*En el capítulo anterior*
Yo sonreí mientras me tomaba de la mano, y luego de apagar las luces y cerrar todo, nos dirigimos afuera, para empezar nuestra noche.
Capítulo 38: Solo un pequeño regalo
Narra ______:
Entramos al restaurante y enseguida noté la alta clase y el lujo a mí alrededor. Las finas lámparas, las servilletas bien dobladas, la mantelería, los mozos, la gente, todo indicaba alta categoría económica.
Me sentía genial ya que hacía realmente mucho tiempo que no me rodeaba de tantos lujos. Seguramente parecía una niña curiosa por como miraba a mi luminoso alrededor, mientras el mozo nos guiaba a la mesa.
Nos sentamos y me dispuse a ver la gran cantidad de cubiertos, ya había olvidado para qué servían.
______: Harry –lo llamo una vez el mozo se va-
Harry: ¿Si?
______: Tendrás que recordarme como comer finamente –rio y él lo imita-
Harry: No te preocupes, yo te ayudo -sonríe- Pon tu servilleta sobre tu regazo.
Ahora lo recuerdo y la saco del plato para estirarla sobre mis piernas. En ese momento el mozo trae la carta y comienzo a hojear.
Harry: ______ -llama mi atención- Ponte derecha, con una mano sostén la carta y con otra pasa las hojas, despacio
Asiento y ambos sonreímos
______: Gracias institutriz –muerdo mi labio para no soltar una carcajada-
Ambos reímos y comenzamos a hablar sobre que pedir. Harry me recomienda un plato que tiene un nombre raro, así que lo pido porque confío en él. Seguramente hace dos años sabría hasta que condimentos se usan en esa comida, pero ahora me eh olvidado de muchas cosas.
Luego de pedir, traen la comida bastante rápido, ya que no pedimos entrada. “Esa cosa de nombre raro”, resultaron ser unas pastas rellenas de jamón y queso con salsa blanca que sabían deliciosas.
Una vez acabamos, de postre Harry pide un Banana Split y yo un volcán de chocolate. Cuando lo traen, comienzo a devorarlo muy feliz, ya que realmente extrañaba mucho ese dulce sabor en mi boca.
Harry: ¿Te gusta verdad? –sonríe al ver mi cara de placer al probarlo-
______: Está delicioso –exclamo entusiasmada- ¿El tuyo?
Harry: Muy rico, pero no tanto como tus labios, y más cubiertos de chocolate y labial con sabor a fresa –él sonríe y yo me sonrojo-
______: Si no te callas robaré un poco de tu postre –lo amenazo apuntándolo con la cuchara divertida-
Harry: Ni se te ocurra –me apunta con la suya- Lindos labios –dice seductoramente-
______: Te lo advertí
Estiro mi brazo rápidamente y logro sacarle un poco de la crema, la cual llevo rápidamente a mi boca. Lo miro sonriente, mientras exagero mi disfrute de la crema, aunque esta deliciosa. Él me mira fingiendo estar ofendido y trata de pinchar de mi chocolate, pero le saco la cuchara antes de que si quiera lo toque.
______: Ni lo sueñes, eh aprendido a defender mi postre –le sonrío-
Harry: Ya me vengaré –dice mientras le devuelvo su cuchara para que siga con su postre-
A los pocos bocados yo ya terminé el mío, por lo que el suyo lo terminamos compartiendo. Una vez acabamos se llevan nuestros platos y quedamos con la mesa libre.
Harry: ¿Te gusto?
______: Si, estuvo delicioso, gracias -sonrío-
Luego de una pequeña pausa, Harry rompe el silencio.
Harry: Bueno, pues yo sé que luego de lo que pasó no te quedó nada
Mi humor baja y tengo ganas de llorar. La estoy pasando muy bien y no quiero que se arruine la noche.
______: No quiero hablar de eso –digo tomando un trago del vino que pedimos y mirando hacia otro lado-
Harry: No, es solo que, como sé que no te quedó ningún objeto material, decidí hacerte un pequeño regalo, para que tengas algo tuyo.
Entonces sacó una cajita color azul obscura, que tendría el tamaño de la palma de mi mano, la cual llamó mi completa atención.
Los pensamientos malos se fueron de mi mente y tomé la caja para poder abrirla. Dentro de esta pude ver que había un collar, con toda la cadena de diamantes y como dije, un corazón de zafiro rodeado por diamantitos. El collar brillaba de una forma impresionante y era realmente hermoso, más hermoso que cualquier collar que yo hubiese visto jamás, quizás porque me lo había regalado Harry, porque sí que vi collares muy caros y bonitos en mi vida.
Harry: El zafiro me hiso acordar al color de tus ojos y el diamante a tu esplendor y tu gran belleza –lo miré fijo con mis ojos aguados de emoción- Ambas son piedras preciosas y muy fuertes, como tú
Una lágrima de emoción se me escapó. Mi primera cosa luego de la tragedia. Era mi primer regalo, muy valioso y no solo en sentido material. No podía parar de observar, cómo los diamantes hacían un juego de colores con la luces. Estaba embobada, maravillada y feliz.
______: Muchas gracias –le dije con una gran sonrisa-
Me paré y le di un beso y un abrazo, agradeciéndole repetidas veces, y diciéndole cuanto lo amaba. Una vez deshice el abraso lo miré fija mente a los ojos y me di cuenta de que no podía ser más afortunada de la persona que tenía a mi lado.
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Continuará...
