Capítulo 10

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Aviso: Se vino capítulo intenso...

Antes de nada avisaros que la mayoría del capítulo es desde la perspectiva de Horacio. Hasta que aparezca el símbolo del ying y el yang [☯️☯️☯️]

Espero que les guste :D, besos en el anastasio 💖
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Pasó otros 4 días allí dentro sin recibir ninguna noticia de su traslado a federal. Estaba muy nervioso y siendo sincero... prefería irse cuanto antes de allí. La tensión de esa comisaría se había vuelto el mismísimo infierno y las pocas veces que se había cruzado con el diablo (De ojos azules y acento ruso), había sido horrible.
Fueron pocas veces, pero fueron terriblemente incómodas; el comisario no había pisado ni un día los calabozos desde que ocurrió aquello. Ahora Moussa se encargaba de todo lo que le hiciera falta a Horacio, ningún otro policía, solo él. Cada vez que se cruzaba con uno de estos, bajaban la cabeza y si Horacio les preguntaba algo no respondían absolutamente nada o salían huyendo despavoridos... aquello era realmente extraño.

Gustabo llamó a Horacio esos 4 días sin falta, dijo que no podría ir a visitarle en algunos días porque estaba demasiado ocupado con sus dos trabajos y buscando al mejor abogado del país para el juicio y Horacio no se lo tomó del todo mal, aunque se sentía solo. Extrañaba a su hermano y aunque odiaba admitirlo... también a esa bestia rusa de ojos azules y pelo gris.

Extrañaba el ritmo de su respiración tosca y profunda, su olor, su simple presencia. Además no había podido parar de pensar en la vez que lo había probado y en lo maravilloso que fue.

Se le había quedado grabado a fuego el sabor de su saliva, el tacto de sus labios contra los suyos, el agarre de sus manos en sus caderas, su cálida respiración chocando contra su rostro.... y lo odiaba, lo odiaba,¡lo odiaba!.

Lo odiaba tanto que siempre que pensaba en ello sus puños se apretaban de tal manera que sus nudillos acababan blancos y las palmas de sus manos ensangrentadas por la marca de sus uñas. Era horrible, no solo se había marcado el sabor de sus labios si no que también aquellas asquerosas palabras condescendientes que le martilleaban el tímpano. "No me toques, no vuelvas a tocarme"-Imitó con sus propios pensamientos la voz del ruso.... imbécil.

Moussa llevaba a Horacio a la sala del teléfono, tenía una llamada esperando, y de pronto se cruzó con Volkov. Mierda,mierda,mierda.

Era un pasillo angosto, el ruso tendría que pasar por su lado y Horacio solo quería que le tragase la tierra.

Este miró unos instantes a Horacio y obvió el saludo de Moussa, chocando el hombro de Horacio al salir casi disparado. Eso, huye maldito cobarde...

Si Moussa no hubiera estado ahí para sujetarle, probablemente se hubiera caído por el choque de aquel ruso. ¿Este hombre qué?, ¿Tiene los hombros de acero o qué mierda?. Pensó mientras se acariciaba el suyo propio que había sido golpeado violentamente y clavaba una mirada de odio en el comisario que ya desaparecía del pasillo.

-¿Estás bien Horacio?-Preguntó con voz sensible el oficial mientras aún sujetaba a Horacio de los brazos.

-Sí, sí todo bien... maldito imbécil...-Pensó en voz alta.

-La verdad no sé que le ocurre. Estos días ha estado muy... extraño...-Horacio bajó la mirada al suelo y se rascó la nuca, era el único que sabía el porque.-No sé... fue desde que... te "escapaste"-Dijo esta última palabra haciendo comillas con sus dedos porque técnicamente no se escapó.

-¡Sí Hombre!, ahora va a ser culpa mía que ese hombre se levante con los huevos torcidos.-Dijo en un tono de molestia.

-No, no quiso-Quise-Su inglés a veces fallaba.-no me refería a eso, Moussa se disculpa.-posó la mano en su corazón y levantó la otra con una sonrisa.

ᴋᴇᴇᴘ ᴍᴇ ᴀᴡᴀʏ》ⱽᵒˡᵏᵃᶜⁱᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora