»Alfa + Omega = Desastre ✔️ +18 [ Lizkook ] [ Omegaverse ]

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La habitación estaba sumida en un silencio profundo, lo único que se escuchaba, era la respiración pesada de la Omega, quién era la única que estaba en la cama.

Lisa giró hacia la derecha, tratando de encontrar calor corporal de su Alfa, pero sólo encontró la sanada fría y el lado de la cama vacío. Frunció su entrecejo aún con los ojos cerrados. Poco a poco fue abriéndolos, hasta mirar la cama vacía.

—¿Jungkook? — se levantó poco a poco, quedando sentada en la cama, su mirada paro inmediatamente en la puerta cerrada, pero en la abertura que quedaba en el suelo y en el marco de la puerta; que dejaba ver la luz. Estaba en el baño. Se levantó en silencio, poniéndose sus pantuflas y camino hasta la puerta, dió tres ligeros toques. —¿Jeon, estás ahí dentro?

—S-Sí... y-yo, vuelve a l-la cama.

Su voz se escuchaba extraña, parecía agitada, incluso forzada.

—¿Estás bien? Te escucho muy...raro.

—S-Sí...sólo...duerme.

Hizo un ligero puchero, no sabía a qué se debía la actitud de Jeon, pero ella soltó un poco de su aroma tranquilizador para Jeon, lo cual, fue totalmente estúpido.

Se dió la vuelta, dispuesta a volver a la cama, como Jungkook se lo había pedido, pero la puerta del baño se abrió de golpe, Lisa se giró a verlo asustada.

—Lalisa — la Omega se mareo con el potente olor a feromonas que su Alfa tenía. Jadeó un poco.

—J-Jeon... estás, tú... — ella no se resistió más a tan encantador y atrayente aroma del Alfa, así que sin más se acercó a él.

Sus labios chocaron con desesperación, las manos del Alfa se posaron en su cintura, subiendolas y bajandolas a su espalda y trasero, mientras que la Omega tenía sus brazos alrededor de su cuello, mientras jadeaba contra su boca en medio del beso.

—Te puedo lastimar — dijo el Alfa, separándola de él. Su voz se escuchaba forzada, su aroma seguía siendo demasiado fuerte para la pobre Lisa. —Será mejor que...m-me des unos supresores — Lisa negó.

—No Jungkook, soy tu Omega, tú me ayudaste en mi celo...ahora yo te voy a ayudar con el tuyo — Jungkook sonrió y al hacerlo, sus ojos se volvieron azules.

—Bien, en ese caso... — se agachó un poco y tomando los muslos de Lisa, la cargo, ella rió por la repentina acción, pero se dejó llevar hasta la cama.

Jungkook la dejo en el colchón con delicadeza, para subirse en ella y sin aplastarla o lastimarla, empezó a besar su cuello, dejando ligeras mordidas, chupetones y lamidas, las cuales volvían loca a Lisa.

Los besos del Alfa empezaron a bajar por su pecho, dónde se detuvo un poco para quitar la camisa de tiras con la que Lisa acostumbro a dormir durante estos días, retirando de paso el short y las bragas que traía.