Epílogo

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Narrador omnisciente

Dos semanas después

La familia Posada había viajado para darle una última despedida a Nicki, pues fue enterrada en el cementerio del pueblo en el que residía, el que siempre amó. Quedaban muchas cosas por hablar, pero ninguno se sentía listo para enfrentar tan tormentosa realidad

Juliet, al igual que todos los días desde que estaba allí fue al cementerio y pasó largo rato observando la tumba del ser que más amaba, quería sentirse cerca de ella y solo de esa forma encontraba algo de consuelo. Su familia había intentado de todas las formas posibles que se desahogara con ellos, eso era algo que ella nunca supo hacer. Siempre había afrontado el apocalipsis sola, algunas costumbres nunca desaparecen

— Te traje tu favorito abue— dejó la pequeña bolsa con panecillos y café frente a ella, imaginando que en algún momento aparecería con su deslumbrante sonrisa para luego agradecerle y sentarse a conversar por horas como antes — Lamento la tardanza, había mucha fila en la cafetería y tuve que escabullirme de todos en casa. Las cosas no están muy bien que digamos, ellos no me entienden por mucho que se esfuercen en hacerlo. Y una parte de mí no puede perdonar que nos lo hayan ocultado ¿Por qué nos hiciste a un lado?

Durante un rato se limitó a tener la mirada y los pensamientos perdidos en algún lugar que incluso ella desconocía. Estaba cansada de lamentarse por cosas que no tenían marcha atrás, estaba furiosa porque le habían mentido durante mucho tiempo y ahora solo ella lidiaba con el dolor y con el trago amargo del abandono. Tenía tantos sentimientos encontrados, llevaba tiempo sin sentirse tan abrumada

Y vaya que había pasado por momentos difíciles cuando era tan solo una niña

La morena estaba tan inmersa que no notó que una figura familiar estaba detrás de los árboles a unos cuantos pasos de distancia. No tan cerca como para que pensaran que iban juntos y no tan lejos como para no escuchar lo que diría a continuación

— Te equivocaste respecto a él ¿Sabes? Pero no puedo culparte, yo también lo hice ¿Recuerdas cuando me decías lo mucho que te gustaría verme realmente feliz? Te decía que ya lo era, me mirabas y negabas con esa sonrisa de sabelotodo que siempre presumías. Cuando te visitamos hace unos meses dijiste que tenía un brillo diferente en mis ojos y te conté sobre cuan feliz me hacía Mateo, pero tú siempre supiste que no empezó por él, aunque nunca te lo dije ¿No es así? Cuando nos conocimos ya lo tenía, porque fue Tomás quien hizo que surgiera y Mateo quien hizo que permaneciera, enseñándome lo que es el amor— una solitaria lágrima rodó por su mejilla, ni siquiera intentó limpiarla — La vida es hilarante, dejé ir al que me amaba y permanecí junto al que nunca quiso hacerlo

Él, aunque no abandonó su escondite, se enderezó y respiró tan hondo como pudo, esas palabras le calaron hondo. No terminaba de entender por qué torturarse yendo a su encuentro cuando todos pensaban que estaba a kilómetros de distancia

— Sé exactamente qué dirías si estuvieras aquí, seguramente intentarías hacerme entrar en razón diciendo que cada experiencia trae un aprendizaje y es cierto, solo quisiera haberme ahorrado la parte en la que pago por mis equivocaciones de una forma tan dolorosa. Porque sí, incluso la primera vez que nos besamos fue una equivocación. Siempre creí que no podemos amar a dos personas al tiempo porque de ser así, significa que realmente nunca lo hicimos. Y luego los conocí. Amé a Mateo porque fue la primera persona que en verdad vio a través de mí con una intención transparente, que se quedó porque creía que valía la pena y nunca tuvo miedo de demostrarlo. Amo a Tomás porque de alguna forma retorcida siempre fue único en mi vida, me hacía sentir que era única en la suya... Todo parecía tan real que es hasta ahora que estoy sopesando la idea de que me enamoré de la persona que creí que era, de que lo idealicé

A pesar de estar en el mismo lugar se sentía como si una galaxia entera los estuviera separando. Tomás se sentía tan tentado que tuvo que aferrar sus pies al suelo con fuerza para no salir disparado en su dirección. Luego de escucharla decir que lo amaba sintió que el corazón le volvió al cuerpo, solo para luego ser machacado por sus otras palabras

Si tan solo ella supiera...

Si tan solo no dejara que sus miedos lo dominaran...

— Soy muy joven y quizás no tengo idea de lo que hablo, pero sí sé que ellos fueron, son y siempre serán los amores de mi vida. Cada uno a su manera— se arrodilló sobre la tumba, se inclinó y puso su mano en la lápida. Sacó algo de su bolsillo, Tomás no logró distinguir que era, pero sí que lo pegó... Y luego se puso de pie y caminó a la salida — Te amo abue, hasta siempre

Una parte de él quería que notara su presencia, por eso no se escondió. Tal vez la Juliet que pasó la noche con él en su apartamento lo hubiera hecho, esta versión quebrada y marchita que él contribuyó a crear no estaba interesada en captar nada de lo que la rodeaba, mucho menos tenía espacio para sentir algo distinto al dolor

Lo pensó tantas veces en tan poco tiempo que casi podría jurar que percibía el sonido de sus neuronas y su corazón trabajando a toda máquina, sopesando si su siguiente movimiento sería algo que lamentaría después

Al final se acercó a donde segundos antes estaba ella y sonrío solo un poco al ver la bolsa con comida junto con el latte. Vio lo que pegó en la lápida y terminó de hacerse añicos... Fotos... Fotos familiares, de ellas dos, varias en las que él y sus hermanas aparecían cuando vacacionaron juntos. Una en la que estaban ellas dos y él la tarde en la que Nicki los había sentado a ambos y los había interrogado respecto a cómo se conocieron

— Honestamente no tengo idea de qué decir. Sé que en este preciso momento querrías golpearme y me lo merezco, me encantaría que lo hicieras porque significaría que estarías viva, no merecías este final. Tu nieta te dijo hace unos minutos que Mateo y yo somos los amores de su vida... Ahora yo te digo que para mí siempre ha sido ella. Te hice una promesa Nicki, que la protegería por sobre todas las cosas. Y ya que es muy tarde para enmendar lo que hice, voy a honrar esa promesa permitiendo que saque de su vida todo lo que la lastima. Hasta siempre, gracias por dejarme conocerte y por confiar en mí, aunque no lo mereciera

FIN

Diario de un amor o dos (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora