Ojos cielo

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Durante la noche que se llevaban a cabo distintos festivales culturales en la ciudad para los visitantes propios y extranjeros que admiraban con asombro la capital, el rubio había decidido volver a su hogar desde que terminó el primer espectáculo de los juegos que su hermano y los demás si que quedaron a observar con sus maliciosos ojos planeando quién sabe qué nuevo crimen, se sentía algo triste de saber que su querido hermano menor seguiría los mismos pasos que llevaron a la muerte a la familia pero no podía hacer nada puesto a que este ya era una persona autónoma lo suficientemente madura para hacerse cargo de sus actos. Ese día había estado tan cerca del americano como tanto deseó pero tristemente por la interrupción de Third y las posibles miradas del resto no pudieron siquiera abrazarse un momento, pero sabía que eso era lo que conllevaba ese tipo de vida... más aún siendo un ángel, sinónimo de ejemplo para todos en un nación y sobre todo para los niños... que crecían reprimiendo sus sentimientos para encajar en una sociedad cuadrada que destruía sus sueños.

El tricolor suspiró pasándose las manos por el rostro para sacar el naciente estrés en su cuerpo, otra vez estaba sobre pensando las cosas y eso siempre lo ponía de mal humor así que se levantó de su escritorio acercándose a la ventana para observar el jardín interior de la mansión y distraerse un rato antes de ir a dormir ya que debía seguir despertando temprano para acompañar al de ojos esmeralda haciendo acto de presencia por los otros 15 días que duraban las malditas Olimpiadas humanas. Estuvo al menos unos minutos con su atención puesta en las rosas y centaureas nacionales perfectamente cuidadas por el personal de la casa hasta que una figura colándose por sobre la gran reja justo al lado del árbol favorito de su padre llamaron toda su atención haciendo que se le fuese el aire al notar que se trataba del de franjas rojas vestido completamente de negro corriendo por el jardín tras pasar la reja.

-¡¿Es que acaso estás demente, qué tal si alguien te vio?! -Chilló en voz baja el de lentes observando cómo el castaño terminaba de subir hasta su balcón gracias a la enredadera que tenía, si la noticia de una intrusión así llegaba hasta los oídos de su hermano le daría un ataque o los mataría a los dos-.

-Claro que no, soy un rebelde y muy bien entrenado marine americano. -Sonrió burlón el castaño ya dentro de la habitación observando como el menor cerraba frenéticamente la ventana y cortinas junto con la puerta corriendo de un lado a otro hasta que él tuvo que estirar un brazo para detenerlo- Ya, nada va a pasar, tengo a mi equipo de seguridad afuera vigilando muuuy encubiertos y me avisarán cuando llegue el dientón de tu hermano..

-Aún así no podemos estar simplemente aquí, sígueme -Dijo el dueño de casa en tono bajo caminando de vuelta hasta su escritorio para luego agacharse desbloqueando el pequeño mecanismo que abría esa pequeña entrada hacia su burbuja alejada de los problemas de la humanidad-.

-¿Todos los alemanes tienen esto en su casa o solo tú?, porque yo también quiero uno.. -El de parche estaba asombrado por la existencia de esa escalera secreta en la habitación que iba subiendo apoyándose en sus rodillas y manos hasta que llegó a un espacio bien decorado de mínimo 5x5 que parecía ser la guarida del de lentes-.

El cual apenas se sentaron, se lanzó a sus brazos aferrándose a él... lo que hizo que su núcleo girase muy rápido finalmente liberando todos los sentimientos que guardó hasta el día en que se reencontraran, lo rodeó fuertemente con sus brazos por un largo rato hasta que se acomodaron apoyados en una de las paredes observando sus manos unidas.

-Quise responderte hace mucho luego de que llegasen tu carta y la foto, pero todo aquí estaba pésimo y cuando finalmente comenzó a mejorar... yo enfermé mucho y ya no podía salir de mi habitación solo.. -Declaró Weimar con pesar mientras sus ojos picaban tan solo de recordar lo horrible que era no poder moverse puesto a que cada vez que una grieta aparecía traía un enorme dolor agudo que lo hacían gritar mientras más ramificaciones traía esta, era como ser torturado tan lentamente que deseabas morir y agradecía que estas hubiesen parado de aparecer ya hace un tiempo-.

-Sé que fue una época de mierda, lo siento tanto.... te juro que ya nunca más volverá a repetirse, hicimos muchos planes para prevenirlo.. -El de ojo celeste estaba mortificado por la apariencia tan gris y lamentable de su amado girasol que tenía tantas grietas que le atemorizaba tocarlo muy fuerte y lastimarlo- Cuando esto termine.. ven conmigo. Tu icónico hermanito puede encargarse solo, necesitas un tiempo para ti y recuperarte de todo.

-Lo siento.. pero no puedo abandonar a Third, sin embargo podemos pasar estos días juntos hasta que pueda volver a viajar -Su voz suave y su mirada apacible le eran difíciles de contradecir al anglosajón que acabó por suspirar rindiéndose, entonces sonrió con pena y lo tomó de las mejillas uniendo sus labios dulcemente-.

Después de casi seis largos años podían besarse nuevamente reafirmando los fuertes sentimientos que tenían por el otro que lejos de apagarse, se habían mantenido estoicos durante la espera percibida eterna por sus corazones, sin embargo aún tenían mucho que recorrer sin esperarse la cantidad de problemas y obstáculos que aparecerían en los siguientes años que afectarían a todo ser vivo del mundo.

Chicago Night's (USA × Weimar) [YAOI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora