Todos estaban eufóricos. Prem, Tootha, Bright y Knott estaban felices. Pero sin duda quien más feliz estaba era Arthit. El motivo, simple, hoy se graduaba su pequeño.
Sí. Ya habían pasado cuatro años desde que Arthit conoció a Kong. Cuatro años habían pasado desde que estuvo a punto de perderlo y cuatro años habían pasado desde el encuentro de Kong con su pasado.
Pero ahora todo era diferente. Pese a que Kong hoy se graduaba de la universidad, ya era conocido por sus habilidades técnicas en pintura. Había vendido más cuadros que todos sus compañeros de curso juntos, y acababa de exponer su quinta colección en Nueva York.
Su adorado profesor, que no quería perder el contacto con él, le pidió que diera clases permanentes en la universidad. Kong primero se negó, pues no quería quitar el puesto a ningún futuro profesor, pero este insistió y con la ayuda del decano para convencerle, le aclararon que serían clases extra escolares, para aquellos alumnos que quisieran apuntarse. Kong quedó en que se lo pensaría.
Así que ahora los cinco amigos se dirigían a la universidad para estar al lado de Kong.
Llegaron en dos coches diferentes, el de Prem y el de Arthit. En el primero, iban Bright, Tootha y Prem y en el segundo Knott y Arthit. En el de los solteros iban riendo y pensando que harían para celebrar la graduación de Kong mientras que en el otro un ambiente serio se notaba.
- ¿Qué te pasa Knott? - dijo Arthit mientras le miraba.
Arthit iba sentado en el asiento de copiloto, Knott no le dejaba conducir. Le gustaba el coche de Arthit y siempre que podía se lo cogía. Pero esa vez era diferente, no había dicho nada en todo el trayecto así como tampoco había sacado la mirada de la carretera y además tenía los ojos tristes.
- ¿Has discutido con Tew? - insistió Arthit. Knott negó con la cabeza.
- Lleva un tiempo comportándose extraño – dijo mirando de reojo a su amigo.
Unos meses después de la primera exposición de Kong, Knott y Tew empezaron a salir. Así como el noviazgo de Tootha llegó a su fin. Todos estaban felices por Knott, se le veía contento y feliz, tanto que hasta sonreía por las estupideces de Bright.
Pero desde hacía unos meses, los ojos de Knott miraban de una forma distinta y solo dos personas se dieron cuenta de ello, Arthit y Kong. Así que este fue el momento perfecto para hablar sin interrupciones.
Arthit sacó el teléfono del bolsillo y dejó un mensaje al otro coche.
"Chicos, ahora os alcanzamos. Nosotros paramos un momento"
- Knott, para donde puedas - el moreno se extrañó y lo miró directamente, pero aún y así cuando pudo, paró el coche. - Está bien, dime. Ahora no están los demás, ¿qué sucede con Tew?
- Llegaremos tarde a la graduación... Arthit, no pasa nada...
- El rector tiene órdenes exactas mías que hasta que no me vea no puede empezar, así que venga, dime...
- Tew lleva un tiempo extraño. Me evita.
- ¿No será que estaba estresado con el proyecto de final de carrera? Ya viste a Kong, no paraba en casa. Incluso me pidió que no le molestara pues se iba a ir a su estudio y durante tres semanas no nos vimos apenas.
- Lo sé, pero durante ese tiempo, Kong te dejaba algún que otro mensaje y cuando no podía más o necesitaba ánimos y fuerzas te llamaba. Tew no me llamó ni una vez y encima cuando le dejaba un mensaje dándole ánimos, me decía que le molestaba y que le dejara en paz.

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El arte del ex ladrón
Fiksi PenggemarSegunda parte de: El ladrón de arte. ¿Qué pasaría si Arthit y sus amigos tuvieran que volver a su antigua vida? ¿Cómo se lo tomará Kong? ¿Qué pasará si en su relación se añade un tercero? La historia es 100% mía. Los cuadros escogidos pa...