*Capítulo anterior*
Enfermera: Martina, Martina Viras-respondió saliendo y cerrando la puerta tras ella luego de apagar la luz-
Tomé las sabanas y me cubrí con ellas, acomode mi cabeza y me deje vencer por el sueño, habían sido demasiadas cosas por hoy cosas por hoy...
Capítulo 12: Lo siento...
Narra Harry:
Estaba realmente agotado, sentía como en cualquier momento mis parpados se cerrarían y quedaría dormido aquí mismo. No puedo creer que haya estado 7:30 hs en un hospital esperando a ver a ______, creo que merezco un aumento. Aunque extrañamente no me siento arrepentido, ya que había algo que me decía que me quede allí, había algo que no me permitía tomar las llaves del auto e irme, aunque seguramente fue por la preocupación, es decir no todos los días ves como una persona inconsciente le sangra la cabeza. Aunque cuando la vi en esa camilla con una venda en la cabeza y sus ojos celeste claro mirándome fijamente completamente confundidos, el corazón me dio un vuelco.
Xx: ¡¡¡Mira por dónde vas imbécil!!!
Un grabe y fuerte grito, proveniente del camión al que casi choco, me sacó de mis pensamientos. Hice un gesto con la mano indicando que lo sentía, pero ya se había ido. Todo esto me tenía muy abrumado, y encima mañana como su padre se iba a Sídney, y yo tendría que ir a buscar a ______ al hospital, genial.
Estacioné frente a la casa de Sofía, ella me había estado llamando toda la noche, pero en ese momento no podía atenderle. Apagué el motor y bajé del auto. El frio viento invernal chocó contra mi cara y le pegó a mi cuerpo como un baldazo de agua fría, el viento soplaba fuerte y me revolvía todo el cabello, seguramente se aproximaba una tormenta. Pasé mi mano por mis risos para acomodarlos un poco y me acerqué a la puerta. Cuando toqué el frio botón del timbre, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, si no me habría rápido me convertiría en un cubo de hielo tamaño humano. Por suerte no tardé en escuchar cómo se abría la puerta. Una vez se abrió, casi me caigo de la impresión que me causo verla con un vestido rosa ajustado con algunos brillos, todo arrugado y desarreglado, su larga cabellera castaña toda desarreglada y enmarañada, todo el maquillaje corrido por la cara y los ojos rojos como si hubiese estado toda la noche llorando. Mis ojos casi salen de sus obritas y por un segundo olvidé completamente el frio viento que seguía azotando mi cuerpo.
Sofía: Hola -su voz era fría, cortante y grabe, seguro por el llanto y el sueño-
Harry: Ho…hola – me había quedado totalmente sorprendido, ella siempre estaba muy prolija y arreglada, era la primera vez que la veía así- puedo pasar?
Sofía: No lo recuerdas verdad? –Preguntó mientras se le aguaban los ojos-
Harry: Que cosa? –Pregunté tratando de recordar que día era hoy-
Ella solamente negó con la cabeza y se corrió a un lado, haciendo un ademán con la cabeza para que pase. Cuando entré solo había una tenue luz de vela casi consumida iluminando el comedor, donde estaba la gran mesa de madera obscura y sobre ella un gran plato de tacos, mi comida preferida, que seguramente ya estarían fríos; había una botella de vino cara y cubiertos preparados para dos personas, un conjunto usado y el otro no. De repente mi corazón dio un vuelco y recordé… había olvidado nuestro aniversario de dos años, oh no. Me giré rápidamente y pude ver como terminaba de cerrar la puerta, y me miraba con la mirada rota y lagrimas amenazando en comenzar a desbordar.
Harry: So… Sofía yo…- traté de disculparme pero los nervios me jugaban en contra-escúchame yo…
Sofía: No- dijo seca cruzando los brazos sobre su pecho- sé que estuviste con esa estúpida secretaria nueva, y ella hizo que olvides todo… la elegiste a ella- dijo justo antes de que su vos se quiebre y una pesada lágrima comience a resbalarse por su mejilla-
Harry: No, no, no, no llores mi amor –dije corriendo a abrasarla rápidamente mientras ella comenzaba a llorar sonoramente- lo siento, lo siento tanto, es que se golpeó muy fuerte, y estaba el Sr. Ross que es mi jefe, y debía acompañarlo, entiéndeme por favor-dije rogando para que no se enoje y me deje- sabes que estos días estuve muy ocupado y tengo la cabeza en cualquier lado, por favor…
Ella lloraba en mi pecho, apretando mi camisa en sus débiles puños, mientras yo acariciaba su larga cabellera castaña que caía desordenada. Si rompíamos, el Sr. Ross me haría trisas, ya que aunque Sofía no lo sabía, toda esta relación era un estúpido invento de parte de mi “queridísimo” jefe. Ella era una chica muy bonita y divertida aparte de buena, por lo que en realidad nunca me había molestado estar con ella, pero desde que apareció ______ hay algo que no cuadra, aunque seguro es que ella es la hija de mi jefe, seguro. Me dolía mentirle, pero era eso o perder mi trabajo, y eso último no estaba en mis posibilidades.
Levanté su rostro para que me mire, y sentí una punzada en el pecho. Tenía sus ojos azules, más obscuros de lo normal, acompañados por el rojo de hinchados y el negro del maquillaje corrido desprolijamente por toda la cara, mientras que algunas lágrimas seguían cayendo como pequeños ríos por sus delicadas facciones.
Sofía: Ha…Harry –dijo arrastrando las palabras, haciendo notar que tenía un gran nudo en la garganta- Que si…sientes por e…ella?
Harry: Escúchame- dije separándola un poco para tomar su mano y acariciarla suavemente- sabes que te amo a ti, que eres mi chica, y si fuera por mí la pondría de patitas en la calle en dos segundos a esa niña caprichosa-dije aumentando mi rabia con cada palabra recordando los pedazos del marco rotos, desparramados por todo el suelo de mi oficina- lo que pasa es que estaba grabe, y el Sr. Ross es mi jefe, así que no pude venir, fue un día complicado , me perdonas?-dije bajando mi enojo y sonriendo de lado tal como a ella le encantaba-
Miré directamente a sus ojos y pude ver como sus lágrimas habían cesado y eran remplazadas por una batalla mental. De un momento a otro sonrió ampliamente, mostrando una gran hilera de dientes blancos.
Sofía: Te perdono –susurró antes de abrasarme fuertemente- pero agradécele a esa hermosa sonrisa tuya- dijo separándose un poco y poniendo su dedo en mi mejilla derecha, justo donde se había formado uno de mis hoyuelos- Te quiero mucho
Yo solo me limité a sonreír aún más y darle un rápido y dulce beso en los labios. Pero había algo raro, algo diferente, algo no encajaba, ya no sentía esa sensación eléctrica que recorría mi cuerpo como siempre que la besaba, era como si hubiese besado a una simple chica cualquiera. Aunque seguro era el cansancio… si, eso debe de ser…
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HOLA A TODOS, ESPERO LES GUSTE EL CAPÍTULO, Y SE QUE ES CORTO PERO ESTUBE MUY OCUPADA. SE QUE LA SEMANA PASADA NO SUBÍ PERO FUE POR QUE ME FUI DE VIAJE. PERO NO SE PREOCUPEN, SE LOS VOY A COMPENSAR( ¿COMO LO HARÁS CAMI? ) NO OS PREOCUPÉIS, YA LO SABRÁN xD. NOS LEEMOS EN EL PRÓXIMO CAPÍTULO, NO OLVIDEN VOTAR Y COMENTAR.
Continuará...