Valentia

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El joven germano despertó justo a media noche, notó que aún traía puesta su ropa de la reunión a excepción de los zapatos pero sin importarle ese detalle se colocó el saco ajeno sobre los hombros y bajó de la cama camino a la sala en búsqueda del castaño a quien divisó sentado en el suelo observando las calles a través del enorme ventanal como solía hacerlo él. Ya con la cabeza en frío se sentía arrepentido de todas las cosas feas que le dijo y sobre todo de haberlo llamado enfermo indirectamente en varias oportunidades, con duda se sentó a su lado dejando una pequeña distancia prudencial.... habían.. algunas habilidades que se daban en los ángeles, algo así como "dones" a parte de sus habilidades natas, irónicamente aunque el americano fuese tuerto éste tenía una vista mayor a la de un águila y si mal no recordaba su "Pequeña" hermana podía comunicarse con los muertos de su raza aunque sólo él parecía saberlo pues la menor creía alucinar y acababa por olvidarlo. Weimar era un poco más extraño... podía hacer que sus ojos literalmente brillaran como un farol, mientras tanto Third tenía premoniciones aterradoras de posibles futuros y si mal no recordaban, su padre podía ver a través de las cosas y había una extensa lista de habilidades aún más increíbles que otros escondían.

El de piel amarilla colocó su mano sobre el grueso cristal.

-La última vez que estuve sentado aquí creí que un hombre caería del edificio de enfrente y pasé casi dos horas observando para ayudarlo por si llegaba a caer, nunca me había sentido tan ansioso viendo algo.. -Una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios resecos al recordarse acostado en la alfombra estudiando detenidamente cada movimiento del hombre de limpieza-.

-No sería la primera vez que alguien cayese, las poleas suelen fallar y los humanos no vuelan -Un par de veces había podido verlo por si mismo, lastimosamente cuando ya estaban demasiado cerca al suelo y apartaba la vista rápidamente para evitar la sensación de asco-.

-Yo... lamento mucho lo que te dije, mi mente estaba al límite y no pensaba antes de hablar.. -Murmuró el de lentes girando a mirarlo como si aún fuese un niño preocupado por cuidar de todos-.

-No me dijiste nada a mi, aunque no fue nada que no haya oído antes -Soltó tranquilamente el de franjas rojas aún observando las calles ya de manera normal- Pero el que lo digas demuestra que lograste descansar al menos un poco y eso me deja más tranquilo, te veías realmente mal.

-Sólo dormía tres o cuatro horas por día, estaba bajo mucho estrés y... en lo único en lo que pensaba una y otra vez era en huir aquí, pero no podía.. -El menor alejó su mano del cristal y pasó un poco de saliva suspirando profundamente, amaba su casa pues se había criado ahí... pero ya no era su hogar-.

El castaño giró haciendo amago de querer tomarlo entre sus brazos ante lo que oyó pero se detuvo sabiendo que no sería correcto presionarlo en ese momento, sin embargo el tricolor se permitió apoyarse en su hombro pues era algo que solía hacer con su hermano y lo veía como algo normal, eso bastaba para USA pues sentirlo cerca lo reconfortaba de gran manera así que su mano derecha se posó sobre las hebras doradas del más bajo pasando suavemente los dedos entre ellas adormeciéndolo. El germano amaba eso, recibir toques suaves y calor lo relajaban de su estrés constante y le permitían dejar de pensar por un momento en el que disfrutaba de estar vivo, en Chicago no habían protestas o violencia entre humanos por cualquier cosa.... solo había música y silencio con el panorama adornado por bellas luces y ese maravilloso..

-Pollo frito.. -Dijo entre dientes perdido en sus pensamientos a lo que luego escuchó una risa a su lado y sintió su rostro enrojecer por su despiste-.

-Aún es temprano, ponte zapatos y vamos por ese tesoro -El de parche volvió a reír mientras se levantaba del suelo a buscar un abrigo decente y su billetera, ahora también se le había antojado aquella fritura tan espectacular y no podía con la tentación-.

Una vez fuera del enorme edificio caminaron un par de calles hasta llegar al pequeño negocio iluminado por luces redondas similares a las que se colocaban en navidad, se sentaron e inmediatamente ordenaron lo que se les antojó...... y algo que divertía mucho al americano.... era que el menor siempre hacía expresiones extrañas al comer, se veía como un niño que probaba algo nuevo y le encantaba. Recordó que Weimar dijo en un par de ocasiones que tenía un hermano y por un momento se preguntó si sería igual que él, eso sólo lo sabría cuando el rubio se estabilizara y pudiera despegarse más de sus obligaciones.... le gustaría llevarlo a ver las luces del norte o incluso a Hawaii para que dejara un poco esa palidez.

-Extrañaba mucho esto -Dijo el de lentes con la boca medio llena, sentía su núcleo girar rápidamente de felicidad por ese momento pacífico tan añorado durante meses-.

-¿Extrañaste más al pollo frito que a mi? -Soltó burlón el de traje azul haciéndose el dolido tras terminar de morder una alita picante, ya no le era tan fuerte el sabor luego de caer en tantas bromas de la mexicana-.

-.... -El europeo quedó callado por unos momentos haciendo sentir como un tonto al de franjas rojas, pero luego enrojeció y balbuceó- También te extrañe... mucho..

Ahora el de las mejillas rojas era el de guantes que momentos después comenzó a reír cubriéndose el rostro, era uno de esos momentos en donde sientes tanta felicidad que nada más importa...


Así que lo tomó del rostro con ambas manos y lo besó.


Tras unos segundos el de ojos cielo comenzó a chillar y lo alejó de golpe cubriéndose la boca, regresando a la realidad al anglosajón.

-Warum juckt es so sehr ?! -Volvió a chillar el de piel amarilla antes de tomar su vaso con soda fría intentando aliviar el ardor en sus labios y lengua, nunca antes había sentido algo así y bueno... la primera vez siempre duele-.

(¡¿Por qué pica tanto?!)


Oh... USA había olvidado ese picoso detallito..

Chicago Night's (USA × Weimar) [YAOI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora