Capítulo 4

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Juliet

No dormí ni un poco en toda la noche

¿Y la razón?

Estuve muy ocupada hablando con Tomás, tanto que no me di cuenta del momento en el que amaneció

Suena bastante loco si lo pienso ¿No? Hablar toda la noche con alguien que apenas conoces, o conocías... Aprendí mucho de él con esa conversación, y me gustó lo que descubrí

Aproveché la oportunidad para cumplir mi palabra y ayudar a mi amiga, un pequeño empujoncito para que las cosas entre ellos empiecen a fluir, aunque él no estuvo interesado en lo absoluto y temo por Dani

Coincidimos en muchas cosas, nunca pensé que tendríamos tanto en común. Resultó ser toda una caja de sorpresas bien ocultas. No solo es tremendamente guapo y capaz de dejar una fila de bragas húmedas por donde pasa, es alguien sumamente agradable tras esa fachada de chico desinteresado tan intrigante con la que carga. Me sorprendí a mi misma pensando en él más de la cuenta. Recordé la vez que lo escuché cantar en una presentación y cómo por días no hice más que pensar en lo particular de su voz y lo hipnotizante que resultó para mí, mi insistencia para que entrara al club de música lo demuestra a la perfección

Salgo de mi habitación ya vestida en busca de algo de comida y me encuentro con mis padres de salida hacia la terapia de Connor

Mi hermanito, aunque es tremendamente maduro y listo tiene problemas para relacionarse con los de su edad. Es muy cerrado y tímido cuando de forjar lazos se trata, tiene pocos amigos y todos son de la terapia, igual de introvertidos. Lastimosamente no asisten a la misma escuela, por lo que Con permanece solo estando allá. Hace poco que lo transfirieron, mis padres consideran que el instituto en donde se encuentra ahora es mejor que el anterior en aspectos académicos y que es un ambiente favorable para que pueda progresar

— Hola cariño— saluda mamá besando mi mejilla

— Buenos días— les doy un beso a cada uno

— Cielo— llama mi atención papá — ¿Podrías ir por Connor cuando acabe la terapia? Tenemos que atender asuntos en el buffet

Arrugo la nariz, gesto que adquiero cuando daré una negativa

— Lo haría, pero mis amigos estarán aquí pronto ¿No puede ir Gabe?

— Salió muy temprano a entrenar y luego al trabajo, tiene labores en el hospital hoy— frunzo mi entrecejo, se supone que apartaría el día para ayudarnos a estudiar

Ya veo que no será posible

— Creo que no habrá terapia hoy— le dice mamá a Con, sus ojos se cristalizan... Él ama ir

— ¿Y si lo recojo más temprano?

— Podría ser— coincide papá y él asiente repetidas veces

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Estoy por salir de casa cuando recibo una llamada, no puedo evitar sonreír al ver de quién se trata

— ¿No te bastó con no dejarme dormir Anderson? — lo escucho reír

— Oye, fue mutuo acuerdo

— Está bien, lo acepto... ¿Ya vienes para acá?

¿Me gusta la idea de verlo hoy? Sí ¿Por qué? No lo sé

— De hecho, de eso quería hablarte. Creo que no podré ir

— ¿Por qué? — trato de que no se filtre la decepción en mi voz

— Mis hermanas, debo cuidarlas y la niñera canceló a última hora

— Oh, bueno... ¿Por qué no las traes? Estarán bien aquí. Podemos entretenerlas mientras tanto

Diario de un amor o dos (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora