A Escondidas

213 46 0
                                    

El estadounidense acabó por retirarse de la mansión alemana cerca de las 10 p.m justo cuando el de esvástica cruzaba el jardín frontal lo cual le provocó mucha adrenalina a ambos amantes prohibidos, el mayor de los hermanos tenía plasmada una sonrisa indeleble que no pudo borrar hasta irse a dormir esperando con ansias la mañana siguiente en donde podría volver a verlo, toda esa situación de arriesgadas visitas nocturnas y salidas al ras del descubrimiento lo hacían sentir como un adolescente enamorado propio de un libro. Sin embargo era consciente de que todo lo que tenían no era un juego y debían tener cuidado para evitar un enorme problema del que no pudieran salir ilesos.

Casi a medio día el tricolor caminaba sonriente por el complejo en donde se hospedaban todos los deportistas humanos que habían acudido a la nación para concursar, en su ruta recibía algunos saludos de extranjeros curiosos por su amigable presencia y estos quedaban muy encantados por la personalidad del ángel políglota que los animaba a dar lo mejor de si mismos para enorgullecer a sus guardianes, sin duda reencontrarse con el de estrellas le había devuelto la luz a su alma pues ya no se sentía cansado y muchas de las cosas que lo aquejaban parecían haberse esfumado. En una de las partes más alejadas había un grupo de ángeles conviviendo entre risas por lo que tras comprobar que a quien buscaba estaba allí, apresuró sus pasos agrandando su sonrisa y levantando una mano para llamar su atención.

-Chile ! -El rubio consiguió atraer su mirada y la de algunos otros que alzaron una ceja al desconocerlo, al tener en frente a la latina la abrazó notando que aún era un poco más bajo que ella-.

-Weeeeeimy -La castaña chilló al verlo luego de tanto tiempo, había estado preocupada por ambos hermanos luego de lo de Wall Street y había quedado muy confundida por la actitud y apariencia del menor de ambos- Cabros, éste es mi primo Weimar, el único normal de la casa.

-Boluda pero vos nunca te juntás con personas normales, seguro él es el adoptado -Rió la albiceleste acercándose a los dos mientras jugaba con una pelota de futbol en sus manos, amaba ese deporte al igual que quienes estaban allí reunidos- Buenas pibe, yo soy Argentina, la melliza de ésta lunática pero me podés llamar Argie.

-Cállate sacowea -La chilena le hizo una mueca a la menor y la empujó ligeramente con una mano en lo que los tres reían bajo la extrañadas miradas restantes- Por cierto, ¿Qué chucha le pasó a tu hermano?

-Esa es una larga larga historia.. aún nos quedan muchos días aquí así que hablemos de otra cosa -Habló nervioso tratando de desviar el tema a algo menos enredado y aterrador, esperaba pasar su día con la mente alejada de los asuntos de Third al menos un rato-.

-Sunflower, what are you doing here? -Se le oyó al de franjas rojas llegado junto a una mujer tricolor de largo cabello negro que traía una expresión divertida estando apoyada en su hombro, ambos iban saliendo de una de las competencias de ciclismo del día en la cual sus humanos habían ganado medallas-.

(¿Girasol, qué haces aquí?)

-Vine a visitar a mi prima. -Su respuesta había salido algo seca debido a una molesta sensación en su estómago que le generaba incomodidad en cuanto más tiempo sus ojos se posaban en la mujer de ojos marrones al lado del mayor, era muy bonita y parecían ser muy cercanos. Ya había escuchado de ella por boca de su padre pero era la primera vez que la veía de cerca-

-Right, you have uh.. kinship with Chile -El castaño estaba un poco extrañado por la manera en la que estaba actuando el menor pero no dijo nada más, generando así un silencio tenso mientras que el tricolor desviaba la mirada a cualquier cosa menos él-.

(Cierto, tienes eh.. parentesco con Chile)

-Bueeno. Vente Weimar, traje unas cosas de casa y seguro te gustan -La sudamericana tomó la mano del mencionado alejándolo de allí junto a la argentina rompiendo el aura de tensión porque tampoco le gustaba frecuentar al capitalista luego de lo que pasó hace años, de fondo se oían las carcajadas de la otra mujer provocando que el germano apretara el puño sin querer girarse-.

-¿Girisil quí hicis iquí?, ¿Qué fue esa mamada gringo? -La azabache soltó algunas carcajadas más bajo la mirada ofendida del de parche, si bien a este se le había escapado llamarlo así, no tenía problema con hacerlo en público- ¿Qué te traes que ni me enteré?

-Mis asuntos no son de interés tuyo, Méxican't. -Dijo entre dientes en perfecto español, quería ir tras el de ojos cielo pero era consciente de que éste necesitaba su propio espacio con lo que le quedaba de familia tras la guerra-.

-AH puto, no me ofendas -Ladró México pues odiaba que la llamase así, ya luego obtendría la información que quería de una u otra forma para así molestarlo o echarle la mano según lo que fuese-.

━━━━━━━༺۵༻━━━━━━━

Ya caída la noche el castaño volvió a colarse en la propiedad germana encontrándose con el tricolor sentado en su cama leyendo un libro sobre flores teniendo extrañamente el ceño fruncido, al acercarse ni siquiera recibió un saludo por lo que se sentó delante del menor pero este ni lo miró.

-... ¿Está todo bien?.. -Habló el americano colocando su diestra sobre el libro para bajarlo lentamente esperando atraer así su atención, esperaba que no reaccionara igual que aquella vez en la que le gritó en la oficina-.

-Wunderbar, obwohl ich denke, Sie sollten dorthin zurückkehren und mit dem Geschäft weitermachen. -Dijo entre dientes con sus ojos clavados en la ilustración de un Jacinto Amarillo, en el lenguaje de las flores...muy irónicamente, Celos-.

(De maravilla, aunque creo que deberías volver allí y seguir con sus asuntos.)

-¿Qué?.. -Soltó confundido pues no entendía a lo que se estaba refiriendo el de lentes, apenas y se habían visto por unos minutos esa tarde-.

-Digo que te veías más cómodo con esa mujer que te abrazaba por lo que deberías volver allá en lugar de perder tiempo aquí conmigo. -El primogénito alemán mordía cada palabra que salía de sus rosados labios, su estomago ardía y su lengua parecía estar envenenada ante lo que salía de su delicada boca-.

-Así que estás celoso.... de México, Damm it. -El anglosajón comenzaba a comprender por dónde iba más o menos la cosa por lo que sonrió de lado ante la idea de que el menor se haya sentido amenazado por la cercanía y belleza de la irreverente latina- Déjame ver, hmm... hermosos ojos, cabello suave, bonita voz, buen cuerpo, ternura, manos suaves, excelentes piernas y personalidad luminiscente. Si, justo mi tipo.

Weimar sintió sus afilados colmillos emergentes raspar su lengua producto a la creciente rabia que experimentaba, se estaba dejando consumir por la negatividad sin notar que él estaba siendo descrito hasta que un empujón brusco desde su pecho y posterior presión momentánea en sus labios lo distrajeron de sus blasfemias mentales, el de estrellas se apoyó sobre sus manos y rodillas estando sobre él recorriendo con besos el cuello ajeno.

-Me gusta que te pongas celoso.... pero no me gusta que pienses que tengo ojos para alguien más que no seas tú. -Murmuró el norteamericano a su oído notando cómo al más bajo se le subía el carmesí a las mejillas mientras pasaba sus manos enguantadas bajo su camisa, el de ojos cielo se había convertido en toda su vida por lo que jamás lo dejaría ir por una tontería-.

Chicago Night's (USA × Weimar) [YAOI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora