Chicago Night's (USA × Weimar) [YAOI]

Ｃａｍｂｉｏｓ

Third Reich llegó tarde esa noche, por poco y perdía la cena, pero el mayor se abstuvo de interrogarle pues lo que menos quería era que su hermano retrocediese su avance y volviese a la oscuridad de su habitación. Intentaba darle su espacio pero sin querer lo estaba descuidando peligrosamente.

Dos semanas después se preparaba para salir de la propiedad rumbo al continente americano para notificar su progreso al capitalista, a pedido de este, pues días atrás había recibido la suma de dólares que rápidamente distribuyó entre las áreas que tenía permitidas dentro de su plan. Cargaba una maleta simple de cuero cuando se topó con el abrigo del de ojos esmeraldas tirado en el suelo por lo que lo recogió dispuesto a dejarlo en el perchero cuando de este cayó una banda roja con un extraño símbolo que rápidamente reconoció como una esvástica propia del hinduismo....pero para su confusión ésta estaba apuntando a la derecha en vez de la izquierda como tenía entendido, aquella pequeña cosa le provocó un mal presentimiento que dejó pasar a regañadientes por su falta de tiempo y conocimiento en la posible interpretación que esto tendría.

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Su pie se movía con nerviosismo dentro del auto en el que iba, sabía que no estaban en el mismo lugar del encuentro anterior y al no conocer cómo se veía cada estado de la nación ajena sentía nerviosismo de que estuviese pasando algo malo. Finalmente rato después llegaron al centro de la ciudad avistando nuevamente un gran edificio casi tan grande como en el que estuvo antes y gracias a un anuncio cercano pudo saber que se encontraba en la ciudad de Chicago.. Más precisamente en Illinois, los guardias del edificio fueron extrañamente más amables y le indicaron cómo llegar hasta el último nivel en el ascensor. El joven de lentes se sacudió un poco el traje con las manos para lucir más presentable pues el viaje era agotador, cuando la caja metálica se detuvo y las puertas se abrieron se topó con un pasillo de pareces celeste claro y una puerta blanca con una placa dorada con el nombre del propietario así que la tocó suavemente como solía hacer a la espera de una respuesta.
Dos minutos después la puerta se abrió provocando que la luz del día le diese de lleno en el rostro y pudiendo también apreciar una silueta justo en medio que lo hizo soltar una suave risa.

—¿Sucede algo?.. –Habló extrañado el de camisa celeste ladeando la cabeza ante la repentina risa del menor, aún así sonaba muy bien—

—No, lo siento... Es sólo que, es la segunda vez que cuando se abre una puerta aquí automáticamente todo se ilumina tras de usted –Confesó el rubio apretando sus labios al terminar, probablemente había sido descortés reírse así frente a alguien por lo que se sintió muy apenado—

—Vaya... Si lo que quieres decir es que soy tan hermoso que el sol me favorece, entonces tienes razón. –El de parche de estrella se pavoneó sintiéndose relajado al fin luego de una mañana estresante entre sus malestares y reajustes pos guerra, luego notó que el más bajo se cubría la cara con una mano y se enrojecía así que río– Calma, es una broma, pasa.

El norteamericano se hizo a un lado para que el foráneo entrase a su hogar y luego cerró la puerta con cuidado, al girar lo encontró a medio metro del ventanal observando las calles con curiosidad. Todo se veía infinitamente distinto a su hogar, desde la calle hasta la decoración del departamento del mayor...era casi como haber cambiado de época pues su gente era bastante tradicionalista en casi todos los aspectos, sobre todo en la arquitectura.

—Si piensas que ahora se ve increíble, deberías apreciarlo por la noche cuando todas las luces están encendidas...es realmente único –Dijo USA tendiéndole un vaso con jugo de manzana frío y luego de unos momentos soltó su más reciente idea– Es más, quédate esta noche para verlas, en la mañana podrás volver a Europa... así descansas algo de ese viaje estresante.

El de ojos cielo lo quedó mirando mientras parpadeaba. ¿Sería prudente tomar una decisión así cuando estaba solo en territorio desconocido?....pero realmente quería ver la ciudad de noche. Mordió el interior de su mejilla estudiando en un segundo todas sus posibilidades y acabó por asentir rindiéndose ante su capricho a lo que el ex soldado sonrió ampliamente de poder tener compañía ese día.
 

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Apenas era media tarde y el hermano menor estaba nuevamente en el bar junto a un grupo de hombres que bebían jarros de cerveza mientras hablaban acaloradamente sobre las injusticias del Tratado de Versalles y la "Plaga Judía" en su nación. El azabache comía galletas de avena mientras oía atentamente cada palabra que el humano llamado Adolf Hitler expresaba con gran fervor a su audiencia quienes le daban la razón, sin embargo, las constantes críticas hacia su hermano Weimar le impedían apoyar totalmente a aquél partido político pues él más que nadie sabía lo mucho que se esforzaba su querido hermano para tratar de sacar a flote a la gente....pero igual reconocía que le hacía falta algo de mano dura con esos extranjeros pegados como parásitos a su industria, la nación debía ser sólo para los alemanes.

El dolor de sus pérdidas y la rabia de la humillación que eran los catorce puntos del tratado lo habían llenado de rencor hacia los responsables de la fragmentación de su familia y desde que vio cómo se llevaban a rastras a sus hermanastros no hizo más que acumular negatividad desde la oscuridad de su habitación solitaria. Hasta que el día en el que decidió salir luego de algunos años no pudo evitar sentirse atraído por el discurso patriótico de un hombre sobre una mesa al interior de un bar, aquél humano predicaba la mayoría de las cosas que él y gran parte de la población pensaban tras la firma del armisticio, por lo que comenzó a frecuentar más aquél lugar los días que se enteró se reunían aquél grupo de ex soldados y obreros privados de empleo. Estos al notar el interés del segundo príncipe germano decidieron acercarlo más pues de esa manera les sería más fácil llegar hasta el mayor, la cabeza del poder actualmente...o en caso más extremo, usar a Third Reich para destituirlo como último recurso si el tricolor si se negaba.