Juliet
- Creo que voy a morir- lloriquea agitada Elisa
Estamos tiradas a mitad de la cancha luego de estar corriendo durante una hora entera para luego pasar a los abdominales y sentadillas
Particularmente hoy, hicimos bastante
- ¿Cómo es que eres deportista y tienes peor físico que yo? - masculla Danielle
- Soy gimnasta, pero mi resistencia nunca ha sido mi punto fuerte. Menos por tanto tiempo y para rematar esa rutina que me dejó lista para la silla de ruedas ¿Hacen esto todos los días? - gime frustrada cuando asentimos
- Idea de ellas- nos señala a Jules y a mí - Yo preferiría pasar el periodo libre leyendo en la biblioteca, pero no, ellas prefieren venir a quemarse los pulmones aquí
Voy a protestar cuando un rostro que conozco muy bien se aparece frente a mí
- Creo que necesitan un tanque de oxígeno- bromea Tomás y me extiende su mano, me levanta al primer intento cual muñeca de trapo - ¿Agua? - me pasa la botella y la abro desesperada tomando la mitad de un sorbo
- Gracias- suspiro aliviada limpiando el sudor de mi frente - Creí que nos veríamos dentro de una hora
Sus ojos observan el movimiento de mi garganta al tragar
- Pensé que podríamos trabajar en las letras durante el periodo libre. Si tienes tiempo
- Tomaré una ducha rápida y seré toda tuya
- Bien, las veo luego chicas- carga mi maletín
- Te espero aquí- asiento y entro a las regaderas
Tomo mi toalla, me desnudo y cuelgo mi ropa antes de entrar al cubículo, abrir el grifo y mediar la temperatura
Un recuerdo de cuando era pequeña invade mi mente
- ¡Si te demoras más de dos minutos en la ducha haré que pagues con sangre el desperdicio de agua! - tocaba la madera tan fuerte que creí que en cualquier momento abriría la puerta y me haría daño - ¡Sal de ahí mocosa, voy a llamar a Leopold a ver si a él sí le haces caso! ¡Voy a hacer que te golpee tan fuerte que suplicarás que pare!
Con el miedo en las entrañas refregué mi pequeño cuerpo y cerré la llave, ni siquiera me sequé porque sabía que en cualquier momento él iba a entrar y para entonces era mejor que estuviera vestida
Me puse la ropa saltando con cada nuevo estruendo. Y entonces la puerta se abrió
Seco mis lágrimas que escaparon sin que me diera cuenta apenas escucho la voz de Tomás afuera, da un leve toque y sin mucha ciencia envuelvo la toalla a mi alrededor, intento que mi respiración vuelva a ser normal y abro
— Olvidaste tu ropa— la recibo aún temblorosa - ¿Estás bien?
— Sí, bien
— No luces bien
Cierro los ojos. Los gritos, los golpes, el dolor, el pavor
— Ey, ey... Dime qué tienes ¿Qué pasa? ¿Te duele la cabeza?
Si supiera que es lo que menos duele
— Solo necesito un momento- intento cerrar la puerta y la traba con su pie
— No tienes que huir. Sabes que puedes decirme lo que sea, estoy aquí para ti
— No quiero hablar Tommy, no de esto
Más malditas lágrimas
— Entonces no hablemos, solo déjame entrar— abre los brazos y dudo, lo hago porque cuando me siento tan vulnerable yo solo busco estar sola... Nunca he dejado que nadie me consuele, nunca he hablado con nadie diferente a los psicólogos acerca de lo que viví. Al final me lanzo a sus brazos, me aprieta expresándome su apoyo
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Diario de un amor o dos (Editando)
Teen FictionEl primero me enseñó lo que se siente amar sin barreras, el segundo lo que se siente ser amada sin impedimentos Si tuvieras que elegir entre el primer amor o el que ha hecho hasta lo imposible por ganarse tu corazón ¿Cuál sería tu elección? Espero l...