26. Ira

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La ira y el dolor invadían su cuerpo llegando a tal punto donde se detestaba a ella misma, culpable de lo que acababa de ver, como si de verdad fuese su error. Más culpable por creerle “Si para siempre” “Juntos eternamente” y millones de las mentiras que Draco pronunció con encanto para tenerla a sus pies como una idiota, idolatrandolo, tratando de salvarlo antes que a ella misma. Los segundos pasando eternamente mientras se hundía en la miseria de sus propios recuerdos.

Deseando que sufriera lo mismo que ella, claro que no podría sufrirlo si todo había sido mentira, sería un alivio para Olive de todas maneras. Anhelante de romper todo a su paso, romper en llanto hasta quedarse sin voz. Sin embargo no era un sedante a los sentimientos que permitió salir cuando Harry la abrazó. Caminando sin mirar, pensando en como acabar con la ira y el dolor, solo divagando en los métodos alternos que nunca le habían fallado al intentar ocultar sus sentimientos.

Ni siquiera podía confiar en ella misma si se trataba de amor, enamorarse no le sirvió de nada más que sentirse miserable y derrotado, por esa misma razón la palabra capricho volvió a amanear sus pensamientos.

Capricho, si eso había sido. Nada de amor ni necesidad, el capricho de tenerlo a su lado era lo que la ponía de esa manera, perder algo que no era suyo, que nunca lo había sido, pero gracias a ese capricho y esa estúpida perdida había aprendido. 

¿Entonces por que seguía sintiéndose así? Una nueva ola de lágrimas amenazó con salir al recordar todo a lo que había renunciado por Draco, trago su sufrimiento  recuperando un poco la compostura cuando algo en su mente se activo, llorar no arreglaría nada pero podía darse una idea de lo que la aliviaría.

Aula abandonada de encantamientos.

Olive se apresuró a ir ahí antes de que Filch comenzará a monitorear los pasillos, antes de que fuese el tiempo límite para llegar a la Sala Común, pero lo necesitaba. Era la única manera que conocía con lidiar con sus problemas, más que afrontarlos o pedir consuelo como le sugería Harry. No, necesitaba con desesperación deshacerse de esos pensamientos y solo sentir lo que la haría sentir mejor.

—Olive ¿Todo bien? —pregunto Nick cerrando su libro al verla, lo rosado desde su nariz a sus mejillas y sus ojos cristalizados delataban que había llorado.

—Callate —exclamo Olive, impidiendo que Nick se levantará de su asiento, sentándose sobre su regazo y besándolo desesperadamente, el alivio se extendió bajo su piel, sentir los labios de Nick responder con ganas al beso, sus manos encontrando su nuca, su brazo arqueando su espalda para tenerla más cerca.

—Así que cambiaste de opinión —ronroneo Nickholas en el odio de Olive mientras disfrutaba los besos en su cuello.

—Creo que es obvio —Olive lo acuno su rostro, observando sus penetrantes ojos negros bajo sus risos del mismo color, si, era encantador y atractivo, y si viajaba hasta su quinto año recordaría lo bueno que era—. Olvide lo bien que se sentía.

—Te sentirás más que bien —Nick encajo los dedos en su cabello a través de su nuca, impulsándola para besarla profundamente.

Sus piernas chocando con cada estocada, su cuello y brazos recibiendo mordidas por Nickholas que jadeaba cada segundo, incrustando los dedos bajo su piel, moviéndose debajo de ella las veces que fueran necesarias para sentir ese maravilloso éxtasis para deleitarse, pero ya se deleitaba con cada gemido y suspiro que lanzaba Olive al aire hasta que llegó la ansiada liberación.

Sus piernas se encontraban mojadas mientras trataba de recuperar la respiración a la par de Olive quien escondía la cara en sus hombros desnudos,  sus caderas se movieron nuevamente después de unos minutos, instaurando el calor nuevamente bajo sus cuerpos.

Reyes De Slytherin // Draco Malfoy (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora