Diario de un amor o dos (Editando)

Capítulo 34

Juliet

Los días de reposo han transcurrido con normalidad, hoy es el último. Me sirvieron para calmarme y pensar las cosas con cabeza fría, pero también para sobrepensar y tener de regreso las pesadillas que me aterraban de pequeña. Lo hablé con mamá, cree que sería buena idea volver a intentar tomar terapia con un nuevo psicólogo... Nunca me ha funcionado, pero intentarlo otra vez no me matará

Mi pasado siempre tendrá recuerdos muy dolorosos, siempre me atormentará y sin duda alguna siempre será difícil de enfrentar. Tengo que aprender a lidiar con eso... No puedo estar en medio de una crisis eterna

Las cosas no han cambiado con demasía. Gabe y Elisa siguen sin hablarse, papá tampoco me dirige la palabra y se nota que la relación con mamá va mal... No he sabido nada de Brad, Danielle o Salomé porque una de las condiciones que se establecieron para estos días de incapacidad fue cero uso de redes sociales

Mis amigos han venido a verme y tampoco han tocado el tema, de hecho lo han evadido con tanta maestría que empiezo a sospechar que algo se traen

— ¿Ya nos vamos? — Connor asoma su cabeza en mi baño y tamborilea sus dedos sobre la madera

Hoy es la fiesta de las gemelas y está ansioso

— Vamos duende

— ¿Crees que les guste mi regalo? — bajamos las escaleras

— Les encantará porque salió de tu corazón y pensaste en cada una haciéndolo

— Pero no les compré nada, lo hice yo

— Precisamente

Somos los únicos en casa. Mamá y papá tenían asuntos por resolver en el buffet y Gabe está duplicando las horas de prácticas que ha perdido

Tomo las llaves, las chaquetas y mi bolso antes de salir, Eric nos hará el favor de llevarnos

— Hola amiguito ¿Cómo va todo? 

— Hola Eric

— Alguien está nervioso... ¿Te gusta Megan... O Ginger... Ambas? 

— ¡Eric! — lo reprendo y suelta una carcajada

— De descabellado no tiene nada, después de todo tienen la misma cara

— Eres el colmo

— Me amas ¿Cómo te sientes? 

— En perfectas condiciones

— Bien, porque no me importa que seas niña. Voy a romper la piñata y me llevaré todos los dulces

— Ya veremos

Connor no se despega de mi lado desde que llegamos. El hecho de que ahora tenga más amigos no significa que se le haga fácil interactuar de buenas a primeras. No he visto a Tomás ni a las cumpleañeras, solo a los señores Anderson y a Luna

— ¿Por qué no vas a jugar? 

— No veo a Megan ni a Ginger, quiero darles sus regalos antes

— Voy por algo de tomar, vuelvo en un segundo

Me acerco a la mesa y sirvo un par de refrescos

— Hola Juliet

Esa repulsiva voz, alzo la cara

— Laurent

— No esperaba verte aquí hoy

— ¿Por qué no? Mi hermano y yo somos cercanos a la familia

Sonríe hipócritamente, como siempre

— Cierto, Ginger y Megan mencionaron que tu hermano les agrada

— ¿Y Tomás? No lo he visto

— No debe tardar en aparecer, estábamos algo ocupados

Su doble sentido es intencional sin duda

Como si lo hubiéramos invocado, Tomás aparece con prisa quedando frente a mí

— Hola Jules

Me abstengo de rodar los ojos cuando engancha su brazo y lo acaricia

— Hola— pongo mi mejor sonrisa y correspondo al beso que deja en mi mejilla disfrutando la expresión de hastío de Laurent cuando se suelta

— ¿Ya viste a las niñas? Estaban como locas preguntando por ustedes

— Aún no, pero Connor las estaba buscando para entregarles sus regalos

— Amor ¿Qué te parece si mañana salimos con Maddie y Eric en una cita doble? Suena romántico ¿No crees? 

Ahora sí ruedo los ojos dándoles la espalda, no quiero quedarme a escuchar sus planes de pareja. Mejor busco a Eric y a mi hermano

No escucho lo que Tomás contesta y simplemente vuelvo por donde vine, pero Connor ya no está ahí... Imagino que se animó y se fue a jugar

Y Eric, bueno, es Eric. Se camufla entre los niños de seis años

Me siento revisando los mensajes que me han dejado estos días hasta que unas pequeñas manos se posan en mis ojos

— Adivina quiénes somos

Sonrío tocando sus dedos

— Mmm deben de ser las dos pequeñas princesas cumpleañeras del castillo Anderson

— Yo prefiero el título de reina— reconozco la voz de Ginger y un segundo después las veo junto a mi hermano

— Tienes razón, ser reina es mejor. Feliz cumpleaños niñas, les deseo toda la felicidad del mundo

— Gracias Jules, nos hace muy felices que hayan venido— habla Meg

— Nos hace muy felices acompañarlas— les doy un toquecito en la nariz

—Les conté que mañana me llevarás al hogar de niños y ¿Adivina qué? ¡Quieren ir también! ¿Podemos? 

— Bueno, por mí no hay problema. Pidan permiso y pasamos por ustedes mañana

— ¿Tommy también puede ir? 

— Creo que ya tiene otros planes linda— me guardo la amargura para mí

— Me encantaría ir con ustedes— escucho a mis espaldas

Laurent no se ve para nada contenta

En tu cara, estúpida

— Pero ¿Y nuestros planes? 

— Acabo de hablar con Eric y él y tu hermana ya tenían planes juntos en los cuales no estamos invitados

— Se me ocurre una idea brillante— suelta y sé de antemano que no me gustará ni poquito lo que va a decir — ¿Qué tal si tú llevas a Mateo y Tomás y yo vamos juntos? Además claro, de los niños... Servirá para conocernos mejor y convivir

Tomás me mira esperando por mi respuesta, al parecer él no piensa decir nada al respecto

— Por muy recursiva que sea tu idea Laurent, vamos a un voluntariado, no a un día de picnic. Es distinto con los niños porque ellos van a jugar con los de allá... Nosotros iríamos a hacer servicio social

— Tengo entendido que todos los voluntarios son bien recibidos ¿Por qué no? Así sea trabajando tendremos tiempo de conocernos y, de paso, hacemos algo bueno. Entonces ¿Qué dicen? 

— Por mí está bien

Noto su inconformidad y aún así dice estar de acuerdo

Bueno, si Mateo está con nosotros no será tan aborrecible. Dos parejas ocupándose de sus asuntos

En lo único que Laurent tiene razón es en que entre más voluntarios mejor

— De acuerdo, lo hablaré con Mateo