15. Estrella plateada

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Estaba dormido

Estaba dormido y yo tenía qué hacer esto rápido. Salí de sus brazos murmurando que tenía que ir al baño, pero él volvió a dormir inmediatamente yo me quité. Comencé a caminar hacia el baño, dónde ya antes había puesto un cambio de ropa adecuado para ir a ese lugar. Muchas veces yo fui a clubs o a sitios de peleas porque los que me citaban querían que se notara el precioso premio que iban a disfrutar luego de romperse la cara. Al salir del baño recé para que no se despertara, pero había sido un día pesado y mañana ambos nos iríamos al anochecer. No despertó.

Tal vez no estaría haciendo esto sí no le hubiera visto aquellos mensajes en los que le pedían ir para una última pelea con un viejo rival que tenía, él no quería hablar conmigo respecto a esto, seguramente creía que me alejaría sí veía lo que había hecho en su pasado. Tenía que comprobar y saber por qué tanta insistencia en que fuera. Investigué la dirección en Google, para mí sorpresa estaba ahí y literalmente lo catalogaban como un lugar de mala muerte, justo como él me había dicho.

Pero no estaba lejos sí me iba a pie. Tomé las llaves de la casa del abrigo de Calum y salí lo más sigilosa que pude hacia las calles de la ciudad. Apreté mis dientes para no gritar cuando casi caí en las escaleras de la entrada. El suave rocío de la madrugada había hecho que el suelo se pusiera resbaloso, me agarré al barandal con fuerza y salí dejando la puerta cerrada detrás de mí. Miré hacia las calles, aún transitadas por varias personas que seguramente iban a casa, lo contrario a mi que iba a averiguar cosas que mi prometido me ocultaba.

Así que sin mirar atrás solté un respiro pesado y me dirigí hacia Estrella plateada. Una pequeña parte de mi quería regresar, me suplicaba que diera media vuelta y volviera a la comodidad de la cama. Pero aquella niña ansiosa por respuestas estaba opacando la voz gritándome que siguiera, me decía que tenía que ir. ¿Qué puede pasar?

Solo entraría a echar un vistazo, sí conseguía saber algo sobre aquella pelea lo escucharía y saldría de ahí tan rápido como entré. Sencillo.

La calle estaba comenzando a llenarse con música, los jóvenes comenzaron a pasar por mis lados viéndome con curiosidad. Claro que lo harían al notar a una chica completamente sola yendo hacia un sitio de mala muerte. Mis manos se apretaron en puño y decidida caminé hacia donde todos iban. Tal vez antes había sido algún edificio para bomberos, era demasiado grande y tenía varios pisos el edificio, pero solo dos de estos estaban iluminados. Una pintura desgastada estaba en la entrada que decía "Estrella plateada"  y un hombre corpulento me detuvo en la entrada

-Son quince dólares la entrada, niña- alcé mis cejas

-¿Niña?- él me miró con burla y yo sentí mis mejillas arder, saqué mi billetera y saqué el dinero antes de entregárselo- Ten ansiano - puse enfasis en la palabra y pude ver su ceño fruncirse al mismo tiempo que me entregaba lo que parecía ser una pulsera color verde fosforescente

-Disfruta las peleas- no dije nada más antes de entrar

Me arrepentí inmediatamente. El olor a orina, cerveza y sexo inundaba dentro, mi nariz se arrugó mientras comencé a caminar a través de la multitud sintiéndome totalmente chiquita ante gente que me sacaba el doble de estatura. Caminé hacia la barra y encontré un lugar vacío, me senté y pude notar desde mi sitio el cuadrilátero. Un par de hombres peleaban en ese momento, uno de pelo rojizo y con la cara totalmente golpeada contra uno de piel morena que tenía el mismo aspecto que aquél. Relamí mis labios y solté un respiro pesado cuando el pelirrojo soltó un fuerte pero el moreno lo esquivó dando el último golpe que terminaría con la pelea. El montón de apostadores aullaron ya fuera por felicidad o desconcierto ante el final de la pelea.

-¿Qué va a pedir?- me giré hacia el bartender, mis labios se fruncieron.

-No puedo beber alcohol- le dije. Él alzó las cejas y yo puse una mano en mi vientre. Él sonrió

-Felicidades- dijo y yo asentí con media sonrisa- pero tendrá que pagar por algo- lo miré de arriba abajo y alcé una ceja

-¿Hace cuánto trabajas aquí?- le pregunté, intenté hacer esa voz coqueta que utilizaba para sacar un par de billetes más. Él me miró y puso sus ojos en blanco y se encoge de hombros

-Lo suficiente- eso era todo

-Vengo buscando información- le dije inclinandome hacia la barra, poniendo mi billetera enfrente de mi a propósito. Sus ojos se posaron en mi anillo y alzó una ceja

-¿Cuál es su nombre?- parecía que no era la primera vez que esto pasaba. Resoné mis uñas contra la barra ansiosa

-Calum Hood- él me miró con sorpresa en sus ojos y miró hacia todos lados antes de hacer una pequeña seña a uno de los que estaban en la barra con él- supongo que lo conoces- asintió con media sonrisa

-Él se hizo una leyenda aquí- contestó- ¿Exactamente qué necesitas saber? Él no ha venido aquí en años

-Todo- le dije- necesito saber por qué se hizo esa reputación y por qué ahora no quiere voltear a ver su pasado- el hombre de alrededor de cuarenta años sacó algo por detrás de la barra y me lo entregó. Una pequeña caja de madera, alcé una ceja antes de abrirla

-Él se hizo de muchos enemigos conforme pasaron las peleas y su popularidad crecía- comencé a revisar y todos eran notas de apuestas. Todas con un nombre como el ganador.

-Calum- respiré pesado y él siguió hablando

-Calum tenía alrededor de dieciocho años cuando empezó a pelear, a los pocos meses se consiguió esa novia...- tal vez intentó hacer memoria del nombre, pero daba lo mismo, yo ya sabía que se trataba de Jackeline- bueno, ella, ambos eran unos malditos adolescentes enamorados y jugando a la vida contra la muerte al venir aquí cada noche. Él siempre resultaba vencedor y eso comenzó a molestar a cada contrincante por hacerlos perder dinero. Finalmente sucedió...- miró al rededor y a mi se me aceleró el corazón al escucharlo- intentaron matarlo a él y a Jackeline justo fuera de la casa de ella, entre varios intentaron tomarlos para llevárselos- en la caja una pequeña columna de periódico estaba a la vista.

"Ocho cuerpos encontrados en el bosque, todos con impactos de armas de fuego"

-Se dice que él lo hizo pero nunca encontraron pruebas suficientes- mis oídos comenzaron a zumbar y lo miré a los ojos- después de ese insidente él no volvió, ni ella tampoco- se encogió de hombros- Solo era un chico que intentaba hacerse fama y dinero para empezar sus proyectos de arte, realmente no creo que lo haya hecho para causar daños...- pasé mis manos por mi cabello mientras intentaba que el aire no abandonara mis pulmones- ¿Estás bien? Espera te traeré un vaso con agua- asentí y él me dio un vaso y tragué el agua despacio intentando que mi pulso se tranquilizara- Es impresionante ver que te interesas lo suficiente por él como para arriesgarte a venir

Pero ahora que sabía esto no sabía qué iba a hacer.

El murmullo comenzó a elevarse entre las personas, pero yo me dediqué a ver las cosas frente a mi. Cerré la caja y se la pasé al bartender al mismo tiempo que agarraba mi cartera, pero él puso una mano encima de la mía

-Dejalo así- lo miré con sorpresa- Calum fue un buen amigo mío... Sin contar que me hizo ganar muy buen dinero en aquellos años, paga por esta información mejor yendo a casa y cuidándote por ese heredero tuyo.

Comencé a caminar hacia atrás con agradecimiento en mis ojos, él asintió antes de girarse y seguir con su trabajo. Pero al darme la vuelta choqué contra un pecho, el olor del perfume me llenó las fosas nasales y yo maldije por lo bajo

-¿Qué haces aquí Annie?

OJOS DE UN ÁNGEL (Calum Hood)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora