»Alfa + Omega = Desastre ✔️ +18 [ Lizkook ] [ Omegaverse ]

034

Maratón 3/?

Lisa no podía.

Miró sus manos, mientras Jungkook manejaba el auto.

Jungkook le había pedido que cenará con él, al menos antes de que regresará a casa y la dejara a ella en la suya, durmiendo en diferentes camas y solos.

—¿En qué tanto piensas? — la mano de Jeon se posó arriba de las suyas, ella instantáneamente lo miró, para después sonreír y negar con la cabeza.

—En nada, sólo estoy pensando en la Universidad y eso — excusó.

—Oh, cierto, mandé la carta de recomendación por tu trabajo laborando conmigo...creo que alguien se graduará pronto — le sonrió y Lisa lo hizo no muy contenta por eso.

—Gracias Jungkook — dijo.

Su Alfa le sonrió y regreso la mirada a la carretera, la Omega giró su rostro y miró por la ventana. Jungkook había insistido en que Lisa se vistiera con un lindo vestido con flores y unas zapatillas color piel, la cual eran muy bonitas y cómodas. Le había dado gusto...aunque sea por última vez.

El auto se detuvo afuera de un restaurante muy lujoso, Jungkook apagó el auto y salió primero, mientras Lisa mordía su labio inferior con nerviosismo y ansiedad. La puerta de su asiento se abrió, Jungkook le tendió la mano, para ayudarla a bajar, y ella no se negó a esa ayuda. Una vez que ambos bajaron, el Alfa tomo de la mano a su Omega, sonriéndole y caminando hacia dentro del enorme lugar.

—Buenas noches, ¿Tiene una reservación? — preguntó la beta, que estaba en la entrada.

—Sí, a nombre de Jeon Jungkook — la chica asintió.

—Claro, síganme, los llevaré a su mesa — ellos aún tomados de la mano entraron, siguiendo de cerca a la mujer, quién los hizo subir una escalera, apartandolos de los demás comensales. Llegaron a la segunda planta, dónde sólo había una mesa en medio de aquel salón, Lisa miro a Jungkook y esté le sonrió y giño el ojo. —Aquí está su mesa, en un momento le mandaremos a un mesero para que tome su orden.

La mujer deja los menús en la mesa, hace una reverencia y sale de ahí.

—Ven, siéntate — Jungkook jala ligeramente de la mano de la Omega, invitandola a sentarse, ella sonríe de lado y lo hace, el Alfa se sienta enfrente de él. —Dime, ¿Te gusta? — preguntó con una sonrisa.

No me sonrías de esa manera...duele el doble.

Lisa se tragó sus palabras y asintió, para mirar detalladamente el lugar. un hermoso calendabro de techo, parecía que tenía varios rubíes formandolo y siendo sostenido por unos tubos de oro, las luces eran ligeramente amarillas, dándole un toque rústico y cálido, mientras que las cortinas eran de un color oro con negro, dándole más combinación al lugar.