Era real lo que acaba de ocurrir, Olive pedía verlo a solas, como una cita, esperaba que fuese eso. Desde el momento que lo abordó aquella noche, donde sintió su corazón arder al dormir con ella, cuando soño algo tan irreal en una mansión tan clara, con el sol reflejando en una pulcra mesa de madera y una mata de cabello rojizo asomándose para alcanzar la esquina de la mesa y fijar sus ojitos azules sobre él. Luego despertó con Olive respirando tranquilamente abrazado a él, aferrada a sus brazos.
Después llegó el caos con la duda que plantaba en el ¿Qué hacía pegado a Olive Hawk? ¿Por qué la chica de repente se comportaba de esa manera? Cómo si le gustará, y a él le gustaba hacia años. De eso se había dado cuenta esa misma noche, y las siguientes que despertó agitado, sudando, empalmado contra las sábanas, desquitandose con sus manos y el rostro de Olive en sus pensamientos.
Parecía que esa misma noche sus fantasías estaban por cumplirse, con Olive respirando sobre su cuello, rozando su piel, besando cada rastro de si mismo que podía entregar. Un escalofrío recorrió si cuerpo de solo pensarlo, la idea retumbando en su cabeza como un martillo, aún si Olive planeaba algo contra el no podría importar en ese momento mientras deseaba besar sus piernas y más allá de ellas.
Olive lo deseaba, se lo había dicho. Aunque lo volvía a pensar una y otra vez, Olive se acostaba con cualquiera que se le pusiera en frente. Había vivido sus escapadas cada noche con un chico diferente, y de alguna forma las había sufrido, tragando su inconformidad con cada nueva burla a ella o quién fuese lo suficientemente estúpido para cruzarse con él. Pero el no tenía nada por lo que enfadarse con Hawk, o se lo decía a si mismo para evitar que la sensación de celos fuera quien escarlara sus muros, derrotando a los sentimientos que imponía sobre ellos.
Ahora era su turno, una noche, una como otras tantas, una noche con Olive Hawk. Lo que llevaba esperando años sin saberlo, y a lo que tanto temía... Porque Olive lo odiaba, lo odiaba de sobremanera, los coqueteos de casi un mes no debían ser solo por un simple abrazo en el tren, había algo escondido, pero ella era buena escondiendo cosas.
Trato de alejar esos pensamientos y concentrarse en lo que venía. ¿Y si dejaba a Olive plantada? ¿Qué era lo peor que podía pasar? Ya le había roto la nariz varias veces, podría soportar una más, inclusive tenía pociones que lo ayudarían si se le ocurría la misma jugarreta que uso con Nicholas Rowle hacía un año.
No le había prometido nada, no le debía nada, sin embargo, el calor en su nuca, la punzada en su entrepierna, el placer que se alojaba en su abdomen le pedían a gritos que fuera, que hiciera caso a Olive, que el también la deseaba y no solo eso. Si Olive estaba jugando podría aguantar después su indiferencia, el podría concentrarse en su misión después de ello... Solo necesitaba esa noche.
Ni siquiera tenía una hora concreta a esa "cita" el reloj marco las nueve cuando Draco se planto frente a la puerta del baño de prefectos, susurrando de forma suave la contraseña "Aroma cítrico" para encontrarse con la enorme sala de baño.
Escuchaba sus propios pasos retumbar en su cabeza tras pisar el mármol blanco, adentrándose cada vez más, sin ningún rastro de Olive. Parecía estar solo, sin embargo los grifos de la bañera corrían llenándola, casi alcanzaba su límite, con un cautivante aroma a lavanda invadiendo la habitación acompañado de ligeros vapores filtrándose en sus fosas.
—¿Hawk? —pregunto, con la duda de su presencia escondida en el cuarto. Sabía que estaba ahí, la bañera casi llena con su aroma particular lo indicaba.
Su confusión lo invadía al acercarse a la bañera, que cerró de golpe sus grifos cuando llegó al borde, entonces Draco se detuvo, observando su reflejo en el agua clara ¿Cuál era el juego de Olive? ¿Por que no estaba si ella lo había citado? Más y más dudas sobre lo que en verdad quería Olive.
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Reyes De Slytherin // Draco Malfoy (En edición)
FanfictionSentirse vacío era algo a lo que estaba acostumbrado, las emociones negativas y la falta de confianza en la gente. Draco Malfoy no era alguien que dejaba sentir amor, sin embargo lo había hecho por años inconscientemente. Por lo tanto mirarla le pro...