–¡Vamos!, Cachéeme.–El chico intentaba plantarle cara a aquel ruso de casi 2 metros poniéndose de puntillas frente a él. El comisario se mantenía de brazos cruzados, mirándolo con cierta burla en sus facciones. "Se ve realmente adorable intentando intimidarme" pensó. Espera, ¿había dicho adorable?, "Ridículo, quise decir ridículo..." Rectificó como si las personas de aquella habitación pudieran escuchar sus pensamientos.
–Vamos Horacio, déjale...–Aquel chico rubio tomó el brazo de su amigo, intentando que este se separara de volkov. Gustabo sabía las consecuencias que podría tener Horacio si intentaba enfrentarse al ruso y ninguna era buena.
El muchacho antes de alejarse de volkov le frunció el ceño.
–Si ya has terminado de hacer el payaso, el rubito puede acompañarme por aquí.–Dijo Volkov aún sin descruzar sus brazos.
A Gustabo le dio igual que estuviera el comisario delante, este abrazó a su amigo. Horacio sintió un gran peso caer de sus hombros al encontrarse de nuevo entre los brazos de su hermano.–Tranquilo Horacio, te sacaré de aquí.–Algunas lágrimas escaparon de los ojos de Horacio, que al separarse de aquel abrazo secó rápidamente con las palmas de sus manos.
–Juro que seré valiente, como tú mismo me enseñaste...–Los muchachos volvieron a sonreírse.
–Bien si han terminado su escena romántica, acompañe a mi compañero. Este le guiará hasta la puerta.–Ordenó Volkov.
Gustabo antes de salir de aquella sala le mostró a su amigo una sonrisa compasiva, que fue devuelta por Horacio.
–Pérez, ponte de nuevo contra la pared.–"Joder, ¿Otra vez?" Por qué siempre se ponía nervioso cada vez que el comisario se lo ordenaba, debía acostumbrarse si iba a ser el policía que estuviera a su cargo la mayor parte del tiempo.–Te gusta ponerme contra la pared por lo que veo...–Se atrevió a decir Horacio mientras levantaba las manos y obedecía las órdenes del ruso.
El comisario frunció el ceño quedándose totalmente paralizado.–¿Co-como has dicho?–Se notó el nerviosismo en su voz, quizá por lo desprevenida que le llegó esa frase.–Vuelve a decir eso y juro que te arrancaré esa cresta pelo a pelo.
Horacio sonrió, si su misión era poner al comisario nervioso lo había conseguido. Por lo que giró su rostro para encontrarse con los ojos del comisario, le miró con una cara burlona y coqueta al mismo tiempo mientras levantaba sus hombros mostrando indiferencia.
Volkov suspiró pesadamente, seguidamente tomó su radio que llevaba colgada en el bolsillo de su pantalón.–¿Algún agente disponible en comisaría?–Habló por esta con un tono de voz agotado.
–Sí señor comisario.–Sonó una voz amigable tras esta.
–Bien Moussa, baja a la sala 2 de interrogatorios. Necesito que hagas algo por mí.–siguió hablando mientras miraba a Horacio.
–Por supuesto señor comisario, enseguida estoy allá.–el muchacho no tardó ni dos minutos en cruzar aquella puerta.–Aquí me tiene señor comisario.
–Bien, cachea a este imbécil.
–Como usted diga, señor comisario– Moussa se acercó a Horacio.–Con permiso caballero.–El muchacho de la cresta levantó los brazos, dando paso a que Moussa comenzará a palpar sus brazos en busca de armas o cualquier otra cosa.
–¿Qué ocurre señor comisario?–Horacio imitó a Moussa sin llegar a ser ofensivo.–¿Por qué no quiere cachearme?–Horacio giró su cabeza para buscar la mirada de volkov. Este permanecía serio, como de costumbre, con sus brazos cruzados y sus facciones indescifrables de cualquier tipo de expresión humana.
ESTÁS LEYENDO
ᴋᴇᴇᴘ ᴍᴇ ᴀᴡᴀʏ》ⱽᵒˡᵏᵃᶜⁱᵒ
Fanfiction¿Alguna vez habéis oído hablar de la historia del Yin y el Yang?. El Yin y el Yang son las dos fuerzas fundamentales, que al tiempo son opuestas, pero que se complementan y las cuales están presentes en todas las cosas. Además estas dos fuerzas se n...