OJOS DE UN ÁNGEL (Calum Hood)

PRÓLOGO

Las infinitas estrellas estaban sobre nosotros cobijandonos, el aire era húmedo y algo caliente por la temporada. Suspiré contra su pecho mientras "Still into you" sonaba en el estéreo del convertible que había rentado para nosotros esta noche. Su pecho bajaba y subía lentamente mientras que con una de sus manos pasaba sus dedos suavemente por mis nudillos. Estábamos en las orillas de la playa, en un estacionamiento totalmente solitario, el suave chocar del agua contra las rocas se escuchaba a la distancia y el olor a tierra mojada inundaba el aire.

-Annie- me llamó y yo alcé mi vista hacia la suya- ¿Disfrutas estar conmigo?

-Lo hago- le respondo- ¿En dónde más voy a tener momentos como este?- me encogí de hombros. Relamió sus dulces labios, y miré sus ojos sonriendo de lado- He intentado darle comparación a tus ojos con algo más...

-¿Ah si?- asentí con la cabeza, él no ocultó la sonrisa- ¿Has tenido éxito?

-He llegado a una conclusión- él alzó sus cejas y yo me incorporé para ponerme a horcajadas de su cuerpo. Acuné su rostro con mis manos

-¿Y cuál sería esa conclusión?- sus manos se pusieron sobre mis caderas

-Tienes los ojos de un ángel- le respondí sintiendo mis mejillas arder. Él rió levemente pero su mirada fue profunda, mordí mi labio inferior al ver nerviosismo en ellos, titubeaba, sabía cuando lo hacía, había pasado demasiado tiempo con él como para poder notar cuando algo andaba mal- Te ocurre algo- no fue pregunta, afirmé- desde que llegaste hoy a mi graduación te he notado algo ausente, ¿Está todo bien?

-Tengo que hacerte una pregunta- suelta de repente, siento cómo su pulso se acelera y puedo ver cómo sus labios tiemblan. Fruncí el ceño

-Solo dímela- le dije mientras pasaba mi mano por su mejilla. Bajo sus ojos estaban las marcas de alguien que no había dormido en semanas- Luces algo cansado

-No he podido dormir bien- dice, una de sus manos suelta mi cadera y la pasa por su cabello soltando un respiro pesado- tengo algo rodando por mi cabeza durante los últimos meses, lo había estado aguantando y ahora que tengo la oportunidad estoy cagado en los nervios- ríe con una pequeña risa nerviosa antes de cerrar los ojos con fuerza

-Me estás asustando- le dije sintiendo cómo la preocupación iba aumentando por mi cuerpo, él abrió los ojos de golpe cuando "Sweater weather" de The Neighbourhood comenzó a sonar en el estéreo.

-Annie... Yo te amo- mi corazón se detuvo por un momento- te amo con cada latido de mi corazón, cuando te conocí te dije que yo no quería ignorar lo que sentía en mi corazón porque sentía que debía escucharlo. El que yo no pudiera quitar tu imagen de mi cabeza, aún cuando estuve cautivo, es señal de que no necesito a nadie más para que me mantenga firme y cuerdo que tú y tu voz diciéndome que todo estará bien. Te quiero en mi vida, te dije que ya no te dejaría ir una vez que los dos años terminaran... Bueno, ahora tengo dos ofertas qué hacerte- él sacó una pequeña tarjeta de su saco y me lo entregó, hice una mueca y comencé a leer lo que había ahí. Eran sus datos- señorita Jeannette Clifford, mi primera propuesta para usted es viajar conmigo hacia Londres para que me ayude a trabajar en los visuales en mi sello discográfico, su trabajo será muy bien pagado y obviamente tendrá el mejor alojamiento en la ciudad para que la experiencia sea única.- sonreí con emoción y asentí frenética, él soltó un respiro pesado antes de volver a meter su mano en su saco- ahora la segunda propuesta- aclaró su garganta y me miró con esa profundidad de nuevo- ¿Quisieras... Formar parte de mi vida para siempre?- sacó una pequeña cajita de terciopelo negro, sentí mis mejillas arder y mis ojos comenzaron a picar ante las amenazantes lágrimas. Abrió la caja entre ambos dejando a la vista un anillo muy peculiar, no se parecía en absoluto a cualquier anillo de compromiso, este era de plata, había pequeñas incrustaciones de rubíes y esmeraldas mientras que formaba pequeñas figuras. El anillo perfecto para un par de artistas, sonreí y él tomó el anillo de la caja. Le extendí mi mano y él puso el anillo en mi dedo. Entró como un guante hecho a la medida y yo lo miré con adoración- Annie... ¿Te casarías conmigo?

-Claro que si Ángel

Vi cómo respiró con alivio, yo me abalancé hacia sus labios con frenesí y emoción mientras que él rodeó mi cintura estrechando su cuerpo contra el mío.