-Señorita, tengo que llevarla de nuevo a su habitación- la doctora llegó hasta mi, Calum aún sostenía mi mano con fuerza pero no había dicho aún nada. Los nervios comenzaban a calarme en los huesos
-¿Puedo ir con ella?- le preguntó y ella me miró con una ceja en alto
-Claro, solo no debe de alterarse. Necesitamos que todo esté en orden para mañana poder extraer las células madre- él asintió
-Todo estará bien- musitó, ella asintió y comenzó a caminar de regreso a la habitación con nosotros detrás.
El camino se me hizo el más largo, no había rastro de mi familia por ningún lado, lo que significaba que tal vez les hubieran dicho que fueran a quitarse las pijamas o a desayunar algo. El frío comenzó a picarme las piernas desnudas mientras que sentía una pequeña punzada en mi cien izquierda. Al llegar a la habitación ella me indicó que me acostara de nuevo, solo fue ahí cuando Calum me soltó.
-Mañana haremos la extracción- comenzó a decir la doctora- podemos obtenerlas de varios puntos, por la sangre, del fémur, por el esternón o por la médula espinal...
-¿Se va a descartar la última, No es así?- mis mejillas se encendieron y la doctora hizo una mueca ante el tono alarmante de Calum
-Podemos tomar de la sangre- comenzó a explicarle la doctora- pero es muy escasa, tendríamos que hacer pruebas y ver sí es suficiente para Hanna
-¿Qué pasa con el de la médula espinal?- mi nariz se arrugó ante la confusión y la doctora frunció sus labios antes de contestarme
-Suele ser muy doloroso al momento de intentar sacarlo, tal vez sí...- alzó las cejas y pasó su mirada de mi a Calum un par de veces
-Ya sabe- le dije y ella asintió con alivio, sentí la mirada incrédula de él hacia nosotras
-Decía que tal vez sí tu embarazo estuviera a punto de terminar habría opción de la del cordón umbilical- por instinto mi mano fue hacia mi vientre- no podemos esperar tanto, así que ya sería empezar por algo que sepamos que va a ser seguro para Hanna
-Hagalo- le dije, ella abrió los ojos en sorpresa y sentí a Calum tensarse a mi lado- sí puedo cambiar unos minutos de dolor por la salud de Hanna lo haré
-¿No presenta ningún riesgo para el embarazo?- mi piel se erizó, su voz sonaba angustiada y me pareció escuchar cómo su voz flaqueaba con la última palabra. La doctora sonrió
-Claro que no, sí será un proceso algo difícil pero estarán bien- solté un respiro mientras asentía- de acuerdo, te traeré una hoja para que me firmes el consentimiento, ya te estarán preparando el resto de la tarde para mañana donde yo estaré en todo momento asegurándome de que salga todo bien
-Se lo agradezco- ella estaba a punto de salir cuando su voz la detuvo
-Espere...- me giré a verlo y pude ver sus ojos brillar- ¿Es posible... poder verlo?- solté un respiro pesado mientras pasaba mi vista hacia la doctora, ella nos sonrió y asintió
-Tendría que ser algo rápido pero puedo hacer que le hagan un eco en el transcurso de la tarde o mañana después de la extracción- mis manos comenzaron a sudar y sentí mis ojos empaparse. Ella nos miró a ambos antes de salir.
En lo que llevaba de embarazo no había ido al médico, los nervios comenzaron a llenarme porque realmente no sabía sí iba todo bien o no. La habitación se volvió silenciosa conforme pasaban los segundos, pero casi podía escuchar los latidos de mi corazón como sí este tuviera una bocina.
-¿Puedo...?- su voz me sacó de mis pensamientos, lo miré mientras asentía.
Él se sentó en una silla a mi lado y yo me acomodé de modo que alcanzara a tocar mi vientre, pero no hizo eso, mis dientes se apretaron cuando tomó de la sábana y la hizo a un lado. Tomó un respiro antes de inclinarse lo suficiente como para recostar su cabeza en el apenas visible bulto, mi cuerpo se relajó cuando lo escuché respirar y titubeando pasé mis dedos por los risos que se formaban en su cabello. La culpa comenzó a inundarme, lo había dejado, lo había dejado.
-Lo siento- dije apenas audible para que él me escuchara, él volteó a verme pero no alejó su cabeza de dónde descansaba
-¿Desde hace cuánto lo sabías?- su voz estaba calmada, no había reproche, él solo quería respuestas
-Antes de ir a Londres- él abrió sus ojos con sorpresa y yo mordí mi labio inferior- iba a decirlo cuando volviéramos a Nueva York pero...
-Huiste de nuevo- terminó la frase y asentí, no había otra razón justificable, había huido de nuevo- ¿Qué fue lo que pasó?
Mi piel se erizó cuando comenzó a pasear sus dedos por mi estómago por encima de la bata. Los recuerdos de aquella noche en Londres me inundaban cada día, las cosas que me había dicho Michael seguían zumbando en mis oídos
-Fui a estrella plateada- le solté de golpe y él se incorporó con su cara pálida
-¿Qué?- había incredulidad en su voz- Por Dios Annie...
-Lo sé, fui una inconsciente y una estúpida- pasé mi mano por mi cara con frustración- es solo que necesitaba tanto saber qué pasaba y tú no me dabas respuestas
-¿Qué pasó ahí?- su pierna comenzó a moverse y yo supe lo ansioso que estaba
-Ya lo sé todo...- mis labios se fruncieron y él se puso de pie soltando un respiro pesado- supe lo que pasó con Jackeline, supe lo que pasó en el bosque... Sé de dónde aprendiste a disparar y pelear- él me miró de golpe y yo pasé mis manos sudorosas por mi bata- yo temía que te hubieras metido en algo mucho más serio que unas peleas, tenía miedo de que realmente tú hubieras...
-Yo no lo hice- sabía de lo que estaba hablando, asentí ante su voz quebrada
-Lo sé... También sé ahora quién lo hizo- él alzó sus cejas y de un momento a otro, cómo sí la verdad estuviera estrellándose contra su cabeza, cerró los ojos soltando una maldición
-Mike- pasó sus dedos por su cabello mientras soltaba un jadeo- yo lo sospechaba pero jamás fui capaz de preguntarle
-Yo...- él me miró y por primera vez vi el cansancio en sus ojos- realmente lo siento, desconfié de ti y lo arruiné todo...
Él nuevamente se puso a mi lado descansando la palma de su mano en mi vientre, solté un jadeo que se transformó en un sollozo
-¿Hay algo más que quieras saber?- me preguntó con voz suave- no quiero más secretos, Annie... Ni de mí para ti ni al revés
-Ya se me ocurrirá algo- le dije encogiendome de hombros, él sonrió y se inclinó hasta que estuvo a la altura de mis labios- lo siento...
-Ya basta de disculparte- dijo rozando su nariz con la mía- estás aquí ahora
🌻
Como yo no sé nada de medicina en este capítulo tengo que darle créditos al Joven Doctor Cervantes que me ayudó con mi pequeña investigación. GRACIAS!

ESTÁS LEYENDO
OJOS DE UN ÁNGEL (Calum Hood)
FanfictionLa historia de Annie la conocemos, ¿Pero y Calum? Nuestros protagonistas en labios rojos están de vuelta para que seamos participes de una nueva etapa en su relación, pero antes que cualquier otra cosa suceda el pasado de él regresa para poner su a...