*En el capítulo anterior*
Definitivamente tengo las mejores amigas del mundo. La verdad, creo que no podría pedir nada más.
EPÍLOGO
Narra ______:
*22 AÑOS DESPUÉS*
Alice: ¿Alguna vió mi arete? –Pregunta en el medio del lío del pequeño cuarto-
Jane: ¡Acá está! –Responde mi querida hija sobre el lío-
Estábamos todas en el pequeño cuarto que nos daba el salón para cambiarnos. Todas estábamos ocupadas con nuestro aspecto, nerviosas hasta las uñas y emocionadas hasta pellizcarnos para no llorar y se nos corra el maquillaje. La habitación era un lio de joyas, zapatos, maquillaje, artefactos de peluquería y todo lo que se necesita para arreglar a una novia, sus damas de honor y familia cercana.
Todas hacíamos algo. Linker, hija de Zayn y Alice, peinaba sus cabellos rubios en un hermoso rodete, mientras sus ojos celestes iguales a los de Alice, estaban repasados por una suave sombra rosa pálido, igual a la de su vestido corte sirena lleno de brillos, el de dama de honor. En realidad era genial que ella pueda estar hoy para el casamiento de su hermano, ya que como heredó la grandiosa voz de sus padres, era una famosa cantante que recorría el mundo en importantes giras internacionales, siendo la cantante pop del momento con solo diecinueve años.
A su lado, mi hija Jane, de diecinueve también, se trenzaba su pelo castaño y ruloso en un delicado peinado, que enmarcaba su rostro parecido al mío, pero con los hermosos ojos esmeraldas de su padre, rodeados por sombra rosa igual que Linker, ya que ella también era dama de honor y llevaba el mismo vestido. Ella también era famosa, siendo una importante modela junto a mí.
Pero la central era Aline, hija de Liam y Sofía, ya que era la novia. Sorprendente, pero ella iba a casarse con Buffercito, también a sus veintiún años. Tenía un gran vestido brillante, blanco esponjoso y hermoso, que resaltaba sus ojos celestes como los de Sofía, con la cual ya éramos amigas. Su pelo castaño tenía un tierno rodete adornado por una coronita. Aunque igualmente, Aline, era bastante pequeña y bajita, pero su gran personalidad, divertida y optimista la hacía grande. Aunque en este momento estaba increíblemente nerviosa.
Pero no más que Sofía, la cual corría de aquí para allá sacando fotos, arreglándose y admirando a su hija. Aunque en cualquier momento se caería gracias a su largo vestido color uva. Era imposible calmarla y eso que Alice lo había intentado.
Martina estaba terminando de peinar a Alice, con una hermosa coleta con cintas de color celeste, a juego con su suelto vestido turquesa, el cual resaltaba sus hermosos ojos. Aunque el peinado de la pelirroja no quedaba a atrás, ya que era un hermoso juego de trenzas prolijamente peinado y sorprendentemente echo por ella misma; con cintas entrelazadas, de color verde esmeralda, igual a su vestido que era ajustado, corto por delante y largo por detrás.
Mientras trato de enganchar mi collar, de plata, que combina con mi vestido corto color gris claro, observo a las dos hermosas chicas iguales, mientras terminan de maquillarse tranquilamente, demasiado, seguro planeaban algo.
Ashley y Catherine, dos gemelas de diecisiete años totalmente idénticas, ambas completamente hermosas, luciendo como bellos ángeles increíblemente atractivos, ocultando a los más terribles demonios. Sus ojos hipnotisantes color celeste, que hacía caer a cualquier chico a sus pies y su peor perdición. Sus increíbles y envidiables cuerpos, iguales a los de su madre, sus cabellos castaños cayendo suavemente por sus hombros y su arrogante, problemático e incontrolable carácter extremadamente potente, armaban a estas criaturas sin piedad, sentimientos o mínimo signo de vergüenza. Eran dos perfectas niñas mal, y lo sabían. Ellas eran iguales a su hermano mayor, William, que tenía la misma personalidad y también era increíblemente atractivo, con su fuerte cuerpo, ojos azules que te podrían hacer desmayar y pelo negro como el carbón cayendo desordenado sobre su bellísimo rostro. Eran totalmente incontrolables, impredecibles y hermosos. Todos hijos de Louis y Jane, los cuales no estaban.