Aceptacion ?

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—¡No vuelvas a tocarme! —Weimar temblaba violento sin motivo aparente mientras que a casi un metro de él, el de parche tenía las manos en alto totalmente petrificado por la gélida mirada de quien solía recordar como el resplandeciente joven que le robó el corazón—.

—¿Qué... sucedió?..  —Murmuró aún estupefacto el norteamericano tratando de acercarse lentamente al rubio que apretaba los colmillos con fuerza sin relajar su temblorosa posición defensiva— Sunfl-..

—Halt die Klappe bitte, nenn mich nicht noch einmal so. —Jadeó pues le dolían los pulmones por respirar tan rápido y un enorme nudo en su garganta le robaba el aire, le ardían los ojos y comenzaba a no ver bien aun con sus lentes puestos—.

(Cállate por favor, no me vuelvas a llamar así.)

—Entonces explícame por qué te encuentras en ese estado, mírate Weimar, parece que vas a sufrir un infarto en cualquier momento y ni siquiera tienes un maldito corazón humano. ¿Qué carajos traes? —Soltó el de ojo celeste ya alterado, intentando comprender cómo de la nada todo pasó a ser tan hostil con él—.

—Lo que hacía estaba mal... yendo contra la moral, estaba comportándome como un enfermo.. —Murmuró mirando sus propias manos con temor bajo la ajena mirada confundida— No debí dejar que me tocaras..

—¿Tocarte?.. qué estás... ¿Estás hablando de los besos?.. —La voz del capitalista se fue apagando a medida en que terminaba su cuestión, no entendía porque ahora se expresaba de esa manera respecto a lo que habían compartido—.

—Todo estaba mal. Meine Väter dijo siempre que los hombres no debían tratarse de esa manera porque era algo enfermo.... —El germano se tomó la cara al sentir algo bajando por sus mejillas, las lágrimas se habían estado acumulando en sus ojos sin notarlo causándole la vista borrosa— ....¿Entonces porque me duele tanto?..

El quebrado murmullo final del joven despejó la mente del estadounidense, Weimar no lo estaba insultando... sólo estaba confundido y agobiado por la contrariedad entre el cómo fue educado y lo que sentía. Había crecido entre la homofobia al igual que él... con la diferencia de que nadie aún le había explicado la diferencia entre lo bueno y lo correcto

Y no había hecho más que confundirlo hasta ese nivel en el que parecía un manojo de agresividad y desesperación.

—Weimar. —Llamó el de guantes azules intentando atraer la atención del mencionado para que dejase de murmurar cosas incomprensibles— Todo lo que sabes está errado.

—Was? —Soltó éste levantando la vista hacia el de estrellas, ¿Porqué de repente ponía en duda su conocimiento?—.

(Qué?)

—El amor tiene distintas presentaciones más allá del familiar o el amical, el amor va más allá de cualquier tipo de estándar o clase social... el amor no distingue persona o género y se guia del sentir más puro. Lo que sientes jamás va a estar mal si es lo que dice tu corazón, sin importar lo que diga el resto pues solo tú eres quien dirige tus pasos a lo que quieres ser. Si amar a alguien de una manera que "No encaja en los estándares morales de la sociedad" es considerado enfermo.... entonces pueden llevarme a un jodido manicomio... —Decía el más alto acercándose a pasos lentos mientras abría su corazón sin restricciones para el germano— Porque en este tiempo me has hecho amarte más que a nada en este caótico mundo mortal.

—Dices entonces... ¿Que.. está bien sentirme así? —Exhaló el tricolor alejando las manos de su pecho recuperando el ritmo de su respiración tras su ataque de ansiedad, aquél discurso sobre el amor era algo que jamás había oído de su padre o alguien más que solo le repetían que debía ser inexpugnable ante el resto—.

—Lo que tú creas.... lo que sientas en el corazón, es la única verdad incuestionable. —Con decisión tomó las manos del de piel amarilla entre las suyas para darle un apoyo confortable a sus palabras, al ver la expresión ajena suavizarse creyó que lo había logrado, pero el de traje gris se desmoronó en llanto desesperado—.

El de cabellos largos lo tomo en brazos apegándolo con fuerza a él, sintiendo como su alma también se rasgaba ante el dolor ajeno de no saber cómo sentirse o  actuar con libre albedrío. Weimar necesitaba tiempo para tener autonomía real... para dejar de vivir bajo la sombra de ese oscuro imperio de violentas ideas cuadradas. Para aprender a guiarse de sus propios ideales y no de los que la humanidad impone encadenando a personas como ellos, que solo quieren amar. De rodillas se tomó su tiempo hasta que el europeo dio su último tembloroso suspiro para caer rendido en el pecho del mayor, estaba tan agotado pues apenas y conciliaba el sueño durante las noches sumándole el papeleo y las quejas de su gente cada vez más rabiosa, no podía con tanto.... no solo. USA se quito el saco y lo coloco sobre el de lentes para posteriormente tomarlo en brazos y salir del edificio evitando al resto de humanos que se mantenían callados desviando la mirada ante las excentricidades de su jefe y guardián pues este hace mucho les aclaro que nadie podía meterse en sus asuntos personales.

Una vez mas el mas bajo estaba acostado sobre la cama de la ya conocida habitación en el rascacielos de Chicago que era su refugio de la rancia humanidad, dormía tranquilamente aferrado a la prenda azul marino que desprendía el aroma del castaño, este había puesto cómodo a su invitado y salió a su terraza a fumar..... no le era costumbre hacerlo pero debía de quitarse con algo el mal sabor de boca que tenía. Su amado girasol era muy frágil y debía ser tratado con extremo cuidado para evitar lastimarlo más mentalmente, tal vez debería buscar consejo de algún profesional... pero no era tan fácil como sonaba. Sin embargo haría lo que sea para que Weimar rompiese la cadena que lo retenía y pudiera desenvolverse con normalidad.

Chicago Night's (USA × Weimar) [YAOI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora