Capítulo 9

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Horacio no comía, no bebía, no hablaba, ni siquiera le había dirigido la palabra al comisario desde aquello, tampoco lo había vuelto a ver. Había pasado uno o dos días desde que Volkov había golpeado a Horacio y este no lo perdonaba, no creía hacerlo nunca. Aún sentía la mano del ruso marcada en su piel, como una feroz quemadura. Le había destrozado, ese comisario le estaba matando...

No paraba de pensar en cómo Volkov podía haberle hecho eso, su eterna pregunta que divagaba de un lado a otro de su cabeza, "¿Por qué?", ¿Por qué había sido tan cruel?. Le había apartado a toda su gente cercana, empezó con Tonet, luego Gustabo y por último con Moussa, ¿Y con qué propósito?. ¿Iba también a cambiar su personalidad a la fuerza?, ¿A base de golpes iba a convertirlo en su prisionero?, ¿tendría que ser su puta como aquel hombre le había dicho?...

¿Qué quería ese maldito hombre de Horacio?, un día le trataba bien, al menos como un ser humano y al otro apartaba a su familia y le abofeteaba como al animal más miserable y repugnante, como un maldito trozo de carne sin vida...

☯️☯️☯️

Volkov se había odiado a sí mismo desde que le hizo aquello a Pérez. Solo veía una y otra vez en su mente los ojos llorosos de aquel chico clavarse en su interior después de haber golpeado su delicada y dulce mejilla, sus amargos sollozos como los de un pequeño cachorrito, que intentaba ocultar y sus manos temblorosas apoyarse en su mejilla. Todo él era tan fino, tan delicado, que era merecido de tratar con algodones. "¿Por qué he hecho esto?, ¿Por qué lo hice, joder?" se repetía constantemente en su cabeza y lo más curioso eran aquellos sentimientos que habían resurgido de su interior, aquellos que creía muertos.

Se sentía más miserable que nunca, no valía nada, era.. era todo tan confuso... "Puto crestas..." Para Volkov era común tratar mal a los presos que pasaban por los calabozos pero nunca le había afectado de la manera que le pasaba con Horacio.

Volkov hacía tiempo no tenía miedo, tampoco vergüenza, pero aquel día lo sentía todo a la vez. Se dirigía a la celda de Pérez por primera vez después de aquello. No se sentía capaz de mirarlo a los ojos, ni siquiera sabía bien que le iba a decir. Solo llevaba una bolsa de galletas y una mente llena de culpabilidad y quizás también de disculpas pero que no sería capaz de soltar, eso de mostrarse sentimental no era lo suyo...

Sus pasos eran falsamente firmes, es decir, parecían firmes a ojos de los demás pero Volkov sentía que en cualquier momento sus rodillas se doblarían torpemente y caería como un maldito mocoso frágil y endeble.

Llegó a la puerta de los calabozos y no se atrevía a bajar ese dichoso pomo, no podía, no sería capaz de verlo... "¿Por qué coño estoy haciendo esto?" y es que ni él mismo lo sabía bien, simplemente sentía la necesidad de protegerlo, como si un instinto nuevo hubiera aparecido en su interior...

Estaba a punto de echarse para atrás cuando se asomó por el pequeño cristal cuadrado de la puerta y vió a aquel hijo de puta de nuevo, -chertovski p'yan...(Puto borracho)-Murmuró con los puños apretados. Abrió de un golpe la puerta y sin pensarlo dos veces, tiró la bolsa de galletas al suelo y se abalanzó sobre aquel tipo. Casi no le dió tiempo a James de reaccionar que volkov ya lo estaba sosteniendo del cuello contra la pared.-Hola Smith, parece que le has cogido mucho cariño a mi preso, ¿No es así?.- El hombre tragó saliva sonoramente.

-N-no... no le estb-estaba haciendo nada... lo juro...-Estaba aterrorizado, casi no era capaz de hablar.

-¿No?, ¿Qué le estabas diciendo?, ¿Que era mi puta como la última vez?-Volkov estaba hecho furia.

-N-no, es decir, no se si es suyo o no... L-lo dice toda la comisaría...

Volkov sonrió cínicamente y enroscó más su mano sobre la garganta del hombre, haciendo el paso del aire imposible -Pues si tienes los suficientes cojones de decir que es mío, quiero que sepas que mis cosas no se tocan y quien lo haga tendrá graves consecuencias, ¡Entendido!-James se retorció, su piel estaba muy colorada e intentaba soltar la mano de Volkov de su cuello. El ruso lo arrastró tirándolo al suelo y agachándose a su altura mientras James intentaba recuperar el aire perdido.-Escuchame una cosa borracho de mierda, vuelve aunque sea a mirarlo y juro que vas a acabar en una bolsa de plástico flotando en el mar...-El hombre se arrastró hasta la puerta de salida y escapó de aquellos calabozos corriendo despavorido.

ᴋᴇᴇᴘ ᴍᴇ ᴀᴡᴀʏ》ⱽᵒˡᵏᵃᶜⁱᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora