soltó el con gracia.

-¿por que lo dices con ese tono?.- pregunte.

-no será que le harás trabajitos al súper verga ardiente...- comento sarcástico. Frunci el seño.

-¿pero tu eres gilipollas?...- solté indignada...

-no... Solo digo que tengas cuidado... No vaya a enterarse el súper intendente que la del pasamontañas eres tú... O peor... Volkov.- dijo el. Un muy mal presentimiento recorría mi cuerpo. ¿Que coño le pasa a Gustabo?.

-gustabo...- susurro Horacio para que Gustabo se callara.

-Nadie se enterara de nada.- solté cabreada y me fui a mí habitación.

-¿Que coño Gustabo?.- le pregunto Horacio en mis espaldas.

-es la verdad...- respondió el.

Ahora estaba agotada para enfréntarme a la puta actitud de Gustabo.

Cerré la puerta y me estire en mi cama.

No tarde en caer en un sueño profundo.

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