25. Una corona

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Rosa

Miré el pan mientras sentía cómo todo mi cuerpo empezaba a temblar, un jadeo que se convirtió en sollozo salió de mis labios. Sonreí mientras las lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas, miré hacia Calum y él tenía su cara escondida entre sus manos mientras podía escuchar los sollozos salir de su boca.

-¿Son niñas?- Hanna soltó un chillido de sorpresa y empezó a saltar con emoción

Solté un respingo cuando empezaron ambas a moverse dentro de mi, limpié las lágrimas de mis ojos mientras pasaba mi mano por mi vientre. Casi podía escucharlas decirme que estaban ansiosas por salir, tomé el tenedor para cortar un pedazo de pastel

-Está rico- dije soltando una risa nerviosa, Crystal y mi madre me miraron con una sonrisa mientras que sentí a Calum quitarme el tenedor para él igual tomar un pedazo

-El mejor pastel que he probado sin duda- una pequeña risa salió de nuestros labios antes de mirarnos fijamente, su mano libre fue hacia mi mejilla para atraerme hacia sus labios, cuando se terminó el beso llevó sus labios a mi oreja y habló únicamente para ambos- al menos uno de los mejores- cuando me miró sus ojos brillaron al mismo tiempo que mis mejillas empezaron a arder

-¿Qué nombres van a ponerles?- Hanna saltó por detrás de nosotros y se abrazó a mi barriga. Pasé mi mano por su cabello

-Marie como la Nana de Calum- dije, noté una mirada de sorpresa por parte de las dos mujeres frente a mi pero ambas asintieron

-Y Artemisia como una de las grandes pintoras Italianas del siglo 15...

-¿Qué pasa?- la voz de Michael resonó en la puerta de la cocina, él nos miraba con su nariz arrugada

-¡Papá mis tíos van a tener niñas!- este palideció al mismo tiempo en que llevaba una mano a sus labios para sofocar un jadeo

-¿Niñas?- me miró con sus ojos llorosos, asentí mientras me ponía de pie para caminar hacia él. Un par de lágrimas salieron de sus ojos mientras me recibía con un abrazo- definitivamente nunca decepcionas, hermana

-Es bueno saber eso- dije sarcásticamente mientras él soltaba una pequeña risa, al separarnos él acunó mi rostro y de nuevo estuve en ese baño con él, sus ojos brillaban del mismo modo que cuando me había dicho que era su hermana.

Mis hijas no tendrían que pasar por lo mismo, ellas no lucharían por un hogar ni buscarían las sobras para poder sobrevivir, ellas no crecerían como yo lo hice, ellas tendrían amor en cada momento de su vida, una familia que dará todo por ellas así como lo hicimos con Hanna y vamos a hacerlo con Derek también.

Me compadecía de aquellos que quisieran hacerles daño porque no sabrán la tormenta que les caerá encima.

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El vuelo fue un asco como siempre, intenté dormir lo más que pude pero aún así siempre abría los ojos de golpe al sentir las arcadas que me pedían sacar lo poco de mi comida.

-Odio los aviones- le espeté mientras caminabamos hacia las bandas donde se supone estaban nuestras maletas. Él rió aferrándose las al agarre de su mano y la mía

-Me sorprende que aún no te hayas acostumbrado- rodé los ojos y llevé mi mano a mi bolso en busca de mi botella de agua

-Casi estoy tentada a decirte que nos quedemos aquí hasta el nacimiento de las niñas- solté un jadeo y él me miró con diversión

-¿Quieres que tengan nacionalidad europea?- relamí mis labios

-Tú tienes nacionalidad europea, ¿Por qué no ellas?- me encogí de hombros y él negó con la cabeza antes de inclinarse a darme un beso en mis labios

-Será como tú quieras- me guiñó el ojo y yo supe que lo decía en verdad, sí yo quería quedarme aquí los meses restantes del embarazo y volver después a Nueva York cuando ya pudiera hacer algo para dormir en los vuelos lo haría

Cuando ya estuvimos fuera divisé a Mali en el estacionamiento esperando por nosotros, ella al vernos sonrió y comenzó a trotar en nuestra dirección

-¡Annie por Dios mira qué preciosidad de regalo nos traes!- me envolvió en un abrazo y cuando se separó pasó sus manos por mi barriga

-Artemisia y Marie- ella miró de golpe a Calum, él la miró con brillo en sus ojos mientras ella empezaba a sollozar

-Fue idea de Annie- dijo él casi en un susurro, ella me dedicó una sonrisa melancólica

-Gracias...- dijo mientras me atraía para abrazarme de nuevo- gracias por pensar en nuestra Nana, ella hubiera estado muy feliz en conocerte a ti y a las pequeñas

Londres no había cambiado mucho en los meses que había estado ausente, me fue fácil el identificar las calles por las que Mali transitaba. Calum la acompañaba en el copiloto mientras que yo estaba atrás acariciando mi barriga. Se me había hecho un ámbito hacerlo hasta que alguna de las dos o incluso ambas respondían con una suave patada. Los dos hermanos hablaban para ellos, de vez en cuando notaba las miradas de Calum por el retrovisor pero yo presté atención cuando el tema salió a la conversación.

-Jackeline convenció de algún modo a su hermana para que declarara a nuestro favor- dijo Calum- de algún modo sabía que se iba a cerrar el lugar- se encogió de hombros y Mali resopló

-O tal vez solo quería quedar bien contigo al que su hermana lo hiciera- arrugue mi nariz ante la amarga risa de él

-¿Y qué ganaría ella? ¿Nuestra simpatia?- le preguntó con ironía- Raro se me hace que no haya empezado con los chismes en la editorial- casi juré que pude ver cómo rodó sus ojos sobre sus órbitas- en fin, la demanda se ganó, el negocio se cerró y ya está... Lo más que puede Jackeline a esperar de mí es un agradecimiento para ella y su hermana, no más... Por sí acaso te menciona algún aumento de sueldo o puesto

-No lo ha hecho- dijo ella dejando soltar un suspiro de cansancio- pero sí te soy honesta no creo que tarde en hacerlo- mordí mi labio inferior sintiendo la irritación llenarme. Era cierto lo que Mali decía, ella tal vez intentaría sacar provecho de la situación

-¿Qué harás con el dinero?- le pregunté ahora yo, él me miró e inmediatamente pensé en el dinero que aún seguía en aquella cuenta por la demanda hacia la familia de Harold Hunter.

-Estoy abierto a opiniones- relamió sus labios- tal vez quieras dejarlo junto con el otro para que cuando seamos ansianos podamos gastarlo en la playa- no pude evitar sonreír, la idea de él y yo paseando en nuestros años dorados en la playa sonaba algo que valía la pena esperar- o sí no quieres esperar tanto podría simplemente comprarte una corona, una muy cara corona- solté una risa y mis cejas se fruncieron

-¿Yo para qué quiero una corona?...- Mali nos interrumpió

-Sí se ponen de nuevo de empalagosos voy a bajarlos a ambos aquí- vislumbre la sombra de una sonrisa en la cara de Calum mientras se encogía de hombros

-Yo solo decía

OJOS DE UN ÁNGEL (Calum Hood)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora