Ingenuidad

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El rubio se encontraba descansando tranquilamente en su nueva habitación, hacía unos cuantos días atrás se había trasladado a la habitación de al lado para evitar molestar a su hermano cuando se quedaba trabajando hasta tarde en cama, mientras limpiaba los viejos muebles notó que había un mecanismo bajo una mesa pegada a la pared que abría una puerta pequeña dejando ver una escalera delgada justo detrás de la pared hasta llegar a un nivel superior sobre la habitación. El lugar estaba bastante empolvado por lo que tuvo que abrir la ventana que había y cubrirse el rostro para poder sacudir hasta que quedó impecable y decidió pasar algunas de sus cosas allí tras decorar, podría esconderse en ese lugar cuando no quisiese ser molestado y nadie lo sabría, volvió a su habitación y procedió a concluir con el altar que había organizado con los uniformes y medallas que logró recuperar de su familia tras una serie de tratos y pagos a militares extranjeros.

Durante el almuerzo ambos hermanos se dedicaron a comer en silencio el pastel de carne que la antigua cocinero de la familia les preparó, algunos de los antiguos trabajadores habían vuelto a la mansión preocupados por los menores al enterarse de la ejecución de sus líderes.

-Brüder, me gustaría hablar contigo sobre algo importante luego de terminar. -Se apresuró a hablar el de lentes al notar que el azabache estaba casi por terminar el guiso de su plato-

-Está bien. -Respondió con simpleza el de esmeraldas para luego beber de su vaso con jugo, se preguntaba sobre qué exactamente le hablaría el tricolor pues muy pocas veces tenían tiempo para hablar-

Ya en el jardín posterior ambos estaban parados en medio de todo admirando la vegetación en silencio hasta que este fue interrumpido por el mayor.

—He notado... Que comenzaste a crecer, por lo que siguiendo con los deseos de Väter, voy a darte el poder de decisión sobre las fuerzas armadas gradualmente. Yo no tengo tiempo para atender sus asuntos y sé que estarían mucho mejor bajo tu tutela por lo que a partir de hoy responderán ante ti como autoridad. –El rubio sonrió tenue y le entregó una pequeña medalla Cruz de Hierro, el emblema de la familia que lo distinguía como líder de algo—

El azabache sintió que era su oportunidad de oro para amoldar a la nación como quería a espaldas de su querido hermano, por lo menos no tendría que hacerlo a la fuerza y cuando menos lo notasen el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán ya estaría dirigiendo el territorio como se debía hacer. Con aquellas venenosas ideas en mente el menor sonrió liviano al de traje gris y asintió para luego retirarse de la sala rumbo a notificar las excelentes noticias a sus aliados humanos. La oscuridad corrompía cada día más el alma de aquél niño príncipe germano que había perdido casi todo lo que conoció desde su creación... en él estaban encarnados los grandes rasgos que distinguían a la familia en el pasado; Porte estoico, mirada penetrante y fría, aire de fiereza, voz demandante y sobresaliente.... por último, impasibilidad ante cualquier situación. 

Todo aquello de lo que carecía Weimar.

Aquello no le gustaba para nada a Imperio Alemán, pero cualquiera que lo viese desde una perspectiva neutra... vería balance cósmico, todo aquello que representara Caos debía ser igualado en misma proporción por Paz. Similar a una versión más flexible de Yin y el Yang en términos mortales, Weimar y Third Reich eran los dos lados de una moneda bastante costosa.


Por otro lado el de lentes se alejaba de la mesa con la idea de volver a sus deberes por algunas horas más antes de reunirse con Von Hindenburg para evaluar y aprobar sus ideas para la nación, pasó un rato rayando papeles en blanco hasta que notó que lejos de escribir lo que debía, trazaba perfectos bocetos del rostro del americano por lo que sintió un repelús en el cuerpo propio del miedo. Casi podía sentir la mirada inquisitiva de su difunto padre observándolo como un depredador desde algún lado listo para saltar directamente a aterrorizarlo y se encogió en su silla abrazándose a sí mismo... se sentía enfermo y una creciente sensación de asco comenzaba a aparecer en su estómago provocándole arcadas que volvieron errática su respiración. Estaba yendo en contra de las enseñanzas de su padre y la moral al haber dejado que un hombre lo besara dos veces, aquello era un pecado y una aberración para la sociedad, debía detener aquello o su gente podría llegar a enterarse y lo que quedaba de la familia terminaría por caer en desgracia absoluta.

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1925

No se habían visto en meses. El castaño había enviado infinidad de cartas que no obtuvieron respuesta pero aún en su intranquilidad no se atrevió a pisar territorio alemán... sin embargo sus depósitos de dinero no cesaron, sin embargo había una muy importante reunión ya pactada desde hace mucho.

Y el de ojos cielo se apareció totalmente distinto, sus bellos ojos lucían vacíos y cansados adornados por grandes ojeras oscuras y los labios heridos por la resequedad del estrés. Ver aquello fue como un golpe para el de franjas rojas que intentó ir a donde se encontraba pero el más bajo ni siquiera le devolvió la mirada.. dejándolo congelado de la sorpresa sintiendo cómo su nerviosismo aumentaba llenándole la mente con infinidad de situaciones negativas que pudieron haber sucedido en el periodo de incomunicación. Durante la reunión en privado fue igual; el tricolor explicando lo que debía con voz monótona y la vista perdida en algún párrafo de sus documentos mientras que el mayor sentía nervios y sufría de un tic en las manos que lo llevaba a rascarse la parte superior de manera frenética. Cada quien se autodestruía a su propia manera. 

Cuando los representantes humanos se marcharon a otros asuntos de la misma índole, ambos ángeles quedaron a solas en la oficina del anglosajón ordenando sus cosas, fue ahí cuando USA se acercó decidido al germano dispuesto a saber que lo tenía de esa manera.... pero apenas puso una mano sobre el hombro izquierdo del menor este reaccionó de forma improbable.


¡Quítame las manos de encima! —Gritó este con la propia mirada de alguien enloquecido, provocando que el contrario se alejara como reflejo del susto. Unos colmillos que antes no había mostrado se asomaban por sus pálidos labios agrietados que ahora sangraban un poco por la fricción excesiva de su expresión amenazante—.

Chicago Night's (USA × Weimar) [YAOI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora