Chicago Night's (USA × Weimar) [YAOI]

Ｖｅｒｄａｄ

-Und warum zum Teufel hast du nicht daran gedacht, mir zu sagen, denkst du, ich bin fünf Jahre alt oder was?! -El menor le dio un manotazo a la mesa, totalmente enojado luego de oír toda la información que le había estado ocultando el de franjas rojas, obviamente iban a haber sanciones fuertes por las acciones del de esvástica si seguía haciendo lo que decían esos estúpidos humanos del NSDAP- Wir reden über meinen Bruder, das Territorium, das mein Vater mir anvertraut hat, und all die verdammten Gräber, die ausgehoben werden müssen, wenn ein weiterer dummer Krieg ausbricht!

(¡¿Y porqué mierda no se te ocurrió decirme, acaso piensas que tengo cinco años o qué?! / ¡Estamos hablando de mi hermano, del territorio que me confió mi padre y de todas la jodidas tumbas que habrá que cavar si se desata otra estúpida guerra!)

-..Je ne pensais pas qu'il avait autant de caractère. -Habló en tono bajo el de piel granate mirando de reojo a su hermano que se cubría la mitad del rostro con una mano solo limitándose a asentir mientras oía los regaños del más joven que parecía una fiera-.

(..No pensé que tuviera tanto carácter.)

-Cállate, Acadia. -América gruñó entre dientes antes de acomodarse mejor en su lugar para tomar la mano de su amado girasol, suspirando aliviado cuando este no la apartó y esperó arqueando una ceja a que le diera una explicación decente- Cielo sé que te molesta que te oculte cosas así, pero cómo iba a decirte luego de lo que pasó, casi te mata ese loco. Aún no hay mayor movimiento que ese así que estamos observando para decidir si comenzar a desarrollar tácticas para intervenirlo antes de una desgracia, te lo prometo.

-...De ahora en adelante no quiero que me vuelvas a ocultar nada más o juro que volveré a Europa para hablar yo mismo con él y darle el golpe que le hubiese dado mi padre ante sus acciones. -El de ojos cielo suspiró profundamente, aclamándose y devolviendo sus colmillos a un estado normal pues acabaría lastimándose la boca al no tener costumbre de mantenerlos- Ahora termina de vestirte, tienes que reunirte con tus hermanos.

El francoparlante hizo una mueca de incomodidad cuando el de guantes azules se levantó para darle un beso en los labios al pequeño tricolor rabioso antes de volver a la habitación para terminar de vestirse con el traje que había elegido. Weimar no le hizo mayor caso al de sombrero extraño luego de su muy mala primera impresión y se dispuso a volver a comer leyendo su revista con una expresión neutral hasta que se fueron.

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-¿Porqué rayos no me dijiste que vendrías a Illinois? -El estadounidense bufó mientras manejaba su auto rumbo al restaurant en el que siempre se reunían los cinco, no estaba de muy buen humor como para verles las caras ese día ya-.

-Dois je prendre rendez vous pour te voir, connard ? -El de ojos limón arqueó una ceja de mala gana estando en el asiento de copiloto, aún estaba procesando lo vio en ese apartamento y aunque le diesen completamente igual los gustos de su estúpido hermano, no dejaba de ser extraño- Sois reconnaissant que je vais garder ton putain de petit secret adultère juste parce que je ne veux pas d'une foutue réunion de famille sur le sujet.

(¿Acaso tengo que sacar cita previa para verte, imbécil? / Agradece que voy a guardar tu jodido y adultero secretito solo porque no quiero una maldita reunión familiar sobre el tema.)

-Oh, vete a la mierda -Gruñó el castaño acomodándose el cabello rápidamente en lo que esperaba a que les diesen el pase otra vez para seguir recorriendo la larga avenida, poco le importaba si el resto se enteraba pero no podía simplemente ventilarlo por la seguridad de su alemán-.

-Quoi qu'il en soit, elle a déjà atterri et elle arrive avec des mèches de la maison de mère. -Casi lo olvidaba pero al final ese era el motivo por el cual fue primero a casa del más alto, no iba a joderse solo con esos dos y ni siquiera hablaba mucho con Perú como para distraerse de sus presencias-.

(Como sea, ella ya aterrizó y viene con los reflejos desde casa de mamá.)

-Haz todo lo posible para que ellos se sienten juntos, sabes que no soporto a Australia y no quiero discutir en el almuerzo -El castaño hizo una mueca y aparcó en el lugar señalado por el valet parking que luego se ocuparía de su auto, comenzaba a sentir ganas de devolverse a casa y llevar al de ojos cielo a ver una película o algo solo los dos-.

-No prometo nada, es aún más imbécil que tú -Finalizó el de emblema británico bajándose con desgana para caminar hacia la alfombra donde le pedirían su reservación antes de entrar junto a los demás al área especial-.

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Luego de tres estresantes horas junto a sus hermanos hablando mayormente sobre política y demás cosas sin importancia al fin pudo tomar el camino de regreso a su hogar, antes deteniéndose frente a una tienda luminosa que atrajo su atención mientras el semáforo seguía en rojo. Lo pensó durante ese corto tiempo y decidió que después de todo debía regresar con un regalo para Weimar además del postre exótico de frutas que le compró.