Capítulo 20

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Sabía que delante de sus narices se encontraba la persona salvadora de que un puño no se estrellara contra su cabeza.

Podía ponerle voz a aquel hombre, era un tanto familiar, sin embargo ningún rostro se le venía a la mente.

Horacio no había levantado la mirada del suelo en ningún momento, sus músculos no se lo permitieron.

-¿Así es como tratas a los críos en este lugar?, sin duda Brown eres una persona muy humanitaria.

Horacio siguió con la cabeza baja, mientras los latidos de su corazón le aturdían junto a un molesto pitido en sus oídos.

-¿Que coño quieres Kalahari?

La garganta de Horacio se cerró al llegar ese nombre a sus oídos. Levantó la mirada al fin, encontrándose con aquel muchacho de pelo rojo que aún recordaba como un joven agresivo siendo vitoreado por media cárcel mientras le partía la cara a otro preso.

-Creo que sabes perfectamente lo que quiero.-Suspiró-Tú, trozo de mugre, deja la caja del chico por ahí y lárgate de mi vista-Ordenó al hombre que sujetaba una gran caja a su lado.
Este asintió con el terror tiñiendo su rostro por completo y acabó depositando la caja al lado de Horacio. Le dedicó una mirada aterrada antes de marcharse.-Ay Brownie Brownie... ¿Cuántas veces te tendré que repetir lo mismo?-Se adentró despacio a la celda, marcando semblante con su paso firme pero ligero. Lo suficientemente relajado como para causar que una persona se meara del miedo si lo tuviera en frente-¿Cuántas veces tengo que decirte que mis cosas no se tocan?, eh, ¿Cuántas?.

-Kalahari, este niño no es tuyo.-El guardia señaló a Horacio, ocultando de una manera casi impecable el miedo que imponía Yun.-Es nuevo es... es imposible que...

El hombre asiático no pudo evitar esbozar una sonrisa.-Que gracioso, me encanta cuando estás tan seguro de las estupideces que sueltas por esa alcantarilla que tienes por boca.

La cara de Brown se quedó congelada, cualquier ápice de expresión que había en este se había esfumado dejando un semblante serio, errático. Sus músculos se tensaron por completo.

-¡Já!, me subestimaste una vez más. ¿Qué pasa Brown?, ¿que el chinito no deja de sorprenderte nunca?.

Horacio no entendía absolutamente nada.

-Me cago en... ¿Cómo coño...?

-¿Impresionante cierto?.

-¡Está el jodido CNP, LSPD, FBI, Interpol y todo puto cristo detrás del culo de esta pequeña mierda!, ¡¿Cómo cojones...?!

-Bueno, creo que a veces se te olvida de donde vengo y quien soy, mi rey... Por ello no vuelvas a tomar el nombre Yun Kalahari en vano.-Dijo amenazante con una sonrisa, y aún siendo una sonrisa, era la más terrorífica que Horacio presenció nunca-Antes de que saques tu asqueroso culo de esta celda, quiero que te quede claro algo...-Caminó hasta el joven.  Este bajó su rostro completamente aterrorizado. Pero él le tomó de las mejillas y le obligó a mirar al frente. Sintió como las lágrimas se deslizaban por su cara mientras un leve gimoteo de terror se escapaba de sus labios-Quiero que se te quede grabada esta cara, porque es mía, Y como se te ocurra tocar algo que es mío, puedo hacer que todo esté chollo que tienes aquí dentro se te acabe en cuestión de segundos, recuerda que se muuuchass cosas que no quieres que salgan a la luz.-Soltó el rostro de Horacio.-Se que eso te dolería mucho más que estar muerto, te encanta tu puesto de trabajo, ¿verdad?.

El hombre calló, obviamente estaba furioso.

-Creo que me es válida esa respuesta. Ahora vete.

Brown le dedicó una última expresión de rabia y Yun a modo de respuesta le guiñó un ojo.

ᴋᴇᴇᴘ ᴍᴇ ᴀᴡᴀʏ》ⱽᵒˡᵏᵃᶜⁱᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora