24. Secretos y Mentiras

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—Dodonus —susurró Mirelle mirando alternativamente entre Snape y Olive para inmediatamente después elevar su voz a tal punto que sobresalto a los pocos amigos de Ron que aún seguían ahí sin prestar mucha atención hasta ese momento—. ¿Qué demonios le dijiste a mi hija Snape?

—Mirelle te pediré que bajes la voz —dijo Dumbledore en un tono calmado pero con la misma autoridad que hacía a todos guardar la compostura, sin embargo, Mirelle Hawk nunca había sido una mujer calmada.

—Prometieron no decirle nada, nunca —recalcó Mirelle.

—Dijiste que no lo sabía —esta vez Olive tomo la palabra dirigiéndose a Snape con indignación.

—Será mejor que todos nos calmemos —sugirió Dumbledore nuevamente—. He de recordarles que no somos los únicos en este Hospital. Mirelle, Olive, se que ambas esperan respuestas pero este no es el momento ni el sitio adecuado. Olive quería ser yo en persona quien te contara de tu situación de salud actual, por el momento será mejor dejar a nuestros pacientes recuperarse sin alboroto.

—¿Cuándo se supone que obtendremos respuestas? —bufó Mirelle

—Te haré llegar una lechuza, Mirelle —Dumbledore hizo una pausa—. Eres bienvenida en el colegio para visitar a Olive mientras esta recuperándose, insisto que esta noche los dejemos descansar —terminó de decir para todos los presentes.

Pronto la enfermería se sumió en la soledad total y el silencio absoluto, Olive solo escuchaba la ruidos de respiración de Ron y los pasos de Madame Pomfrey en su despacho mientras se preguntaba por primera vez desde que supo la verdad que era lo que la hacía especial. ¿Por qué "El fenix" de la predicción se centraba en ella?

Estiro sus manos frente a sus ojos logrando encontrarles forma gracias a la luz lunar filtrándose en la ventana sobre su cama. Si tenía alguna clase de poder mítico que la hacía inmortal lo encontraba estúpido. Concentro toda su magia a través de sus manos, como si eso fuese la clave para sus respuestas, la única verdad que quería experimentar esa noche era dormir hasta el amanecer.

(***)

Trataba de concentrarse en su lectura sobre Venenos y antídotos, un poco imposible cuando la irritante novia de Ron lloraba a lagrima tendida sobre las sabanas de su novio, como si fuese su lecho de muerte. Claro que ambos estuvieron a punto de morir pero la exageración de Lavender Brown era desesperante, entendía porque Ron fingió dormir cuando ella se apareció en la enfermería a primera hora de la mañana, desde ese momento no se separo de él, tomando su mano con fuerza. Olive evitaba mirarla conteniendo la risa al tratar de leer el libro que encontró en su cómoda al despertar, sospechaba que era de Snape.

Nadie más que Lavender Brown había aparecido en la enfermería esa mañana, de alguna manera Olive deseaba que siguiera así. Aún no se encontraba lista para enfrentar a sus amigos por lo que Draco gritó la noche anterior, al tratarse de Hogwarts, sospechaba que el rumor había llegado hasta el ultimó alumno del castillo, al menos una semana en la enfermería la mantendría alejada de los cotilleos, aún cuando odiara ser una paciente en cualquier Hospital, sin duda ese año se encontró más veces en la enfermería que en toda su vida, la única vez que se encontró en San Mungo fue a los cinco años, cuando su padre le disloco el hombro, rompiéndole el brazo en el proceso. Una lesión fácil de curar si sabías lo básico en Medimagia, sin embargo sus padres tenían la misma idea de Medimagia que de Estudios Muggles. Gracias a esa herida atribuía las salas de Hospital un martirio, y a la vez esa herida a impulsaba en sus estudios para la salud mágica, si ella tenía la oportunidad de arreglar el brazo roto de una pequeña niña entonces lo haría.

Un sollozo bastante molesto por parte de Lavender logró que Olive dejara de lado su libro, a punto de decirle que guardara silencio cuando Nick abría las puertas de la enfermería con un pequeño ramo de margaritas en la mano.

Reyes De Slytherin // Draco Malfoy (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora